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Era raro, actualmente se encontraban cursando la semana 10 del embarazo, y definitivamente su cuerpo no había sufrido ningún cambio significativo, faltaban dos semanas más para finalizar el primer trimestre, y ni siquiera había empezado a crecer algún tipo de panza, eso era mejor para el y su secreto, pero ¿qué tan sano sería eso para el bebé?

Metiendo una lata de atún en el carro de sus compras, soltó un suspiro pesado, habían pasado unos días desde que no había visto a Agoti, su trabajo le había tenido bastante ocupado, y debía recuperar el balance en su carrera musical después de haber cancelado la gira, al menos todavía no habían salido a la venta los boletos de entrada, devolver el dinero hubiera sido un problema gigante.

Definitivamente ser separado del alpha que lo marcó era algo significativo, anteriormente había pensado en escapar de la responsabilidad de ser padre una vez que el bebé nazca, pero con la simple lejanía de unos días que había mantenido con Agoti y la ansiedad u estrés eran más frecuentes de lo que había imaginado.

Maldita sea, ¿desde cuando esto está tan costoso? —Reclamó en voz baja tras ver el precio de unos detergentes.

Se movilizó, generalmente solía saltarse cierto pasillo, pero aquella vez le ganó la curiosidad, y sabía que más adelante tendría que entrar en el pasillo maldito: El de los cuidados para bebé.
Adentrándose en aquel pasillo, lo primero que hizo fue mirar el precio de los pañales, definitivamente agradecía el haberse enlazado con un alpha adinerado, sino hubiera quedado en la banca rota comprando simples pañales.

¿Y qué mierda tienen o por qué tan caros, acaso son de oro? —Tomó uno de los paquetes de pañales para leer lo que ofrecía aquella marca.

Vaya, que pequeño es el mundo.

¿Mh? —Volteó.

Sus ánimos se fueron en picada al suelo, encontrarse con su ex pareja no era la mejor de las situaciones, más porque ambos estaban en el pasillo maldito, y una de las cosas que Tabi mas había repetido durante su relación con esa chica era que jamás quería tener hijos.

Metiendo torpemente la bolsa de pañales en su lugar, trató de escapar rápido de aquel pasillo junto a su carrito, pero la chica se puso a su lado rápidamente atrapando uno de los costados del carro de compras en búsqueda de detenerle, se le veía apurada.

Espera, Tabi. Escúchame, por favor. —Habló rápidamente la muchacha.

No quiero hablar contigo, si no me dejas en paz voy a gritar que me estás acosando.

No, por favor. —Le tomó de los hombros.— Escucha; Lo siento, lo siento mucho, sé que la forma en la que terminó lo nuestro no fue la mejor, y sé que mis palabras no te otorgan nada, pero te juro que no quería que mi padre te hiciera el daño que te hizo, jamás pude disculparme adecuadamente. Yo enserio te amaba, Tabi, pero mi padre fue la mente maestra en todo el sufrimiento que pasaste, yo jamás hubiera permitido que te pusieran una mano encima.

Arrugando el entrecejo, el ruso empujó a la chica para hacerla a un lado, estaba poniéndose ansioso, no le gustaba sentirse vulnerable con esa mujer al lado, su familia ya le había hecho mucho daño, era imposible que las personas cambiaran tan rápido, y la maldad era algo que esa familia traía en la sangre.

No quiero tus explicaciones, Cherry, ¿o debería decirte "Gf"?, ¿dónde esta el enano que pretendes engañar ahora?

Tabi, después de lo que mi padre te hizo abandone mi hogar, me independicé e hice una vida nueva, créeme cuando te digo que soy incapaz de lastimar a otros, todo fue idea de mi padre, yo no tuve nada que ver.

Agachando su mirada, el ruso pudo notar el ansioso temblar de las manos de la chica, esa debilidad era algo que jamás había visto cuando estaban juntos, ahora era más expresiva, sin embargo, había una pizca de desconfianza que no le permitía aceptar sus disculpas.

Sus sentimientos estaban en una inmensa batalla en su interior, en parte quería creer que esta chica hablaba con la verdad, pero no podía abandonar el odio que sentía, habían arruinado su apariencia, su vida social, y le había costado mucho el ponerse de pie, si esa muchacha quería su perdón tendría que sufrir con la culpa el mismo tiempo que él había estado sufriendo su pérdida.

No puedo perdonarte aún, Cherry. Mientras no vea que hayas cambiado no puedo confiar en ti.

Entiendo. —Rascó detrás de su cabeza, desviando su mirada unos segundos.— Aún así, esperó que puedas perdonarme algún día, si llegarás a necesitar algo cuentas conmigo todo mi apoyo.

No necesito nada de ti. —Tomó nuevamente su carrito y se alejó.

. . . Felicidades por el bebé.

Deteniéndose en seco, volteó rápidamente a ver a la muchacha, ¿se había dado cuenta?, ¿cómo? Definitivamente no era algo evidente, su cuerpo no podía delatar su embarazo, ¿o si?, ¿serían sus feromonas? Frunciendo el ceño, simplemente volvió a darle la espalda, saliendo rápidamente de aquel pasillo, sintió el pulso completamente acelerado, sentía que el aire le faltaba.

Esa familia no podía saber que estaba embarazado, era imposible, había perdido totalmente el contacto con ellos desde lo ocurrido en el restaurante; y se supone que Cherry era la única que conocía su rango de omega, ¿qué tan verídico sería eso ahora?, ¿y si volvían para hacerle daño?, ¿debía entrar en pánico?

Podía oír su propio latir, estaba sufrido un ataque de pánico, no puede ser, ¿por qué en público? Sus feromonas se dispararon, y comenzando a sudar frío se encogió un poco, abrazándose a sí mismo, lo que pasaba a su alrededor pasó a ser completamente ajeno a él.

Cerrando sus ojos, sus piernas temblaron, temía que estas fallaran hasta que unos brazos firmes le envolvieron en un abrazo apretado.

¿A-Agoti? —Jadeó con desespero.

No, lo siento, Tabi, pero debes relajarte ahora. Estarás bien. —Dijo aquella misma voz femenina.— Tranquilo, llamaremos a Agoti cuando esto termine, ¿vale?

Mierda, odiaba que esa chica siguiera recordando cómo tratar sus arranques desesperados, sin embargo, apreciaba que no hiciera la vista a un lado, al menos se estaba haciendo cargo de lo que ella provocó.

Unas suaves palmadas en su espalda le hicieron terminar de relajarse, en lo que su respiración de calmaba, las palmas de esa chica cambiaron de acción, empezando a abanicar su rostro, las feromonas de esa alpha fueron opacando las suyas, y pronto la situación comenzaba a pasar por alto, nadie más se había dado cuenta de lo sucedido, era impresionante el cómo fácilmente pudo haber estado muriendo y nadie más que su ex se había acercado a ayudar.

En definitiva, este mundo se estaba pudriendo.

Uɴᴛᴏᴜᴄʜᴀʙʟᴇ -[Tabi x Agoti] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora