después de lo ocurrido en el segundo rito de la linterna que Aether presenció, este desapareció durante mucho tiempo, pero de un día para otro apareció en la entrada de Liyue aunque...
El viajero estaba totalmente cambiado, tanto su físico como su n...
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... SIGUIENTE
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Relajatetera
Gordi: Entonces... ¿Me van a matar? *Con Miedo*
Ei: No, por ahora.
Sara: Gracias por la "poca" información...
Yae: Shenhe querida, no te apetece hacer pollo asado con miel para nuestra próxima cena?
Shenhe: Gracias por la sugerencia... Creo que ya sé cual será la presa...
Las gélidas palabras que la pobre ave adeptica recibía hicieron que su cuerpo temblara.
Gordi: E-esperen!! H-hablemos. ¿sí? [Que bueno que Makoto-sama se fue a dormir hace un rato... No verá como estas locas me torturarán...]
Yae: Ara, ¿No eras tú quien no quería hablar hace un momento? Nos dijiste una verdad a medias y quieres que te dejemos como si nada hubiera pasado...Mereces un castigo, pero el tamaño de ese castigo puede ir disminuyendo siempre y cuando tú quieras hablar...
La sonrisa sádica que se formó en los labios de Yae Miko cuando mencionó la palabra "castigo" hizo que se le bajara la presión a la pobre ave.
Sara: Encima tienes mucha suerte que solo nosotras estemos en la Relajatetera.
Ei: Ganyu se sigue recuperando desde lo que pasó al igual que las demás chicas que participaron en lo de Mondstadt.
Yae: Y ahora Aether desaparece sin decirle nada a nadie... Pero tú sabes donde está o por lo menos, que está haciendo.
Shenhe: Pero te niegas a colaborar por la buenas.
Gordi: N-no e-esperen!!!
Yae/Sara/Ei/Shenhe: Así que será por las malas!!!
Gordi: NOOOOO!!!!
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NOOOOOOOOO!!!!
El grito de agonía invadía el lugar, era un grito tan desgarrador que, con tan solo oírlo, uno podía hacerse la idea del dolor que debía de estar experimentando la persona.
Aether: Haces mucho ruido.
Norio: MI OJOOOO!!! DUELE DUELE DUELE!!!!!!!
El hombre se arrastraba por el piso tratando de alejarse de la espeluznante figura que lo seguía, aquel joven de cabellera rubia y de ojos dorados que por momentos se tornaban de un color rojo como la sangre.
Sangre que ahora comenzaba a manchar toda su cara mientras él trataba de tapar con una de sus manos esa cuenca vacía donde antes yacía un globo ocular.
