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minho caminaba seguro por los pasillos, abriéndose paso al lugar citado por su mejor amigo. su expresión denotaba todo menos lo que realmente sentía, terror.

él se vio confiado frente a hyunjin, no queriendo parecer desilusionado. y admitía que había sido idiota al creer que todo cambiaría de un día para otro.

se precipitó, está asumido.

sin embargo, lee minho no iba a rendirse sin dar el golpe final. iba a despedirse de su amor platónico con honor, claro que sí.

por lo tanto, es un gran alivio encontrar a felix justo donde le dijo. sin dudar en colocarse frente al de hebras rubias.

── debes estar muy desesperado para acudir a mí. ── murmuró el de baja estatura, sin voltear a mirarlo. ni molestarse en ponerse de pie.

── se me acaban las ideas. ── confesó con desesperación, sin temor a ser juzgado. incluso si no lo parecía, y después del incidente con felix por hyunjin, él confiaba plenamente en su amigo.── en realidad estaba planeando esto desde inicio de curso, si es que todo lo demás funcionaba. ── respondió minho, sentándose junto a él sobre el césped. sentía que sus piernas le harían desplomarse en cualquier segundo, aún tenía el amargo sabor del rechazo.

── ya veo, esto es bastante fácil. ── por fin guardó el aparato y le dió su atención, sonriendo en total calma como si el corazón de su mejor amigo no estuviera en juego.

──¿lo es? ni siquiera estoy seguro de que me crea ahora. ── murmuró, rodando una piedrita con la punta de su pie.

── le gustas, eso es seguro. ── asintió convencido, sonriéndole coqueto.

minho omitió esa sonrisa y enarcó una ceja, mirándole en duda.

──¿cómo puedes decirlo con tanta seguridad?

── lo he visto estos últimos días. ── confesó, ganándose una mirada acida por parte del contrario. ── no es lo que piensas. ── se apresuró a decir, evitando cualquier malentendido. ── yo... te contaré después. el punto es que lo vi leyendo tu diario.

──¿y eso que tiene que ver con lo que dices? ── el pelimorado no estaba para darle vueltas al asunto, seguía jodidamente avergonzado por haberle dado una parte de su vida en simples hojas.

── eres un poco ingenuo. ── golpeó su nuca, ganándose un resoplido. ── él te miraba constantemente mientras leía.

──¿y...?

── algo cambio en su forma de mirarte, lo sé. instinto. ── dijo con total seguridad, encogiéndose de hombros.

──¿me estás diciendo que voy a hacer mi siguiente movimiento en base a tu instinto? ── comenzaba a creer que su confianza por él no era así de profunda.

── sí, ahora escúchame. Este es el plan...

minho dudaba cada vez más forme las palabras cruzaban los labios esponjoso del rubio, pero quería confiar y ya no tenía ideas. felix era -literalmente- su última esperanza.

──¿y si termina por odiarme más?

── entonces iremos a vivirnos juntos ahogando nuestra mísera soltería para siempre. ── aseguró, dando palmadas amistosas en su hombro.

¿qué podía salirle mal? era un plan a prueba de bobos.

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── hyung, creo que me siento terriblemente enfermo. ── dramatizó cierto azabache de lechosa piel, golpeando su mejilla contra la mesa mientras miraba al rubio quien comía un emparedado.

──¿en serio? ── le miró sin mucho interés, para él lucía bien. solamente un poco desorientado, pero había estado justo así alrededor de una semana. no era ninguna novedad.


─ sí. ── no se molestó en ocultar su puchero, tratando inútilmente de ganar real atención del chico junto a él.

eran amigos, debería mimarlo y darle dulces. ¿todas esas películas americanas donde tus amigos te llevaban helado para ver películas cuando te rompían el corazón, fueron mentiras?

──¿de qué estás enfermo? ── dejó el emparedado de lado para poder beber su jugo de naranja.

── del corazón. ── suspiró pesado, cerrando los ojos y concentrándose en los sonidos que le rodeaban.

risas de compañeros, cuchicheos, personas pidiendo el almuerzo, una tenue música proveniente de la cafetería y luego... el incesante golpeteo de su corazón agonizando.

changbin enarcó una ceja, mirándole con inquietud.

──¿por qué lo dices? ── pareció más interesado al tema, había notado como hyunjin miraba a lee de esa extraña forma mientras leía esa vieja libreta.

¿eso tendría que ver en esta escenita que armaba?

── estoy confundido. ── confesó, incorporándose para mirarle son seriedad. ── resulta que nada es como creía y...

las palabras flotaron en el aire, incapaces de ser concluidas con coherencia. al menos no por hyunjin.

──¿y... no te gusta como son las cosas ahora? ── trató de hilar los pensamientos ajenos, podía hacerse una idea de lo que pensaba su menor. es decir, no lo conocía de ayer.

hyunjin lo pensó detenidamente, no, no le disgustaba. aunque no estaba seguro que le gustara del todo. era tan confuso.

── toda mi vida ha sido una vil mentira. ── dramatizó fingiendo sollozosos, sorbiendo por la nariz y pegando su frente a la fría mesa de aquella cafetería.

── te estás preocupando de más, mocoso. ── bufó, entornando los ojos. creía que le contaría sobre lee, pero tal vez sólo había descubierto que el hada de los dientes no era realólo deja que todo fluya.

── ¿que todo fluya?

el rubio asintió, regresando su atención al almuerzo a punto de terminar entre sus manos

── si algo tiene que pasar, pasará en el momento adecuado. ── aseguró con convicción, bien, en eso tenía razón. ── y en cuanto a tu "vida de mentira" ── enfatizó haciendo comillas con sus dedos y mirándole con ironía. ── bienvenido al club de los engañados, sólo recuerda que las cosas suceden por algo. así debían ser o no hubieran funcionado.

hyunjin suspiró rendido, tal vez su amigo tenía razón. quizá se estaba preocupando de más, quizás solamente hizo lo correcto pero..
¿si había hecho lo correcto, por qué su corazón dolía de esa forma? sentía como le reclamaba por un algo que se negaba a aceptar.

love gummy ─ minjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora