Advertencia:
**El siguiente capitulo tiene contenido apto para mayores de edad
**Menores de edad... aléjense...
**Este capítulo será largo...Espero les guste (✿◡‿◡)
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Los gemidos sollozantes se estrellaban directamente amortiguándose en su oído, a su vez encajaba sus dedos, hundiéndose con fuerza en la suave y pálida piel de su amante, bajando fuertemente las caderas, hincando su dura y caliente polla arremetiendo en el interior de su caliente cavidad, casi de inmediato, el joven se sobresaltaba y soltando otro sonoro gemido, echando la cabeza hacia atrás.
Thanatos podía sentir cómo su corazón latía desenfrenadamente, aquella bella vista ante él, el otro ser sentado sobre sus caderas, y su pálido cuerpo completamente mancillado con marcas rojas y huellas de sus dientes, y una ligera capa de sudor, dándole un tono aún más erótico, y apetecible, acentuando el hormigueo de sus dientes, al ver esa piel casi inmaculada de su garganta.
Con una maliciosa sonrisa dibujándose en sus labios; atacó su cuello, con sus dientes encajándolos con saña, percibiendo la vibración, el sonido excitante de su gemido que provenía de su garganta, saliendo en un delicioso grito, así como la notoria ausencia de su delicioso aroma a amapolas que siempre lo acompañaba en el pasado.
―Hoy... estás más sensible... ―Thanatos hablaba entre jadeos teniendo sus labios pegados a su garganta lamiendo las mordeduras recién hechas―..., te estas comportando como una puta sucia... ¿tanto... te excita el dolor?
―¡C-cierra la boca! ―Un sensual grito un gemido salía roncamente, sintiendo como repentinamente, algo se encajaba en la piel de su espalda, obligándolo a tensar y estremecer su cuerpo y gemir con un sonido ronco, sintiendo que sus cabellos se adhirieron a su rostro, sintiendo la fuerza de las uñas de su amante rasgaban con ímpetu la carne de su espalda provocando que su deseo y ansias aumentaran.
Liberando su cintura, acercaba lentamente su mano a su rostro, donde mechones pegados a su rostro, que, con un sonrojo acentuado por su palidez, unos labios entreabiertos e hinchados, le daban una exasperada bienvenida.
Mordiendo sus labios sin piedad, el dios de la muerte miraba como las traicioneras lágrimas de los ojos de su amante rodaban por sus mejillas encendidas por el calor de ambos cuerpos y de la evidente vergüenza que sentía el otro. Levantando la mirada, se acercó a ellos, arremetiendo sus labios en un beso desesperado introduciendo su lengua, y moviéndola a la par con la de él.
―Recuerda... ―contestó alejándose ligeramente, ensartando una violenta embestida, los gemidos dentro su garganta se filtraban en roncos gemidos, al mismo tiempo que sentía como ese obsceno hoyo, se estremecía y estrechaba exprimiendo y succionando su polla, cada vez que entraba en un fuerte golpe, forzando un fascinante roce que se sacudía recorriendo toda su columna―, que fuiste tú... quien me sedujo.
En sus brazos el caliente cuerpo cubierto con una ligera capa de sudor, que bañaba su propio cuerpo, y sus alborotados cabellos negros, cuando con más fuerza presionaba la piel de su cintura, ayudando a levantar las caderas, apuntando directamente a ese lugar dulce que tanto le encantaba provocar, para que repentinamente, dejarlas caer, llenando aún más su cuerpo.
Una mano iniciaba su recorrido sobre su húmeda espalda llevándola hacia su cabeza, hasta llegar a su melena, enredando sus largos dedos blanquecinos y tirando con fuerza; con la contraria descendiendo, comenzando a manoseando y apretujando sus nalgas. El salvaje gemido ahogado en los labios de su amante mandaba una corriente eléctrica a cada rincón de su cuerpo, embistiendo con más fuerza, con su mente enloqueciendo sentía como si su interior comenzara a derretirse.
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El Cautiverio de la Oscuridad
FanfictionPor fin se encontraban frente a frente. Po fin, en esta era, Atheno había logrado llegar a los Campos Elíseos, donde por fin podía enfrentarse cara a cara a Hades, el dios del Inframundo. Sin saber que un repentino ataque traicionero, pondría en mar...