Capitulo 37 Madre

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Pov Preservadora de las Nubes:

Esta historia comienza muchos muchos años atrás... 

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En ese tiempo, nosotros los adeptus no estábamos acostumbrados a tratar con los humanos, Rex Lapis siempre fue quien hablaba con ellos, mientras nosotros solo los protegíamos desde las sombras, fueron buenos tiempos aquellos... 

Tu madre y yo éramos muy buenas amigas, en comparación de los demás adeptus que siempre preferían estár solos, nosotras vivíamos juntas en un gran paramo que tenía un gran lago al lado del dominio en el que habitábamos... Un lugar verdaderamente hermoso que vivirá siempre en mis recuerdos.

Ella a comparación de mí, siempre fue alguien muy vivás, curiosa y algo torpe la verdad, pero siempre mostraba su amabilidad a quien lo necesitara de manera indirecta pues, aunque le gustara ayudar a la gente de Liyue, era bastante tímida y no quería que se asustaran por su apariencia. 

 Hubo una noche en la que Rex Lapis había solicitado mi presencia para tratar unos temas sobre el futuro de Liyue, así que no pude estár presente en el momento que pasó, pero fue tu madre quien me contó.

Esa noche, ella salió a pasear un rato, me contó que simplemente, quería despejarse un poco.
Anduvo por un buen tiempo hasta que llegó al lago que estaba cerca de donde vivíamos, al inicio quiso entrar al agua para relajarse, pero un olor fue lo que llamó su atención, al dirigirse a ese olor, vio tiradas unas prendas humanas, esto ya de por si era extraño ya que ningún humano se había acercado a esos lugares antes, así que ella simplemente se fue acercando y notó que el olor venía de esas prendas, era un olor dulce, igual que las flores que ella tanto amaba, así que no se pudo resistir y terminó comiendo esas prendas. 

Fue en ese momento que un grito la asustó por un momento, ella dirigió su mirada hacia donde provenía el grito y, ahí fue cuando lo vio por primera vez. 

Era un hombre joven que estaba dentro de las aguas del lago, ese joven estaba completamente aterrado, y que humano no lo estaría? un ser gigantesco, casi tanto como una montaña, estaba justo frente a él. Fue por eso que tu madre tomó la decisión de cambiar su forma física y volverse más humana para así calmar al joven...

Esa fue la primera vez que ellos se encontraron. No sé que pasó después de eso pues nunca quiso decírmelo, pero fue a partir de ese momento en que empecé a notar que ella se volvía cada vez más y más radiante... Como si hubiera vuelto la vida en ella, así durante muchos meses, ella simplemente desaparecía durante horas y regresaba por la noche con una gran sonrisa, al inicio no le presté mucha importancia pues estaba bien con que ella estuviera feliz, mi curiosidad empezó a crecer cuando una noche ella volvió en su forma humana, cosa que nunca antes había hecho. Al inicio no le pregunté nada, pero conforme pasaban los días, ella seguía manteniendo esa forma, tanta fue mi curiosidad que un día fingí salir para poder seguirla y ver donde iba. 
Lo primero que notaba es que ella ya usaba su forma humana casi todo el tiempo, así que la imité para que no se diera cuenta de mí, yo guardaba mi distancia y solo la seguía, estuvimos un buen rato caminando hasta que llegamos al lugar, una casa a las afueras de la Ciudad de Liyue, yo estaba escondida un poco lejos detrás de una roca, desde ahí pude ver como ella se dirigía a esa casa y tocaba la puerta felizmente. Al cabo de unos minutos un hombre salió de la casa con un gran ramo de flores chingxin en sus manos, él se las entregó a tu madre mientras ella saltaba feliz a abrazarlo, luego de que se separaran, el hombre ingresó nuevamente a su casa pero al poco tiempo salió con una canasta en su mano, cerró la puerta y ambos se fueron tomados de la mano. 

Yo rápidamente los seguí desde lejos y veía las interacciones que ellos tenían, pude ver lo feliz que era ella estando a su lado... Caminaron por mucho tiempo hasta que al fin llegaron a su destino... 

El fin del viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora