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Dedicado a @Lara-Chaan2002

Aquella tarde de marzo se encontraba tranquilo viendo como el viento hacia que las hojas secas revolotearan por el patio de aquel sofisticado orfanato o colegio, no sabía bien como definirlo. Este otoño era muy bonito, ese color ámbar del cual se tornaban las hojas y los árboles, las copas de los arboles permanecían escazas y además aquí en la capital podía notar muchos montículos de hojas, disfrutaba de cierto modo en su depresión, sí Zayn era un adolescente de diecinueve años que intentaba sobrevivir en un orfanatorio, que extrañaba a sus abuelos y que era el ser más miserable por allí. Lloraba y luego tomaba su libreta con apuntes de química y repasaba un poco, recordaba cuan solo estaba, se maldecía a sí mismo y salía a entregar los libros que había prestado de la ridícula biblioteca. En eso se lo pasaba, charlaba poco con un chico raro de que también estaba condenado a pasar sus días allí, Corey Meier, un chico flacucho y un poco más bajo que él, le dirigía la palabra a Zayn cada vez que se encontraban, su madre murió desangrada luego del parto y su padre nunca estuvo a su lado, para su buena suerte o su peor desgracia ahora residía aquí. Se podía decir que era el único compañero dentro de este estúpido instituto. Extrañaba a su abuela, dos años superando la muerte de su abuela, él vacío seguía allí y Meier ni nadie seria el que rellenara ese agujero. Entre otras cosas, ahora tenía una pequeña planta creciendo en la ventana de su habitación, aunque grandes barrotes cubrieran la ventana y le dificultaran un poco vista a ver las hojas caerse, la diminuta planta de rosas mantenía en ella siempre varias rosas color, ridículamente dicho, rosa; además ese bonito olor que emanaba ella y el resaltante color llamativo que le producía paz cuando él estaba sentado frente a la ventana pensando en miles de cosas.

Se preguntaba como llego a su escritorio luego de una clase de matemáticas, deseaba como nunca que algún día uno de esos presentes contuviese una tarjeta para saber quién era el autor intelectual detrás de esos regalos, siempre recibía flores de diferentes tipos en diferentes momentos, así como enviados al azar para intentar alegrarle un poco la vida y pensaren o mejor dicho, imaginarse como lucia la persona que los enviaba le distraía su estilo de vida depresiva un poco. Tocaron la puerta y volvió a distraer su mente de la bonita vista que tenía desde el tercer y último piso de ese instituto de estilo antiguo y anticuado, Corey él cabello chocolate se asomó por esta y lo saludo con una sonrisa un poco torcida, paso y se sentó en la orilla de la cama, comenzarían una sombría conversación.

- Hay un alboroto allá abajo.- Pronuncio Corey mirando por la ventana en cuanto Zayn giraba para poder hablar frente a frente.

- ¿Y que hay con eso?-

- Al parecer llego alguien importante. Un apadrinador- Dijo sonriendo un poco mejor.- Un auto bonito se estaciono frente al colegio. Quizás necesite que una bonita maceta de rosas se impacte contra el parabrisas.-

- Mi bonita planta de rosas no necesita estacionarse en nada, además no me importa eso. ¿Cómo has estado?-

- Bien. ¿Quieres saber porque estoy aquí?- Asintió mirando al muchacho seriamente, ahora no sonreía.- Abajo te buscan, la señora de la recepción preguntaba que si alguien sabía dónde estabas... Deberías de pasarte por allí.-

- Hubieses comenzado por allí.- Selevantó bruscamente de la silla y tomo la campera de la esquina de la cama, se la coloco antes de hacer que Corey saliese de la habitación. Bajo lo más rápido que pudo y se dirigió directo a la recepción, se encontraba a unos pasos de la entrada, se apoyó sobre el mostrador y en un segundo la recepcionista apareció agradeciendo que apareciera e indicándole que fuera a la coordinación que allí lo esperaban.

Tomo aire y se dirigió a la coordinación que quedaba en los laterales de aquel encierro. Por su mente había pasado la idea de que fuesen noticias agradables como que sus padres habían resurgido de la nada o que algo bueno había ocurrido en su pueblo natal, quería que algo bueno ocurriera. Que la sensación de hormigueo en su espalda cada vez que notaba que era observado en todas partes mostrase su rostro bonito, que se hiciera real y que no fuera más que una ilusión o un invento de su mente. Vio el alboroto cerca de la coordinación y preguntándose qué ocurre al él mismo se respondió que todo era por esa misteriosa visita de la que hablaba CoreyMeier. Me pasaron directo a la coordinación y me hicieron saber de qué alguien me buscaba, que pasara a la oficina y esperara un momento. Antes de sentarse en la silla de cuero color vino tinto y que se veía un poco maltratada así como su vida, escucho como la puerta se abrió y la coordinadora con el cabello negro desteñido y unas cuantas canas acompañándola con ese conjunto de chaleco y falda larga color mostaza.

- Señor Zayn. ¡Por fin di con usted!- Escucho lo que decía con poco interés hasta que pronuncio como las palabras mágicas que encajaron en la mente de Zayn para centrar toda la atención ahora en lo que tenía para decir la Coordinadora.- Él señor Smith viene a unirse a esta conversación para que usted conozca su apadrinador.- Giro la vista lentamente al notar que la puerta se abría de nuevo, allí estaba a menos de un metro de él la persona más hermosa de este mundo, con las cejas pobladas y el cabello perfectamente peinado hacia un lado con mucho cuidado, un traje color negro con botones de empuñadura dorados, obviamente eso era oro, esa manera que distinguía de pararse, partiendo la cadera un poco para parecer implacable y allí venían sucios pensamientos de Zayn.

«Esos ojos color miel que derriten al posarse en mí, él me está mirando con mucho ánimo. Los labios rosados que por lo visto permanecían cuidados e hidratados para estar siempre bien humectados, la piel crema tersa y pálida como la suya, las manos en los bolsillos y para cerrar el revuelto mental que se creó esa colonia que reconoció al instante, aquella tarde en el consultorio con dolores de garganta, atendido por un enfermero amable que prometió ser su amigo. Ese era él, su aroma, era él.» Pero podía estar equivocándose.

- Señor Malik, él es Liam Smith tu apadrinador de hace dos años.- Sentencio la coordinadora al ver que Zayn no movía ningún musculo ni por reflejo.

- Soy Zayn...- Pero no pudo musitar más que su propio nombre aquel hombre lo dejo másextasiado que el recibir su flores de vez en cuando, la sensación de observación ya no estaba, ahora en él reinaba una seguridad desconocía, producía por Liam. ¿Ya lo tuteaba?

El hombre recorto más la distancia que los separo y ambos estrecharon las manos y Zayn sonrió sin ningún motivo o tal vez si tenía uno y por casualidad en este momento le estrechaba la mano.

- Soy Liam, para servirte de nuevo. Un gusto.- Y siendo un total caballero le beso la mano y por toda la extremidad recorrió un nuevo hormigueo que significaba algo, déjate llevar por este pequeño encuentro, Zayn. Y quizás lo aceptaría. ¿Hace cuánto deseaba que a<algo bueno ocurriera? Bueno él universo conjugo su decreto y aquí se lo ponía frente a él, con un bonito y costoso traje negro, cabello castaño y bien peinado y sensuales labios rosas más esa espalda ancha que ahora le encantaba.

No se arrepentía de haber deseado que algo ocurriera, la sensación más bonita y sexy ahora estaba frente a él.

*La maceta en multimedia es de las rosas que Zayn tiene, que aparecieron en su alcoba una bonita tarde.


The Bouquet  « Ziam »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora