Ciudad de Mondstadt
La oscuridad de la noche era fuertemente opacada por las luces que la gran ciudad de la nación de la libertad emitía, fuertes gritos de alegría, sorpresa, tristeza... Toda esa mezcla de emociones fueron las que dieron la bienvenida a los valientes guerreros que dieron todo de si para proteger a su nación, para poder ver el mañana con la mirada en alto, llena de esperanza.
No muy lejos del gran puente de piedra, se podía escuchar el ruido del trote de los caballos, el grito enérgico de los aventureros, el marchar de los caballeros de favonius, todo con la alegría de volver, de poder volver a casa victoriosos.
Los ciudadanos se colocaban a los extremos del puente para recibirlos con la más cálida bienvenida que pudieran dar a sus héroes y... Darle los respetos correspondientes a los caídos...
En el frente de todo se encontraba La Gran Maestra de los Caballeros de Favonius, Jean Gunnhildr, tenia una mirada serena, miraba a todos los los ciudadanos y les daba una sonrisa, tenía que mostrarse fuerte ante ellos, por más que por dentro sea todo un lio, ahora no podía mostrar debilidad.
Venti: Calmate, si tienen que reclamarle algo a alguien es a mí, no sigas culpándote por todo. *Susurro*
Venti, Mejor conocido por toda Mondstadt como Barbatos, Se encontraba a su lado, ambos iban caminando a la cabeza, siendo recibidos con gran amor por la gente... Siguieron avanzando hasta llegar a la gran entrada de la ciudad donde todos se detuvieron abruptamente.
Jean: Ahora...
Casi como un susurro, Jean dio la orden y, todos los caballeros, aventureros y demás abrieron el paso poniéndose a los lados, todos se arrodillaron y con la mirada baja dejaron que los caídos en batalla y los heridos sean los primeros en volver a casa.
Barbatos emprendió vuelo junto con ellos, tocando con su lira una música calmada y llena del sentimiento, dando consuelo a los familiares de aquellos que fueron y no pudieron volver.
Una cálida brisa soplaba para todos ellos, los cuales con lágrimas en los ojos miraban a lo más alto por el orgullo que significaba, era una bendición otorgada por el mismísimo Barbatos.
.
Jean: Por fin... Puedo descansar un poco...
Había pasado un tiempo desde que llegaron a la ciudad, los heridos habían sido transportados en caballo a la iglesia de favonius para poder ser mejor atendidos, mientras los cuerpos fueron llevados a otro lugar para poder hacerles su ceremonia correspondiente entre esos días y darle un entierro digno.
Venti por otro lado fue adorado a más no poder, él creía que la gente le echaría en cara todo lo sucedido, todo lo malo que había pasado y el porque los había "abandonado" pero no, el amor que tiene por el era mucho mucho más grande de lo que esperaba...
Venti: Verdad que sí...? Jean, puedo preguntarte algo?
Jean ahora atenta a lo que su Dios le decía, asintió.
Venti: Porque sigues creyendo en mí...? Digo, tú antes que cualquiera sabías quien era yo en realidad, Puede que me haya presentado ante todos ocultando mi rostro con mi poder, pero tú si sabes quien soy... Entonces porque...
Jean: No lo sé, simplemente confío en ti, confío en que tu siempre velarás por la seguridad de todos, Puede que no sea la respuesta que esperabas, pero yo seguiré creyendo y respetando al Dios que apoyó a esta nación...
Venti: Jean... Gracias... Recuerdas que te iba a decir cual era el motivo de mi ausencia estos días?
Jean: Sí, pero si es algo delicado no hay necesidad de decírmelo.
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El fin del viaje
Fanfictiondespués de lo ocurrido en el segundo rito de la linterna que Aether presenció, este desapareció durante mucho tiempo, pero de un día para otro apareció en la entrada de Liyue aunque... El viajero estaba totalmente cambiado, tanto su físico como su n...