*Hacienda Las Dianas*
*Mediodía*
El recibimiento de nuestros hijos fue perfecto cuando volvimos a casa, pero lo que no fue perfecto fue el clima.
Cuando volvimos estaba todo el cielo nublado y cada vez que nos acercábamos más a la Hacienda, era cada vez más negro.
Hacía muchísimo viento, y no llevábamos ni cinco minutos dentro de casa cuando empezó a llover fuertemente.
VI: Estaba esperando a que estrásemos (refiriéndome a la lluvia, dejando las maletas al lado de la puerta).
DI: ¡Papa! ¡Nana! (acercándose a saludarnos).
CA: ¡Que ganas teníamos de veros!
Después de abrazarnos y besarnos...
CA: Íbamos a hacer esto en el jardín, pero la tormenta no nos ha dejado (sentados en la mesa, esperando la comida).
VI: Esta tormenta nos dará guerra, ya veréis.
EM: Sí, no será como la última.
VI: No, muchacho, está será peor, bastante peor. Pero todo lo que podíamos hacer para evitar daños está hecho, falta que den resultados.
CO: Pero no hablemos de eso. Mejor hablemos de vuestro viaje. ¿Cómo os lo habéis pasado?
VI: ¿Con la mujer que amo cómo quieres que me lo pase? (cogiéndole una mano a Inés y besándosela. Ella me sonrió).
IN: Nos lo hemos pasado muy bien.
VI: Sí, hemos hecho de todo.
CO: ¿De todo? (mirándonos con cara pícara).
IN: ¡Constanza!
VI: Si, hija, de todo.
IN: ¡Victoriano! (muriéndose de vergüenza, seguro).
Connie y yo nos empezamos a reír al igual que todos, todos menos Inés, claro.
IN: Sois increíbles (tapándose la cara).
VI: Que no te dé pena, mi morenita.
DI: Bueno, ya. Dejemos este tema tranquilo.
IN: Diana tiene razón. Contadme, ¿cómo va todo por aquí?
AL: Muy bien, mamá.
CO: Sí, aquí también hemos hecho de todo (empezamos a reírnos otra vez).
IN: Con vosotros dos no puedo, eh. Sois terribles.
*Más tarde*
La lluvia seguía y era cada vez más fuerte igual que el viento. No había salido nadie de casa, solo Alejandro que había ido a por las niñas y no debería tardar en volver.
IN: ¿No tienes frío? (abrazándome por detrás).
VI: Un poco sí (besándole las manos).
IN: ¿Y por qué no entras? (en la misma posición).
VI: No sé. Me gusta estar aquí. ¿Alejandro no ha llegado todavía? (girándome hacia ella).
IN: No, todavía no. Y estoy empezando a preocuparme.
VI: No te preocupes. No habrá llegado todavía porque habrá mucho tráfico, ya sabes como son los días de lluvia.
IN: ¿Pero ni un mensaje ni nada?
Y justo en ese momento, le llegó un mensaje. De Alejandro.
VI: ¿Qué dice?
IN: Qué se quedará con las niñas en su casa hasta que pare un poco la lluvia.
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Felices; Años Después
RomanceLlevábamos ya cinco años casados y, no estábamos viviendo la vida que siempre habíamos soñado, estábamos viviendo una mejor, una muchísimo mejor. [...] Mi amor por ella no ha parado de crecer. No sé cómo me cabe todo lo que siento por ella en mi cu...