CAPÍTULO 22

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Diana de Gales

El verano había dejado por completo a Londres mientras le daba paso al otoño.

Había pasado más de un mes desde la catástrofe de aquella noche Balmoral. La cuál había sido causada por una persona que estaba cerca de nosotros, que poco a poco iba planeando todo sin importarle nada. La retorcida mete de Brad logro hacer todo eso posible. Además de confesar que todo se planeo durante más de un año y para su buena suerte, todo le había salido tal como el lo había previsto, aunque no del todo.

El viento se hacia presente con gran fuerza arrasando con las hojas que caían de los árboles, también haciendo que más se desprendieran de los mismos. Las hojas se variaban en sus colores, cada una tenía diferentes tonos y el naranja encendido se hizo presente primero, con el pasar de los días seguramente se tornará de rojo y amarillo.

Acariciaba mi vientre, el cual ya tenia un notable cambio, y tan solo me faltaban dos días para cumplir cuatro meses. Realmente sentía miedo del como seria después. Pues aunque ya lo había vivido en mi embarazo con Harry y William, no sabía el como se sentiría con dos bebés.

Unos días antes de despedir el verano, habíamos celebrado el cumpleaños de Harry en una pequeña reunión para desearle lo mejor al pequeño. Aunque realmente lo que más hizo en su cumpleaños fue aprovechar el momento para jugar con su hermano y su prima, Zara. Fue un momento emotivo, en la reunión estuvieron presentes: la reina, el duque, la princesa margarita, Peter townsend, sus hijos; David y Sarah. La princesa Ana y sus hijos; Peter y Zara. Andrés y su esposa Sarah, Eduardo; el cual disfrutaba ver a sus cuatro sobrinos de aquí para haya, al igual que todos. También estuvo Timothy Laurence, pues la reina dijo que era una gran persona y no seria malo invitarlo, por lo cual también estuvo ahí. Había sido gratificante tener a todos reunidos.

Respecto a Camila, no había sabido nada de ella desde la visita de ese día. Solo nos había visitado su esposo, Andrew, quien vino a darnos sus felicitaciones personalmente y pidió una disculpa por no haberlo hecho antes. Realmente el era un hombre muy distinto a su esposa, era más amable, humano y la ama como a nadie.

—entonces, ¿quieres tener una relación con Tim?—la voz de Carlos hace que salga de mis recuerdos. ¿Tim? ¿Con quien hablaría Carlos de Timothy Laurence? Aunque si se trata de una relación...—tu no tienes remedio. ¿Que opina al respecto? Si. No será fácil. Me sorprende todo esto. No. Tal vez. Te apoyo, es tu felicidad después de todo. ¿Y los niños? Que bueno. Bien, hablamos después.

Lo mire colgar el teléfono y ponerlo en sus sitio.

El dirigió su mirada hacia mi y dio un respiró cansado. Habían notables ojeras bajo sus ojos y en estos se podía ver lo demandante que habían sido los últimos días, aunque el no intentará demostrarlo.

Una mirada siempre transmite muchas cosas y en ellas se pueden responder muchas preguntas, deducir muchas cosas y descifrar otras. Una mirada siempre dice más que mil palabras.

—deberías descansar—me acerco hasta la cama donde el se encuentra. Me siento a su lado y el me mira para dedicarme una sonrisa.

—no creó que pueda hacerlo. Mucho menos ahora. Presiento que un escándalo se nos avecina—el responde y posa una de sus manos sobre mi vientre.

—¿tan mala fue la llamada?

—hablaba con Ana. Escuchaste lo que pasa, ella quiere una relación con Timothy Laurence y realmente solo quiere hacerla oficial, pues al parecer ya sostenían un romance desde hace tiempo.

—Carlos sabes que no es la mejor decisión. Es decir, ella acaba de divorciarse hace poco más de dos meses y fue un escándalo rotundo, una relación nueva lo sería aún más—sugiero mirando la notable confusión de Carlos.

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