Capítulo 6

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*Hacienda Las Dianas*

*Mediodía*

El recibimiento de nuestros hijos fue perfecto cuando volvimos a casa, pero lo que no fue perfecto fue el clima.

Cuando volvimos estaba todo el cielo nublado y cada vez que nos acercábamos más a la Hacienda, era cada vez más negro.

Hacía muchísimo viento, y no llevábamos ni cinco minutos dentro de casa cuando empezó a llover fuertemente.

VI: Estaba esperando a que estrásemos (refiriéndome a la lluvia, dejando las maletas al lado de la puerta).

DI: ¡Papa! ¡Nana! (acercándose a saludarnos).

CA: ¡Que ganas teníamos de veros!

Después de abrazarnos y besarnos...

CA: Íbamos a hacer esto en el jardín, pero la tormenta no nos ha dejado (sentados en la mesa, esperando la comida).

VI: Esta tormenta nos dará guerra, ya veréis.

EM: Sí, no será como la última.

VI: No, muchacho, está será peor, bastante peor. Pero todo lo que podíamos hacer para evitar daños está hecho, falta que den resultados.

CO: Pero no hablemos de eso. Mejor hablemos de vuestro viaje. ¿Cómo os lo habéis pasado?

VI: ¿Con la mujer que amo cómo quieres que me lo pase? (cogiéndole una mano a Inés y besándosela. Ella me sonrió).

IN: Nos lo hemos pasado muy bien.

VI: Sí, hemos hecho de todo.

CO: ¿De todo? (mirándonos con cara pícara).

IN: ¡Constanza!

VI: Si, hija, de todo.

IN: ¡Victoriano! (muriéndose de vergüenza, seguro).

Connie y yo nos empezamos a reír al igual que todos, todos menos Inés, claro.

IN: Sois increíbles (tapándose la cara).

VI: Que no te dé pena, mi morenita.

DI: Bueno, ya. Dejemos este tema tranquilo.

IN: Diana tiene razón. Contadme, ¿cómo va todo por aquí?

AL: Muy bien, mamá.

CO: Sí, aquí también hemos hecho de todo (empezamos a reírnos otra vez).

IN: Con vosotros dos no puedo, eh. Sois terribles.

*Más tarde*

La lluvia seguía y era cada vez más fuerte igual que el viento. No había salido nadie de casa, solo Alejandro que había ido a por las niñas y no debería tardar en volver.

IN: ¿No tienes frío? (abrazándome por detrás).

VI: Un poco sí (besándole las manos).

IN: ¿Y por qué no entras? (en la misma posición).

VI: No sé. Me gusta estar aquí. ¿Alejandro no ha llegado todavía? (girándome hacia ella).

IN: No, todavía no. Y estoy empezando a preocuparme.

VI: No te preocupes. No habrá llegado todavía porque habrá mucho tráfico, ya sabes como son los días de lluvia.

IN: ¿Pero ni un mensaje ni nada?

Y justo en ese momento, le llegó un mensaje. De Alejandro.

VI: ¿Qué dice?

IN: Qué se quedará con las niñas en su casa hasta que pare un poco la lluvia.

Felices; Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora