Ese lunes Rose se levantó como siempre a preparar el desayuno, se sentía entre feliz y ansiosa, el fin de semana le había parecido perfecto, lleno de amor, sentía que tenía por fin una razón para luchar por su matrimonio.
Sirvió el desayuno y luego se frotó los hombros, se estresó al instante solo de recordar que tenía que enfrentar a Roy Jones, su mayor dolor de cabeza. «¡Mierda! Hoy es un día muy complicado, tengo que ver cómo va el caso con este imbécil, llevamos un par de meses rastreando todos sus movimientos, ojalá sea el día en que por fin caiga este estúpido ¿acaso piensa que soy como él y que no me doy cuenta de lo que está haciendo? Es un pendejo, pero su mayor error ha sido subestimarme».
Le daba ligeros sorbos a su café hundida en sus pensamientos, cuando unas frías manos la atraparon y hurgando entre sus ropas llegaron a su busto, el fresco y delicioso aliento de Fred soplaba en su nuca mientras le besaba el cuello, se estremeció y se dejó llevar por el momento.
—Déjame adivinar... —La miró curioso y rodeándola la tomó por la cintura elevándola por el aire como una muñeca— estabas pensando en tu dolor de cabeza.
Rose no pudo evitar sonreír —bájame, me vas a tirar.
—Eso me encantaría ¿o de que hablamos? —La miró con picardía y ella se sonrojó—. Ok, solo decía. ¿Qué tiene mi muñeca preciosa?
—Solo recordé que hoy será un día pesado, no sé si por fin podamos arrestar al estúpido de Jones, me tiene harta, pero si cree que se va a quedar así lo que ha hecho está muy... —la interrumpió un apasionado beso, Fred la abrazó contra él con fuerza y hundiendo sus dedos en su espesa cabellera la besaba como si fuera la última vez, ella abrió muchos los ojos y luego se dejó llevar.
—¿Pendejo?
—Sí, eso iba a decir. ¿Quieres desayunar? Te preparé café, fruta y hot cakes con mantequilla y miel, espero que te guste —la miró feliz, complacido y antojadizo— te ves feliz.
—Me siento feliz y esto se ve delicioso.
Desayunaron entre bromas y risas, parecía que el tiempo se había detenido. Sonó el teléfono de Rose se asustó, contestó y su cara sonriente pasó a una mueca de cólera, Fred la miró impresionado y se levantó, ella colgó el teléfono y gritó.
—¡Ay como es imbécil este Jones! ¡Pero si para pendejo se estudiara este tarado tendría tres posdoctorados!
—¿Todo bien?
—No, me tengo que ir cariño, paso por ti a la hora de la salida —iba a toda prisa cuando se detuvo en seco— ¿Saldrás con Emily esta noche? Para no arruinar tus planes.
—No, tiene mucho que no salimos a nada. ¿Por qué la pregunta?
—Para no arruinar tus planes. Entonces paso por ti, te amo.
—Te amo. —Fred se quedó pensativo, tenía meses que no la invitaba a salir. «Estoy seguro de que le dieron celos».
Ese día particularmente había sido terrible para Rose, llegó a su oficina a ver cómo iba lo del fraude, se preparaba para un día caótico, respiró profundo y le preguntó a su equipo.
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Reinicio 18+ (Terminada)
Roman d'amourHay algo cierto, el dolor en definitiva cambia a quién lo experimenta. Una vez que lo has sentido en carne propia no vuelves a ser el mismo, es como un meteorito al caer modifica, devasta y no deja huella en un solo lugar cambia todo el entorno. Des...