The Bouquet « Ziam »

The Bouquet.

Cada vez que Liam anunciaba que lo necesita él estaba allí para cumplir sus órdenes, al pie de la letra dejaba que su padrino se metiera entre sus piernas y lo hiciera llegar al cielo luego de un orgasmo. ¿Era un sumiso? Nunca, solo respaldaba una cuenta que le debía a Liam, una deuda infinitamente costosa. No era soberbio ni mucho menos egoísta, era muy sencillo ya que su abuela lo había criado desde su nacimiento pero luego enfermo y murió, Zayn adolorido se dirigía a una abismo de caer en las calles de Rusia, pensó que con solo doce años sería un niño mendigo pero algo ocurrió, un milagro lo llevo a un internado prestigioso en la ciudad, una oportunidad de ser alguien. ¿Quién le dio la oportunidad a este huérfano? La respuesta. Liam Payne, un prófugo de la mafia familiar que practicaban sus padres, nunca perteneció a ese mundo la sangre y el dinero no iban a ser lo suyo. Lo que le apasionaba a Liam eran dos cosas, los aromas en primer lugar, no sabía el motivo por el cual sentía olores que los demás ignoraban simplemente, olía cuando alguien sentía miedo, cuando estaba triste, sentía la excitación por sus fosas nasales cada vez que su tío paterno lo tocaba al estar acostado a punto de dormir, por ese motivo una noche mientras dormía el tío Jack Payne, hermano del amo y señor de la mafia murió, una navaja filosa en las manos de Liam se deslizo por su por cuello abriendo sus venas y acabando con su vida, pero también con la de Liam, huir fue lo mejor de todo. Intentar vivir su vida con solo dieciséis años, ahora es un hombre maduro, de veinticinco. La segunda cosa que le apasionaba a Liam era la belleza, y Zayn tenía las dos un bello cuerpo y un dulce aroma, tan inexplicable para Liam, pero le atraía mucho ver a Zayn y sentir su aroma, 'el olor que emanaba Zayn Liam nunca lo había reconocido. Era único en este planeta.

La sensualidad explotaba en los ojos de Zayn, era bonito, muy bonito. Sería la cereza del pastel en la vida de Liam. Y lo disfrutaría con excelencia.

El misterio que emanaba Liam a través de los ojos para Zayn era seductor, lo volvían loco. Y ver a aquel hombre castaño se volvería una costumbre tentadora. Y pagar su deuda con él un pecado, dulce pecado.

La sensualidad y el misterio se encendían en sus miradas.

Siempre algo diferente, flores exóticas para posar el cuerpo de Zayn, quería descubrir si alguna de ellas portaba el mismo aroma de Zayn, peor ninguna se le asemejaba sentir el olor de Zayn lo volvía loco, perder los cabales y los estribos y ver su pequeño cuerpo retorcerse de placer... Era su propio placer, un acto de disfrute y gozo que vivieron los dos aquellos días. Su chico de diecisiete años, con pequeña cintura y pestañas risueñas lo tenía vuelto un salvaje, se estregaba cada noche tal y como él lo deseaba. Zayn estaba dispuesto a pagarle, aunque le tomara su vida en eso, y más que una obligación se volvió un gusto para Zayn.