#7

450 31 6
                                    

Sin respuestas, Agoti no contestaba sus mensajes ni sus llamadas, ni siquiera sabía dónde estaba, ¿qué había dicho que le había hecho enojar tanto? Solo había dicho la verdad, no tenía porque actuar de forma tan prepotente.

Dejando su teléfono sobre la cama, simplemente se limitó a mirar el techo, no podía dormir, sentía aquella cama tan vacía, y se sentía extrañamente deprimido.
¿Sería esto una señal del fin de lo que tenían? Los lazos se rompían cuando el alpha mordía y marcaba el cuello de otro omega, esto era lo que generalmente causaba en él omega anteriormente marcado un brote depresivo, dolor en su anterior zona mordida, y un vacío en su vientre.

¿Estaría Agoti con otro omega ahora mismo o solo era efecto del distanciamiento?
No era de su incumbencia, pero sería inmaduro de su parte precipitarse así y causarle este sentir por una simple discusión.

Dios, por eso los odio tanto...

Cubriendo su rostro con sus manos, simplemente suspiró, ¿cómo podía sentirse bien nuevamente? Esta incomodidad no le abandonaba a pesar de que tratara de ignorarlo ocupando su mente en otras cosas.
Finalmente se levantó de la cama, caminando por la oscura habitación, abrió su armario, buscando entre su ropa alguna prenda que Agoti hubiera dejado, para su suerte, una sudadera estaba ahí, una de las favoritas de Agoti, ¿cómo había podido olvidar eso?

Estirando la prenda, observó aquella sudadera con decoraciones al estilo universitario, de torso rojo con mangas blancas que tenían dos franjas cruzando sus antebrazos, se quitó su camiseta de pijama, dejándola caer sobre el suelo, y con su cuerpo semidesnudo abrazó aquella sudadera, acercándola a su rostro para olfatearla un poco, se sintió bastante reconfortante, poniéndosela, disfruto del aroma que está emanaba, le traía tanta paz.

Lagrimeando una poco, se sintió patético por tener que recurrir a este tipo de cosas para volver a sentirse bien, odiaba la vida como un omega marcando, era doloroso y cruel. Realmente nadie valoraba lo suficiente a los omegas en general y aún menos todos los malestares físicos luego de haber sido marcados por un alpha.

Regresando a su cama, simplemente se recostó en aquel gran y vacío colchón, acomodándose sobre su costado, se encogió un poco en posición fetal, dejando que aquella prenda cubriera hasta sus muslos, le traía paz suficiente como para poder dormir, y el envolvente aroma de Agoti le hacía sentir seguro.

(...)

La luz entraba por su ventana dando contra su rostro, obligándole a salir de su placentero sueño, simplemente se estiró, mirando en dirección a la ventana pudiendo ver el despejado cielo de medio día, podría jurar haber cerrado sus cortinas anoche.

En cuanto se incorporó, observó el aún vacío espacio en la cama, realmente extrañaba sentirse mínimamente acompañado, ¿dónde estaría Agoti ahora? Le preocupaba un poco.

Estirando sus brazos un poco, notó lo largas que le quedaban aquellas mangas, su alpha solía usar prendas holgadas, pero esto ya era exagerado.
Escuchando la puerta principal, juntó sus rodillas un poco, levantándose rápidamente de la cama para asomarse en la puerta a ver de quien se trataba aquella llegada, encontrándose al muchacho de piel mestiza de frente en cuanto se asomó por el marco de la puerta.

Ah, ya estás despierto.—Dijo el joven.

¡Agoti! —le envolvió con sus brazos, apoyando su rostro contra el hombro del chico.

En silencio, Agoti correspondió su abrazo, soltando un suspiro en lo que se encorvaba un poco para más comodidad, deslizando sus manos a sus muslos para poder levantarle del suelo, dejando sus piernas alrededor de su cintura, disfrutando del agarre que el más bajo ejercía con sus brazos alrededor de su cuello.

¿Qué pasa? ¿Me extrañaste mucho? Creí que te molestaba que estuviera tanto rato contigo.

Creí que ya te habías buscado a otro omega y que me habías dejado solo...

Pero... Tu dijiste-

Sé lo que dije, carajo. Entiende que son las hormonas, además... Estaba enojado, sueles ser muy encimoso, también necesito mi espacio, pero... P-pero no que te vayas...

Sonrojándose un poco, Agoti restregó su mejilla en la del omega, si bien no podía contradecir lo de las hormonas Tabi tenía razón, había sido demasiado territorial, tenía que cambiar eso, o al menos intentar trabajar en ello.

No me dejes así otra vez, por favor.

No lo haré, lo siento. ¿Te pusiste muy triste? Déjame compensarlo, ¿vale? —Dio besos sobre su mejilla.

Apegándose un poco a Agoti, asintió, realmente no le importaba una compensación, solo quería sentirlo cerca, durante toda la noche se había sentido incómodo y no había descansado cómo corresponde, pero ya nada le acomplejaba.

(...)

— ¿Qué era lo que veníamos a comprar? —Preguntó Agoti, sosteniendo la bolsita de tela de las compras.

Ehhh. —Miró la lista, ambos eran demasiado dispersos como para concentrarse en algo específico.— fideos, lentejas, carne y compota.

¿Para qué queremos compota?

Se me antoja comer, es mi dinero, si no quieres más para mi. —se adelantó a buscar lo que necesitaban.

. . . ¿Se te qué? ¿Antoja? —se apresuró a seguirle el paso.— ¿Tomaste los anticonceptivos que te compré?

¿Por qué preguntas?

¿Quieres que te narre el revolcón que nos dimos?

Pendejo de mierd- —Le dio un golpe en el hombro.— No estoy preñado, me tomé la pastilla del día después, no llames a la desgracia.

Tabi, debes tomarte los medicamentos que tienes prescritos, se hinchó el nudo, ambos sabemos que-

Ay, relájate, ¿Enserio crees que quedare preñado con solo una vez que te vengas dentro?

Preocupado, Agoti simplemente suspiró, si Tabi decía algo era mejor creerle, el era quien sabía después de todo, era el ruso quien se informaba correctamente sobre las cosas, al contrario él no sabía ni ponerse bien un condón, aunque... Igual fue interesante la "clase particular" que le dio Tabi sobre la sexualidad, podría repetirlo.

Uɴᴛᴏᴜᴄʜᴀʙʟᴇ -[Tabi x Agoti] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora