O17.

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últimamente la vista periférica del azabache constaba de la espalda del pelimorado, que curiosamente iba frente a él. hyunjin consideraba dos opciones:

a) lee minho era increíblemente rápido.

b) él era patéticamente lento.

obviamente era la primero, por supuesto que sí.

apenas el timbre resonó por los pasillos indicando el final de todas sus clases, ambos chicos salieron disparados del aula con destino a la biblioteca. hyunjin solamente había parpadeado, y el pelimorado ya le llevaba como 2 metros de diferencia. resopló frustrado, ni siquiera sé molestó en alcanzarle para ir a su par.

── por amor de dios, lee. ¿acaso eres hijo de un par de jaguares? ──se quejó el azabache, cuando se detuvieron frente a su destino. él jadeó, recargándose sobre sus rodillas y tratando de recuperar el aire que perdió en un intento involuntario por alcanzarlo.

── de hecho, el felino más veloz es el guepardo. ── le corrigió, esperando a que recuperara el aliento. ── y no, eso es imposible. ──murmuró con obviedad, el azabache solamente gruñó.

cuando hyunjin se repuso, ambos ingresaron en la biblioteca. la señorita kwon no pareció registrar su entrada, pues con un sútil asentimiento le hizo saber al pelimorado que podía pasar y tomar lo que quisieran, hyunjin comenzaba a creer que la mujer tenía un inocente flechazo por su compañero de clase. la idea le pareció divertida, por lo que no pudo evitar soltar torpes risitas, ganándose una mirada extrañada por algunos alumnos que rondaban los pasillos repletos de estantes.

──¿en serio has leído todos los libros del semestre? ──cuestionó entonces, el chico que no podía mantenerse en silencio ni una fracción de segundo.

── es literatura básica para adolescentes, los leí en quito grado. ── musitó aquello último, mirando cada lomo de los libros perfectamente ordenados.

la profesora kim yongsun trataba de darles lectura ligera, pues su objetivo no era abrumarlos con palabras que muchas veces ni los mismos docentes conocían. ella planeaba inducirlos lentamente en el mundo de la literatura con libros para adolescentes, que en su mayoría les atrapaban en las primeras páginas.

hyunjin no filtró su expresión de sorpresa, pensando únicamente que su cerebro no creaba una escena idónea donde minho cogiera un mísero libro.

──mi abuela era maestra de literatura. ── agregó minho, como si tratase de justificarse. ── ella... me incitó a leerlos. ── y finalmente le miró, encontrándose que el azabache había aceptado esa respuesta. bien, todo parecía ajustarse a la perfección.

siguieron su camino.

── oh, es aquí. ── murmuró minho para si mismo, iniciando en un sólo movimiento a tomar libros a diestra y siniestra, hyunjin no pensó que todos esos libros fuesen algo que sus compañeros de clase pudieran leer en seis meses. ni siquiera él podría.

tragó saliva, tratando de humedecer su garganta.

──¿a-acaso vamos a analizar todo eso? ── cuestionó con temor, supuestamente la señorita yongsun los eligió a ellos pues habían leído todos los libros del semestre. hyunjin no recordaba siquiera echar un vistazo a tomos con pastas rígidas y antiguas.

── oh, por supuesto que no. necesitaba estos libros para iniciar un proyecto, los nuestros están en el pasillo continuo. ──comentó, haciendo maniobras para coger la pila de conocimiento.

el azabache suspiró aliviado, aunque poco le duró la satisfacción pues no tardó en mirarle confundido.

¿qué clase de proyecto requería enormes tomos de contenido astrológico y físico-matemático? hyunjin prefirió no indagar.

el pelimorado siguió su camino hasta dar con un simple estante de madera teñida en negro opaco.

──¿podrías tomar "carta de amor para los muertos" de Ava Dellaira? ── pidió minho, señalando su objetivo sin poder moverse debido a que llevaba las manos ocupadas.── "una lista peligrosa" de Siobhan Vivian y... ── el menor acató la petición, sonriendo levemente al sentirse familiarizado con aquellas portadas. minho viajó su mirada por la columna de repisas, buscando su objetivo── ¡ese de ahí! "persona normal" de Benito Taibo.

hyunjin cogió los tres libros entre sus manos, sonriendo al recordar aquellas noches en vela que pasó entre las páginas de aquellos libros. de repente, aquel proyecto especial para su profesora favorita le animó más.

minho le dió un leve empujón para que caminase hacia la salida, haciendo algarabía de los libros que cargaba encima y necesitaba urgentemente depositar en su casillero. su acompañante gruñó y caminó hasta la bibliotecaria, quien apenas y se molestó en prestarle atención cuando minho llegó junto a él y registró el montón de tomos que llevaba.

finalmente salieron del lugar, caminando hacia el casillero del pelimorado donde éste dejó poco más de la mitad de todo lo que cargaba.

──¿tienes algo en mente para la exposición? ──cuestionó minho, mientras le veía maniobrar para resguardar dos libros en su mochila y dejar el resto en el casillero.

── haces muchas preguntas, rata. ── murmuró sin prestarle real atención, aunque puede que sólo disfrutaste de sacarlo de quicio.

── deja de llamarme así, idiota. ── bufó, molesto. sin dar a relucir sus intenciones de estrellar uno de los libros que él llevaba, el más grueso y el que causaría más daño, pensó.

debió suponerlo, llevaba tantos días sin ser molestado por él. era muy dulce para ser realidad, gruñó apenas le vió sonreír con diversión.

── tienes dientes de rata. ── se excusó, cerrando su casillero y recargándose del helado aluminio.

──¿no podrías compararlos con un lindo conejito?── sugirió sarcástico, en realidad no deseaba que le señalaran un factor evidente de sus rasgos. se conformaría con que no mencionara absolutamente nada.

── ¿cómo te sentirías si te dijera conejito?── cuestionó mirándole curioso, cruzándose de brazos y analizando la expresión del azabache.

conejito.

era sumamente dulce la forma en que sus labios pronunciaron aquella simple palabra, el azabache sintió sus mejillas incendiarse en vergüenza ante lo increíblemente tierno y cariñoso que sonaba eso. porque no, no había ni pizca de burla en ello y no podía evitar relacionarlo con algo romántico.

── eso pensé. ── agregó el pelimorado, interpretando su silencio lleno de incomodidad.

hyunjin resopló, regresando de un puñetazo a la realidad.

¿en qué demonios estaba pensando?

love gummy ─ minjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora