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Kanae se sumergió con lentitud en la gran tina de agua caliente, luego de un arduo día de trabajo atendiendo a los herido que llegaban a su finca la pilar acostumbra a tomar largos baños con el propósito de relajarse y reacondicionar su cuerpo.
Era bastante gratificante en palabras propias, el como el agua la envolvía y le daba calma y relajación, justo como cierto pilar.
Tras media hora de Baño la Kocho se encontraba en su habitación portando de momento únicamente su toalla, buscaba un Yukata que ponerse cuando su vista se fijo en el haori bitonal en medio de su futon.
El pilar del Agua Giyu Tomioka estuvo recientemente siendo tratado en su finca, nada muy grave, solo unas heridas menores a causa de un descuido en su última misión, algo típico proviniendo de el.
Lo más dañado resultó ser su prenda más característica, ese peculiar haori de dos tonos, Kanae solo sabía que era algo de gran valor sentimental para su amigo y interés amoroso secreto, no sabía el porqué de esto y tal vez nunca llegase a saber.
Pero no le importaba con solo saber que era algo importante para el le bastaba momentáneamente, asi que amablemente se ofrecería a remendarlo, otras vez, mientras el se recuperaba.
La Kocho miró con curiosidad aquella prenda, acto seguido y luego de percatarse que nadie estuviera cerca de su despacho, al suelo caería su toalla exponiendo su bella y esbelta figura la cual rápidamente tapo con el haori de su compañero.
Kanae no negaría que desde el momento en que el Azabache le confío por primera su haori esta no pudo resistirse a la idea de ponérselo y jugar como si de una niña se tratase a imitarlo.
Le causaba gracia y algo de vergüenza a su vez, y muy probablemente se moriría por esto último si alguien la llegase a encontrar en dicha situación, pero de momento era su secreto bien guardado.
Una suavey divertida risita se escapo de los carnosos labios de Kanae, el motivo algo tan simple como era el ver lo grande que le quedaba el haori de las mangas.
- Kocho ya esta listo mi haori - Abriéndole lentitud la puerta del despacho hablaría el ya recuperado Giyu. Si Kanae tenía que descartar un mal hábito que el Tomioka poseía, era sin duda alguna entrar sin primeramente avisar.
Giyu ya había sido dado de alta por Aoi luego de una última revisión y de un breve sermón al pilar sobre ser más precavido para ka próxima.
Las suaves palabras del varón hicieron a Kanae salir de su mundo, de su trance en el cual ignoraba todo lo que sucedía a su alrededor, agradeció mentalmente en ese momento estar dándole la espalda al Tomioka pero aun así se aseguraría que el haori tapase bien su cuerpo desnudo.
- To-Tomioka-San esto no es lo que parece... - Un leve sonrojo a causa de la pena que sentía en esos momentos adornaria su pálido rostro, su secreto había sido descubierto y todo a causa de su mal hábito de nunca revisar si la puerta tenía seguro o no.
Unos pocos segundos pasaron y no hubo contestación por parte del varón.
- ¿Huh? ¿To-Tomioka-San? - Menciono la Kocho con una ligera confusión pero sin todavía darse la vuelta para verse cara a cara con el varón.
Giyu se había quedado estático, un tanto embobado apreciando lo tierna que se veía la pilar a causa de lo grande que le quedaba su haori.
- Linda... - Se le escaparon las palabras de la lengua o mejor dicho Giyu pensaría en voz alta.
Fin
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