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10 de noviembre del 2022


Juan se levantó, tenía una resaca terrible. Le dolía la cabeza, estaba en su casa, pero aún se sentía desorientando. Recordaba totalmente lo que había hecho, había tomado con Auron hasta quedar totalmente borracho, y luego, fue a su casa y siguió tomando, pero después llamó a Spreen a las 3 de la mañana, "que estúpido que fui" pensó, ivi se despierta muy temprano como para joderlo a esas horas. 

Agarró su celular, entró a  whatsapp y al contacto "Ivi<3":

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Ivi<3


- Hola, ivi. (Visto 15:21 p.m.)

- Hola, ¿qué pasó? (Visto 15:23 p.m.)

- Solo quería pedirte perdón por haberte molestado siendo tan tarde ayer. (Visto 15:25 p.m.)

- Bueno, no te preocupes. Pero ahora tengo que seguir laborando, adiós. (Visto 15:26 p.m.)

- Adiós<3. (Visto 15:29 p.m.)


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Spreen seguía con bronca, lo amaba pero él tenía una seria adicción a tomar, y si empieza no para. La verdad, ese día estaban Génesis, Mariana, Carrera y Mayichi trabajando y él solo estaba en su oficina con Pelusa. Lentamente, empezó a sollozar, Juan le recordaba a alguien, a su madre, la cual tomaba y luego se disculpaba sin siquiera saber bien lo que había dicho. 

- Es un pelotudo... - susurró entre lagrimas. Pelusa se acercó a él y se acurrucó en su regazo.

- Miau. 

- Sí, gata malcriada, tristemente es mi pelotudo.

- Miau.

- ¿Qué insultas? - se secó las lagrimas y suspiró, tenía que hablar con él, pero no hoy. - Me tengo que ir, Pelusa.

- Miau.

- Adiós.

 Spreen se puso su sombrero, y salió, para irse a su casa. No tenía muchas cosas que hacer ese día, las mesas en el restaurante estaban llenas, pero tenía a cuatro de sus empleados trabajando a tope, entonces su única labor era quedarse ahí hasta cierta hora (la hora que le pintaba).

Ya eran las 4 y media de la tarde cuando había llegado a su casa. Se sentó en su sillón. Empezó a sentir hambre, pero no le prestó atención. 

Pasadas las 5 y cuarto, llamó a Robleis para tomar unos mates e hablar de la vida. En ese momento tenía aún más hambre, pero siguió sin prestarle mucha atención. 

Pasó el tiempo, 6 y 45, Robleis ya había llegado y estaban hablando de boludeces, se la estaba pasando bien. El hambre iba en aumento, no recordaba la última vez que había comido algo solido, pero por lo menos hace 6 días que no lo hacía

Habían pasado algunos minutos, ya eran las 7 y 09, Robleis seguía en su casa, habían puesto a hervir más agua, ya que se habían quedado sin. Empezó a sentir pinchazos en la parte baja del abdomen, como si le estuvieran clavando un cuchillo una y otra vez. En ese momento, perdió la conciencia.

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Ojo q se muere 

Entonces esto es amor... - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora