*Horas más tarde*
No sabía lo que me pasaba, solo sabía que estaba tumbado en la cama y escuchaba la voz de Inés, que llamaba a nuestros hijos, sonando desesperada.
Aunque casi me costaba escucharla...
Abrí los ojos unos segundos y pude ver a nuestros hijos y a Inés, quiénes me hablaban como intentando despertarme.
Escuché a lo lejos que decían algo de un hospital y logré hablar, aunque me sentí fatal después.
VI: No, hospital no... (hablando muy lentamente y con mucha dificultad).
IN: Victoriano...
Y ya no pude escuchar más. Los ojos me pesaban, tenía mucho cansancio, me costaba respirar...
Un rato después escuché que alguien llegaba y después sentí que me movían. Y otra vez quieto. Y otra vez me movían.
No sé cuanto tiempo pasó, pero me desperté y me vi en una habitación blanca. Giré un poco la cabeza y vi a Inés dormida en un sofá que había.
Se movió un poco y abrió los ojos. Y cuando me vio, se levantó rápidamente y vino hacia mi.
IN: Mi amor... (me tocó la frente).
VI: Mor... (tosí) More...
IN: Shh, calma, mi amor. No hagas esfuerzos.
VI: Agua... agua...
IN: Aquí tienes, mi vida (dándome agua poco a poco). ¿Cómo te sientes?
VI: Bien... Bien... ¿Dónde estamos?
IN: En el hospital.
VI: Quiero volver a la Hacienda. Los muchachos... (moviéndome para levantarme).
IN: Mi amor, no puedes volver a la Hacienda (impidiendo que me levantase).
VI: Sí, tengo que hacerlo.
IN: Mi vida, tienes neumonía, ¿cómo te vas a ir del hospital?
VI: Hay muchos problemas. Tenemos que solucionarlos.
IN: Deja de hablar de eso. Tienes que recuperarte.
VI: No...
IN: Mi amor... (empecé a tosir fuerte). ¿Estás bien? ¿Quieres agua?
VI: Sí, un poco.
IN: ¿Mejor? (asentí después de beber).
VI: ¿Cuánto tiempo llevo aquí, en el hospital? (cogiéndole una mano).
IN: Tres días. Ahora es de noche. No tardarán en traerte la cena (acariciándome la cabeza).
VI: ¿Y nuestros hijos?
IN: Estuvieron aquí hasta hace un rato. Se fueron cuando el médico nos dijo que estabas mejor y que pronto despertarías.
VI: ¿Y tú?
IN: ¿Yo qué?
VI: ¿No te vas?
IN: No, yo quiero estar contigo. Mi lugar es junto a ti (le besé la mano).
VI: ¿Me puedes decir que es lo que me ha pasado?
IN: El día de la tormenta, ¿te acuerdas? No dormiste, te mojaste todo, hacía viento. Y por la tarde cuando te dormiste, fui a verte y estabas con mucha fiebre, frío y temblando. Y me decías que te costaba respirar. Llamamos a la ambulancia y te trajeron. El médico te revisó y nos dijo que tenías neumonia. Ese día por la noche te ingresaron con casi 40 de calentura y seguías temblando. Y llevas casi tres días igual. Te despertabas cada unas cuantas horas, que era cuando aprovechaba para que te tomaras los antibióticos. Y hace un rato el doctor nos dijo que ya estabas mejor, la fiebre había bajado y ya podías respirar mejor.
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Felices; Años Después
RomanceLlevábamos ya cinco años casados y, no estábamos viviendo la vida que siempre habíamos soñado, estábamos viviendo una mejor, una muchísimo mejor. [...] Mi amor por ella no ha parado de crecer. No sé cómo me cabe todo lo que siento por ella en mi cu...