Capítulo 7

354 32 6
                                    

*Horas más tarde*

No sabía lo que me pasaba, solo sabía que estaba tumbado en la cama y escuchaba la voz de Inés, que llamaba a nuestros hijos, sonando desesperada.

Aunque casi me costaba escucharla...

Abrí los ojos unos segundos y pude ver a nuestros hijos y a Inés, quiénes me hablaban como intentando despertarme.

Escuché a lo lejos que decían algo de un hospital y logré hablar, aunque me sentí fatal después.

VI: No, hospital no... (hablando muy lentamente y con mucha dificultad).

IN: Victoriano...

Y ya no pude escuchar más. Los ojos me pesaban, tenía mucho cansancio, me costaba respirar...

Un rato después escuché que alguien llegaba y después sentí que me movían. Y otra vez quieto. Y otra vez me movían.

No sé cuanto tiempo pasó, pero me desperté y me vi en una habitación blanca. Giré un poco la cabeza y vi a Inés dormida en un sofá que había.

Se movió un poco y abrió los ojos. Y cuando me vio, se levantó rápidamente y vino hacia mi.

IN: Mi amor... (me tocó la frente).

VI: Mor... (tosí) More...

IN: Shh, calma, mi amor. No hagas esfuerzos.

VI: Agua... agua...

IN: Aquí tienes, mi vida (dándome agua poco a poco). ¿Cómo te sientes?

VI: Bien... Bien... ¿Dónde estamos?

IN: En el hospital.

VI: Quiero volver a la Hacienda. Los muchachos... (moviéndome para levantarme).

IN: Mi amor, no puedes volver a la Hacienda (impidiendo que me levantase).

VI: Sí, tengo que hacerlo.

IN: Mi vida, tienes neumonía, ¿cómo te vas a ir del hospital?

VI: Hay muchos problemas. Tenemos que solucionarlos.

IN: Deja de hablar de eso. Tienes que recuperarte.

VI: No...

IN: Mi amor... (empecé a tosir fuerte). ¿Estás bien? ¿Quieres agua?

VI: Sí, un poco.

IN: ¿Mejor? (asentí después de beber).

VI: ¿Cuánto tiempo llevo aquí, en el hospital? (cogiéndole una mano).

IN: Tres días. Ahora es de noche. No tardarán en traerte la cena (acariciándome la cabeza).

VI: ¿Y nuestros hijos?

IN: Estuvieron aquí hasta hace un rato. Se fueron cuando el médico nos dijo que estabas mejor y que pronto despertarías.

VI: ¿Y tú?

IN: ¿Yo qué?

VI: ¿No te vas?

IN: No, yo quiero estar contigo. Mi lugar es junto a ti (le besé la mano).

VI: ¿Me puedes decir que es lo que me ha pasado?

IN: El día de la tormenta, ¿te acuerdas? No dormiste, te mojaste todo, hacía viento. Y por la tarde cuando te dormiste, fui a verte y estabas con mucha fiebre, frío y temblando. Y me decías que te costaba respirar. Llamamos a la ambulancia y te trajeron. El médico te revisó y nos dijo que tenías neumonia. Ese día por la noche te ingresaron con casi 40 de calentura y seguías temblando. Y llevas casi tres días igual. Te despertabas cada unas cuantas horas, que era cuando aprovechaba para que te tomaras los antibióticos. Y hace un rato el doctor nos dijo que ya estabas mejor, la fiebre había bajado y ya podías respirar mejor.

Felices; Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora