Esa tarde Rose estaba nerviosa por su cita con Fred, en mucho tiempo no se había sentido de esa forma, le sudaban las manos y le temblaban ligeramente las piernas. Llegó a su casa antes de ir a verlo, se duchó y se arregló un poco, miró a su alrededor y vio todo limpio, ordenado, perfecto; pero había algo que no la convención del todo, sin darle mayor importancia tomó un labial rojo brillante y se lo puso, estaba lista para salir.
Llegó a Central Park del lado oeste para verlo, estaba ya oscuro, hacía mucho frío y Fred estaba sentado en una banca mirando a la nada. «Fred se ve muy apuesto, siempre de traje, su cabello es hermoso, me encanta como le cae el flequillo en su frente, además esa mirada tan dulce y a la vez severa; no entiendo que me está pasando convivo con él todos los días ¿Por qué me siento así? Como si fuera nuestra primera cita, hace mucho frío ¿estará bien? Está muy distraído» Rose se perdió mirándolo, en años no lo había visto tan guapo, tan varonil como en ese momento, se acercó y le tocó el hombro.
—Hola mi amor ¿llevas aquí mucho tiempo? —Fred se sobresaltó al sentirla— no era mi intención asustarte.
—Hola cielo, no, llevo apenas unos minutos ¿qué tal tu día? —La miró con detenimiento y había algo diferente en ella, pero no daba con qué era. Ella se sintió observada y le devolvió una mirada seductora, cálida, dulce y apasionada —. ¿Todo bien?
—Pues supongo. Vamos a cenar quiero hablar contigo de algo muy importante. —La mirada de Fred se llenó de incertidumbre, el peor de los terrores se apoderó de él, muchos pensamientos cruzaban por su cabeza causándole un mar de confusión y miedo, ella se veía muy firme y decidida— ¿Estás bien? Te pusiste raro.
—No, para nada. Vamos hice reservaciones en un lindo restaurante espero que te guste.
—Claro, vamos.
Caminaron al restaurante con toda la calma del mundo, ella se acercó mucho a Fred y lo tomó del brazo, él se sorprendió, tenía meses que no lo tocaba de esa forma, se limitó a corresponderle, realmente le causaba felicidad el extraño comportamiento de Rose, la miró y le sonrió con ternura ella le correspondió, recargó su cabeza en su brazo y continuaron caminando.
Al atravesar un romántico sendero del parque, lleno de árboles enanos y pequeñas luces que decoraban el lugar, el aroma a rosas era demasiado intenso. Ella lo jaló bruscamente y lo abrazó con tal fuerza que empezó a sofocarlo, él se sacó mucho de onda, pero le siguió el juego y también la abrazó, empezaron a reírse y se miraban como si estuvieran a punto de hacer una travesura.
—Te amo Rose, hoy particularmente estás muy efusiva.
—No lo había notado, es solo que te vi en la banca y te veías tan hermoso, tan varonil y confiado que no lo sé, me gustaste mucho.
—Ja, ja, ja, ja, ja estás jugando ¿Segura todo está en orden? —La tenía abrazada y la miraba como si los secretos del universo estuvieran en sus labios, se acercó lentamente a su rostro y ella no dejaba de verlo mientras lo abrazaba—. Te portas raro.
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Reinicio 18+ (Terminada)
RomanceHay algo cierto, el dolor en definitiva cambia a quién lo experimenta. Una vez que lo has sentido en carne propia no vuelves a ser el mismo, es como un meteorito al caer modifica, devasta y no deja huella en un solo lugar cambia todo el entorno. Des...