Uɴᴛᴏᴜᴄʜᴀʙʟᴇ -[Tabi x Agoti]

#16

— ¡Tabi! —Alzó la voz el joven digidevil.

Precipitándose al omega, no dudó en atraerle a su cuerpo separándole de Gf por completo, pero con la fuerza necesariamente reducida como para no ser brusco, rodeándole con sus brazos, fue correspondido al instante, notando el temblar del ruso que se aferraba a su cuerpo en búsqueda de algún tipo de soporte emocional.

— Tranquilo, amigo. Todo está bien, estoy aquí. —Dijo con suavidad buscando consolarle, agregando suaves caricias por la espalda del más bajo.

Asintiendo frecuentemente, el bajito extranjero ocultaba su rostro contra el pecho del muchacho de la sudadera roja, buscando controlar el temblar de su cuerpo, logró hacerlo luego de unos eternos e infernales minutos.

Odiaba que le hubiera pasado aquello en medio de un lugar público, todo el mundo miraba y definitivamente no se sentía cómodo siendo el centro de atención de todos.
En lo que se separó de Agoti, no alcanzó a formular alguna palabra antes de verle acercarse amenazantemente en contra de Cherry, quien dio un par de pasos atrás hasta que Agoti le jaló del brazo con brusquedad.

— ¡¿Qué fue lo que pretendías hacerle?! —Cuestionó alzando la mano para golpearle, pero se contuvo, el hecho de estar siendo observado por todos no le daba aquella libertad de golpearle y salir invicto.— Dame una maldita razón para no arrancarte los dientes aquí mismo.

— No fue mi culpa el que Tabi sufriera un ataque de pánico, si no hubiera sido por mi pudo haber terminado peor, deberías estar un poco más agradecido. —Reclamó la muchacha, y en parte tenía razón.

— ¿Agradecido? —Carcajeó, rodando su mirada en lo que llevaba su mano a su frente. Volviendo a verle con algo de odio.— Que descarada eres, estoy completamente seguro de que tú le hiciste algo para ahora hacerte la héroe, y no me voy a quedar de brazos cruzados, te mataré si-

— Agoti. —Interrumpió el ruso, abrazando por la espalda al alto y enfurecido alpha.— No hagas un espectáculo aquí, s-solo vámonos, está bien.

— Pero-

— Por favor.

Tensando la mandíbula, el muchacho maldijo en voz baja, haciéndole un gesto amenazante a la chica, se negaba a agradecerle por algo a ni siquiera presenció, tenía que ver para creer, con esa familia manipuladora no podía hacer la vista a un lado y darles en el gusto, no confiaría ahora ni nunca en alguno de ellos hasta que demostraran el que habían cambiado.

Dando la vuelta, tomó la mano del ruso, sacándole de aquel lugar seguía regañando en voz baja, este tipo de situaciones le sacaban de quicio, pero no era culpa de Tabi, y eso estaba claro para el. Abriendo ma puerta del alargado vehículo, le hizo un gesto a su amigo de que pasara, y en cuanto esté entró elle siguió y se acomodó, cerrando la puerta para así frotar ambas palmas en su rostro.

— Chofer, llevando a mi casa, por favor.

— Claro, joven Andromeda.

Arrancando el vehículo, se movilizaron a la enorme y lujosa casa en la que vivía Agoti junto a su familia, Tabi se sentía avergonzado, ni siquiera había comprado lo que quería, se sentía un poco inútil, ¿cómo podría vivir criando y cuidando a un niño si no podía valerse por sí mismo?
Suspirando, miró por la ventana, notando en el reflejo del cristal la figura de Agoti, fija el su mirada en lo molesto que lucía, eso realmente no le hacía sentir mejor.