CAPÍTULO 9

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DIANA DE GALES

—Carlos ella tiene un esposo, lamento el accidente, pero tu no tienes porque intervenir en ese asunto—respondo ante su respuesta, no puedo negar que lo que acaba de decir me deja sorprendida.—Además será algo extraño e incómodo para el esposo de Camila.

—no puedo hacer como si nada hubiera pasado.

—se muy bien que ha pasado todo, relaciones, amoríos y ahora un accidente. Se muy bien todo eso-le digo haciéndole entender que no tiene que recordarmelo.

—no estoy hablando de eso, pero tampoco puedo dejarla sola.

—claro, ha ella no, pero dime ¿cuantas veces me has dejado sola Carlos?—preguntó directamente.—son incontables las veces que eso ha sucedido.

—diana esto no significa nada, solo se que no esta bien hacer como si no hubiera sufrido un accidente. No quiero que esto se dañe, no después de que marcha bien—responde.

—es tu decisión entonces—le digo antes de darme la vuelta y regresar al salón.

Al entrar al salón miro a Ana jugando con William y Harry.

—no hagan que la tía se canse niños—les digo mientras me acerco a ellos.

—la tía tiene muchas energías—dice William.

—en realidad hago un esfuerzo para no rendirme—responde Ana y toma una postura recta, aunque su voz sea cansada.—¿y Carlos?

—ah...tuvo que irse—respondo, no quiero que se entere de lo sucedido.

Ella asiente, sin embargo su rostro es una duda completa y es como si quisiera una respuesta más contundente, aún así no dice nada.

Vuelvo al mueble para sentarme y hacer como si no pasara nada, como siempre. Me duele toda esta situación, pero quiero creer que todo lo que el dijo es verdad y que solo es por aparentar, aunque se que puede ser algo estúpido creerle.

Esperaba que tal vez se regresará, pero no lo hizo.



Esperaba que tal vez se regresará, pero no lo hizo

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La noche se acercaba y el frío se empezaba ha hacer presente en el palacio, mientras la oscuridad acogia al mismo.

Ya era tarde y aún Carlos no regresaba, llevaba aproximadamente dos horas fuera.

Me encontraba en el Palacio de Kensington, había decidido regresar antes de lo previsto. Se que los cuestionarios se hubieran hecho presentes si me quedaba en Buckinham.

Solo deje un recado para que le dijieran a la reina que me sentí mal, y que por eso tuvimos que irnos.

Aunque había un poco de realidad en eso. Me sentía mal. No sabía reconocer exactamente el sentimiento, era tristeza, enojo y quizá decepción.

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