De vuelta a Hogwarts

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Una chica con el pelo rojo fuego hasta la cintura avanzaba por una estación repleta de gente perseguida por sus padres y su enfadada hermana Petunia. Saludó a un par de chicos de su mismo curso y dio un enorme abrazo a una muchacha castaña clara. Se giró hacia el matrimonio Evans y su hija mayor y sonrió ampliamente.


—Bueno... Ya podéis iros. Creo que Tuney tiene ganas de marcharse. —dijo mirando a su descontenta hermana, que cruzaba los brazos encima de su pecho y miraba a Lily con desaprobación, poniéndose colorada tras su comentario.

—Yo... Solo... Es que no me encuentro muy bien. —logró balbucear la joven. Porque Petunia Evans ya no era una niña, tenía diecinueve años, y estaba realmente enfadada con sus padres por haberla obligado a acompañar a su hermana a ese sitio de "anormales". ¿Es que no podían haberla dejado en casa de su novio?— Que te vaya bien. —Añadió para contentar a su familia. Hacía tiempo que nada era lo mismo entre ella y sus padres, y tampoco con Lily. Todo cambió el día en que ella recibió esa carta para ir a esa escuela de monstruos.


—Gracias Tuney... ¿Sabes que yo te quiero mucho, verdad? —respondió la pelirroja abrazando a su hermana. Ella se dejó hacer, aunque odiaba esa situación. No fue capaz de responder que también la quería, eso sería llegar demasiado lejos, y parecer débil. A modo de respuesta hizo una pregunta:

—¿Porque este año no has venido con el rarito? —dijo remarcando la última palabra. Lily la miró negando con la cabeza. No le gustaba que su hermana se metiera con Severus, pero le dolía más el hecho de que ya no hablaba con él. 


El silbido del tren la salvó de responder, se separó de Petunia y dio dos besos a sus padres, para luego coger las maletas y subir al Expreso de Hogwarts. Buscó un compartimiento vacío porque le apetecía estar sola un rato, pero no encontró ninguno, así que decidió entrar en el que se encontraba un único chico: Remus Lupin. 


—¡Hola Lily! —La saludó el hombre lobo apartando la mirada del libro que leía.— ¿Que tal el verano?


—Muy bien, gracias por preguntar... Aunque tenía ganas de volver, echaba de menos esto, ¿sabes? —Respondió sentándose delante del muchacho, junto a la ventana. Miró hacia fuera justo cuando el tren empezaba a ponerse en marcha, y le dio tiempo de despedir con la mano a su familia una última vez antes de que la máquina abandonara la estación. 

—Si... Yo también quería volver, aunque la verdad es que me deprime un poco pensar que este va a ser nuestro último año en Hogwarts...

—Tal vez será el último, Remus... Pero también será el mejor.

Somos Infinitos #CarrotAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora