3. Comunidades

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Esos dos chicos estaban en problemas

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Esos dos chicos estaban en problemas.

El pecoso se incorporó de inmediato y salió por la puerta empujandonos de nuevo.

-Mike, espera, a lo mejor pueden.. -. El pecoso se giró y lo miro con el ceño fruncido. - ¿Lucas, acaso estás ciego? ¡Estos chicos son de la comunidad enemiga!


Cierto, la comunidad enemiga

Desde hace tiempo nuestra comunidad está en problemas con una cercana, una vez nos robaron suministros, e incluso una vez hubo un tiroteo y murieron algunos de los nuestros.

Lucas tragó saliva, y dirigió su mirada hacia nosotros.

Yo los observé con detenimiento. Llevaban chaquetas de algodón grueso con dos pines que decían "Comunidad Mirwook".

Oh mierda.

Como no me di cuenta.

-Hagamos como que no nos vimos -. Dije agarrando de la muñeca a Dustin y llevándolo lejos de ahí.

Lo último que vi fue a Lucas mirando el suelo y a Mike susurrandole algo.

Cuando llegamos a Deinbought, nuestra pequeña comunidad, Dustin y yo prometimos no decirle nada a nadie, solo a Max.

-¿Me están jodiendo?-. Habló la pelirroja sonriendo en su tono sarcástico de siempre. -¿Porque no les volaron la cabeza? Esos idiotas casi matan a Jane-.

Miré cabizbajo el suelo y volví a levantar la cabeza en dirección a Max. -Matamos muertos, Max, no vivos -. Suspiré agotado.
Si Max hubiera estado allí, no hubiera dudado en dispararles a aquellos idiotas.


Ya habían pasado varias horas desde lo ocurrido, y decidí volver a mi cabaña a descansar un poco.

La maldita puerta estaba abierta.

No podía ser Jonathan, imposible, había salido apenas una hora a limpiar una zona lejana, y esa zona estaba como a dos.
Y yo estaba muy seguro de que la cerré.

Cargué mi escopeta y entré apuntando hacia todos los lados de la cabaña, hasta que escuché un sonido en la cocina, había un ser agachado y buscando cosas.

Espero que no sea un maldito infectado.

-¡Eh, tú!-. Siempre que trataba de sonar intimidante acababa por sonar como un niño pequeño asustado.

El cuerpo a mis pies se tenso, y giro un poco la cabeza para verme.

Mierda, el chico de antes.

-Tú..-. Susurró el chico pecoso que vi apenas unas horas en la montaña.

-¿Que mierda haces aquí?-. Pregunté aún apuntandole mientras que él se daba la vuelta lentamente.

Tenía la cara roja, quizás de haber huido de algo, los labios hinchados por el frío. Y sus ojos, dios, estaban llorosos y muy rojos. ¿Porque me preocupaba por el imbecil arrogante de antes?

My last breath {byler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora