*Días después...*
Volvimos a la Hacienda la noche anterior. No nos habíamos acostado tan tarde, pero se veía que Inés tenía mucho sueño.
La dejé durmiendo mientras yo me daba una ducha y me vestía. Bajé a la sala y desayuné con los muchachos, quienes me preguntaron por Inés. Les dije que todavía dormía y no se lo creyeron.
Al terminar le subí una bandeja con el desayuno. Con una rosa incluida.
Me acerqué a la cama cuando llegué a la habitación y me senté a su lado de la cama, después de dejar la bandeja.
Le di un beso en la frente y eso hizo que se despertase.
IN: ¿Qué hora es?
VI: Buenos días, morenita.
IN: Buenos días, mi amor.
La besé y le cogí las manos. Ella seguía tumbada.
VI: Voy a dar un paseo con el caballo. Como sé que a ti no te gusta, no te pregunto si quieres venir. ¿O sí que quieres?
IN: No, mi amor. Ve tú (sentándose).
VI: Te he subido el desayuno (señalando la bandeja después de darle un beso).
IN: Gracias, mi vida. Pero no hacía falta, ahora iba a bajar a desayunar con los chicos.
VI: Mi cielo, son las ocho y media (sonriendo).
IN: ¿Qué? (se llevó las manos a la cara). ¿Por qué me has dejado dormir tanto?
VI: Porque lo necesitabas. Estabas muy cansada anoche.
IN: Por tu culpa, que no me dejas dormir.
VI: Anda, ahora será mía la culpa... Ven aquí (me acerqué y la abracé). ¿Todavía tienes sueño?
IN: No, me quiero levantar ya.
VI: Pero primero desayunas.
IN: ¿Y tú?
VI: Yo lo he hecho con nuestros hijos.
IN: Me habría gustado verlos.
VI: Lo haces en la comida, mi vida, no te preocupes (me levanté, cogí la bandeja y se la puse en las piernas). ¿Necesitas algo más?
IN: Que te quedes un ratito conmigo.
VI: Por supuesto. Todo el rato que quieras.
*Más tarde*
Ya había vuelto del paseo a caballo. Todo estaba en orden, no me preocupaba. Fui directo al despacho. Allí estaba Inés.
IN: Te estaba esperando, mi amor... (dejando las fotos en su sitio y girándose hacia mi).
VI: Ya estoy aquí (abriendo mis brazos para envolverle la cintura y abrazarla). ¿Para qué me necesitas?
IN: Los muchachos no pueden ir a recoger a los niños, tenemos que ir nosotros.
VI: Perfecto. Cuando sea hora, iremos. ¿Comeremos aquí?
IN: Donde quieran los niños.
Estuvimos un ratito abrazados y besándonos. Cuánto disfrutábamos esos momentos...
IN: He estado mirando las fotos...
VI: Sales preciosa en todas.
IN: Esa es la cosa, ¿por qué estoy en todas las fotos?
VI: Porqué me encanta mirarte.
IN: ¿Y no seria hora de cambiar la foto de las niñas y mía?
VI: No, esa me encanta. Siempre que la miro recuerdo hace años cuando la miraba y pensaba en ti todo el tiempo. En lo hermosa que eras. Eres. Por dentro y por fuera (me acerqué y le besé los labios).
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Felices; Años Después
RomanceLlevábamos ya cinco años casados y, no estábamos viviendo la vida que siempre habíamos soñado, estábamos viviendo una mejor, una muchísimo mejor. [...] Mi amor por ella no ha parado de crecer. No sé cómo me cabe todo lo que siento por ella en mi cu...