El sombrero del amor

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El gran comedor estaba decorado en motivo de la graduación. La última idea de Dumbledore había sido poner a los alumnos de adorno, así que cuando entraron por la puerta todas las caras de sus compañeros los observaron desde las paredes. La fiesta solo era para los de séptimo y sus parejas. Lily se aferró al brazo de Remus, y fueron seguidos por Sirius y Annie, esta ultima sonrojada al sentir brazo de Sirius rodeando su cintura. James, junto a su pareja, una niña de tercero a la que el chico había aceptado por lastima, iban los últimos.

Por la pared de su derecha pasó la imagen de James Potter sobre su escoba. Más allá la proyección de un Sirius lanzaba besos y guiñaba el ojo. La imagen de Remus, fiel al Remus real, estaba sentada leyendo un libro. Lily "proyectada", por su parte, no se parecía nada a la Lily de verdad. Vestía una falda corta, y un top ajustado, y bailaba sensualmente haciendo que muchos de los chicos de la sala se sintieran incómodos.

-¡¿SE PUEDE SABER QUE ES ESO?! -Chillo la pelirroja mirándose a si misma. Todos rieron excepto James, que lanzó una mirada fulminante a un grupo de Hufflepuff que miraba el retrato de su novia animadamente. Se sentaron en unas sillas colocadas a lo largo del gran comedor.

-¡BIENVENIDOS, ALUMNOS DE SÉPTIMO Y PAREJAS! -La voz de Dumbledore se oyó por todo el comedor.- Este año, como podéis ver, hemos decidido que los adornos serán ustedes mismos. A demás hay una sorpresa, profesora Mc Gonagall, haga el favor de traer... Las dos cosas.

Con un movimiento de varita, la profesora hizo aparecer dos objetos tapados por una tela blanca y una roja. Se acercó al primer bulto y retiró la sábana. Todos se sorprendieron al ver el sombrero seleccionador sobre un taburete.

-Queridos... No quiero saber cuantas parejas se han perdido a lo largo de estos años por vergüenza o miedo a decirlo, y eso es una pena. Por eso mismo, hoy vais a pasar uno a uno por aquí, para que el sombrero haga saber a todos vuestro verdadero amor.

Todos se quedaron asombrados, con la boca abierta. La profesora Mc Gonagall contuvo la risa y cogió la misma lista que había cogido años atrás para seleccionar a los alumnos a sus casas. Después de cinco nombres (y una pareja nueva, a parte de dos chicas enamoradas de cierto animago ilegal) la voz de la profesora dijo el nombre de:

-¡BLACK, SIRIUS!

Caminó despacio, con una sonrisa en los labios. Sabía el nombre que diría el sombrero, aunque toda la sala esperaba con ansias el nombre de la persona ladrona del corazón del chico. En cuanto el sombrero tocó su cabeza, la boca irreal de tela lanzó una carcajada.

-Así que tienes enamoradas a la mitad de las chicas y te enamoras de... Bueno, no lo hubiera dicho nunca, pero ¿que demonios? ¡REMUS LUPIN!

El sector femenino de la sala en general se sintió decepcionado, pero el hombre lobo se sintió cohibido y tembloroso. ¿Y si el sombrero no decía el nombre de Sirius?

Después de dos chicos más (uno de los cuales fue el primero al que el sombrero nombro
No-Enamorado) volvió a sonar un nombre conocido:

-¡EVANS, LILY!

Nadie se sorprendió cuando la voz del sombrero dijo el nombre de James Potter, quien también resultó estar enamorado de ella. Frank y Alice fueron el uno para el otro y...

-¡PETTIGREW, PETER!

El chico bajito y gordito lanzó un chillido angustioso y dio saltitos hasta el escenario, y ante el asombro de todos, el sombrero pronunció el nombre de la chica que amaba.

Somos Infinitos #CarrotAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora