Capítulo 9

388 28 9
                                    

*Mañana siguiente*

IN: Buenos días, mi niña.

DI: No sabría decir si son buenos o no, nana. Pero de todos modos, buenos días.

Diana venía andando poco a poco hasta la mesa del jardín, donde estábamos Inés y yo a punto de desayunar.

Me levanté y la ayudé a subir los pocos escalones que había. Y después de darle un beso a Inés también la ayudé a sentarse.

VI: ¿Cómo estás, cariño? ¿Has descansado? (volviendo a sentarme en mi silla después de que me diera un beso).

DI: Lo he intentado, pero este niño no me deja.

IN: ¿Quieres que te prepare algo para que puedas dormir?

DI: No, nana, gracias. Ahora no me apetece dormir.

VI: ¿Y Alejandro?

DI: Durmiendo, se había quedado toda la noche despierto haciéndome compañía y casi cuando amanecía se ha dormido, el pobre. Y me he bajado para no molestarlo pensando que estarían aquí Cas y Connie, pero ya veo que no.

IN: No, mi niña. Y tardarán en levantarse.

VI: Anoche nos acostamos muy tarde, es normal que todavía no se hayan despertado.

IN: Todavía es algo temprano, y ya sabemos lo mucho que les gusta dormir, al menos a Constanza y a Emiliano.

DI: ¿Podrías traerme unas fresas con chocolate? (a Candela que estaba sirviéndonos el desayuno a Inés y a mi).

VI: ¿Para desayunar? (mirándola divertido. Que desayuno más raro).

DI: A mi no me mires, papá (levantando las manos y señalándose el vientre). Díselo a tu nieto...

>>>>

Estaba en el despacho, revisando unos papeles y me levanté de la silla. Llevaba ya rato sentado y necesitaba estirar las piernas.

Pero al mirar por la ventana, vi a Inés con nuestros nietos, dándoles de desayunar. Y me paré a pensar: "¿Qué hago que no estoy con ellos?
¿Qué hago aquí, si lo más importante está allí fuera?
¿Por qué estoy aquí, cuando puedo estar con el amor de mi vida, con mis nietos, mis hijos...?
¿Por qué...?"

No dudé ni un segundo en dejar los papeles y salir al jardín.

Los niños se alegraron al verme. Tanto que quisieron levantarse y venir corriendo hacia mi. Pero Inés no los dejó.

Me acosté hacia ellos y les sonreí. Les di un beso, incluida Inés, me senté en una de las sillas y ayudé a mi mujer.

Después de desayunar, quisieron jugar y nos pusimos a jugar con ellos.

IN: Pensé que querrías trabajar...

Me dijo mientras descansábamos un poco después de tanto jugar, sentados en la mesa dónde habíamos desayunado.

VI: Esa era la intención, mi cielo, pero me había levantado para estirar un poco las piernas y me asomé a la ventana. Te vi allí con nuestros nietos, dándoles els desayuno y me puse a pensar. Y fue cuando decidí salir y estar con ellos. Y contigo, por supuesto (cogiéndole una mano).

IN: ¿Y qué pensaste?

VI: El porque estaba allí dentro cuando yo quería estar ahí fuera contigo y con los niños. El querer disfrutarte a ti y a la familia mucho más de lo que puedo. Y ahora que estábamos con los niños jugando, en mi cabeza algo ha hecho un clic y tengo claro lo que voy a hacer mañana a primera hora de la mañana cuando llegue a la procesadora.

Felices; Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora