20. Fantasma

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La persona que me llevó al callejón tapó mi boca con su mano, haciéndome callar

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La persona que me llevó al callejón tapó mi boca con su mano, haciéndome callar.

Estaba detrás mía, recostandose contra la pared y asomándose por la esquina del callejón.

No pude reconocerle. Llevaba una capucha que le tapaba casi todo el rostro.

Agarré sus muñecas intentando alejarlo de mi boca, y mordí uno de sus dedos.

Me dí la vuelta cuando liberó sus manos.

Mi corazón se detuvo.

Pestañee varias veces, creyendo que aquella persona era una ilusión.

Cierto chico de tez blanca y pelo negro se encontraba sobando su dedo.

-Eso dolió-. Dijo riendo levemente y levantando la mirada hacia mi.

Dejó de reír.

Mis ojos se cristalizaron, y levanté mi mano hasta su pecho asegurándome que no era un fantasma o una especie de sueño.

Mike se quitó la capucha, dejándose ver por completo.

Tenía el cabello más corto, estaba pálido y muy delgado. Sus ojos estaban hinchados, y tenía grandes ojeras.

Y lo que más me llamó la atención, una cicatriz en su ojo izquierdo, que llegaba desde su ceja hasta su mejilla.

No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí mis mejillas húmedas.

-No sabes cuanto te he echado de menos-. Habló antes de agarrarme, y pegar mi cabeza en su pecho.

Sollozé, clavando mis dedos en su espalda, asegurándome de nuevo de no estar soñando.

Escuché a Mike susurrar algo, y apoyó su frente en mi hombro. -Si esto es algún sueño, espero no despertar nunca-. Dijo acariciando mi cabeza.

Nos quedamos así unos segundos, disfrutando el calor que el pelinegro desprendía, y me alejé levemente mirándolo con ojos llorosos.

-¿Cómo...-. Mike me interrumpió. -Te diré todo lo que quieras luego, ahora necesitáis salir de aquí-.

Lo miré confundido, apoyando mi mano en su muñeca. Mike limpiaba torpemente las lágrimas de mi mejilla.

Se asomó por el callejón, viendo a Jonathan alterado hablando con el médico, mirando a todos lados.

Mike tragó saliva volviendo a mirarme, con la boca levemente abierta y examinando mis facciones.

Pasó una mano por su cara, suspirando y volviendo a hablar. -Dile a los demás que no vuelvan a este maldito hospital, pero no delante de ese médico, y no dejes que te lleve a ningún lado-. Concluyó apresurado frunciendo el ceño.

Asentí, relamiendo mis labios y alzando la cabeza, Mike estaba bastante más alto que la última vez que lo vi. -¿Y tú?-. Pregunté con ojos llorosos.

Mike se mordió el labio, mirando al suelo. -Estaré bien, os seguiré dentro de..-. Lo corté.

-No, vas a venir con nosotros-. Concluí mirándolo con el ceño fruncido.

-No puedo-. Dijo suavizando la mirada con un tono débil de voz.

Mi corazón se estremeció, y mordí mi labio para no volver a llorar.

-No pienso dejarte aquí-. Me crucé de brazos mirándole fijamente a los ojos.

Mike resopló, riendo levemente. -¿Porque siempre tienes que ser tan cabezota?-. Me miró levantando una ceja.

-¿Y porque quieres hacerte siempre el héroe?-. Sentencié mirando el suelo enfurruñado.

Mike me dió un leve codazo, y se volvió a colocar la capucha.

-Este es el plan, vuelves hasta tú hermano, le dices que necesitáis salir de aquí, me haces una señal, y corremos hasta el coche, ¿entendido?-. Concluyó apoyando una mano en mi hombro.

Asentí, saliendo del callejón dándole una última mirada al pecoso.

▷▷▷

Llegué hasta mi hermano, que aún seguía hablando con el médico.

Apreté mi puño, y avancé hasta ellos.

Jonathan me miró preocupado agarrandome de los hombros.

-¿Qué fue eso, Will?-. Dijo mirándome exaltado y respirando agitado.

Miré al médico de reojo, y me acerqué al oído de Jonathan.

-Necesitamos irnos-. Susurre a mi hermano.

Jonathan me miró confundido, pero asintió agarrandome del brazo llevándome hasta el coche.

Antes de entrar al coche, cogí una piedra, tirandola cerca del callejón donde vi a Mike.

Cuando Mike salió del callejón a paso acelerado y con la capucha tapandole, me aproxime al coche, pero el brazo del médico me lo impidió.

-¿Donde vas, chico?-. Preguntó sonriendo enfermamente, apretando mi brazo.

Comencé a sacar el arma de mi bolsillo, pero el médico ya me estaba apuntando con una. -¿Porque no vienes conmigo, y así puedes divertirte un rato?-. Concluyó con un tono de voz escalofriante.

Jonathan y Marcus ya estaban en la parte delantera del coche, y Nancy y Dustin estaban preguntando a los médicos que había ocurrido.

Tragé saliva, observando como Mike se había quedado paralizado a lo lejos.

-Eres el chico que mordieron hace un año, ¿no?-. Preguntó empujando su arma contra mi espalda.

No dije nada, solo resople frustrado sin saber que mierda hacer.

Me giró, ahora apuntando mi estómago, y bajó levemente el cuello de mi camisa.

La mordedura cicatrizada seguía allí, en el hueco de mi clavícula.

El médico sonrió, buscando algo en su otro bolsillo.

Sacó una jeringuilla, que acercó peligrosamente a mi cuello, pero un silbido lo interrumpió.

El médico levantó la cabeza, buscando el dueño del silbido.

Mike se había bajado la capucha, y estaba a algunos metros de la camioneta.

Nancy había escuchado el silbido, quedando boquiabierta.

-No lo toques-. Habló metiendo sus manos en sus bolsillos.

El médico se alejó de mi un poco, abriendo los ojos y sonriendo.

Me agarró del cuello con su brazo, retrocediendo y apuntando mi cabeza.

Jonathan lo había notado y había salido del coche alterado, apuntando al médico.

Los soldados alrededor del hospital comenzaron a acercarse, rodeandonos y apuntando a mi hermano y a Nancy.

-Mike, si no vuelves a ese hospital, voy a volarle los sesos a este chico-. Dijo ahogandome aún más con su brazo.

Habían esposado a Jonathan y Nancy, Dustin estaba acorralado por algunos soldados.

Mike se acercó, levantando las manos. -Lo haré, ahora sueltales-. Dijo en un tono molesto mirando su brazo apuntarme.

-Mike, métete en el maldito coche-. Dije antes de toser por la fuerza que aplicó el médico.

Mike se mordió el labio, mirando fijamente al médico.

El médico tiró la pistola al suelo, volviendo a sacar la jeringa y clavandomela en el cuello.

Mike abrió su boca furioso y corrió hacia el médico.

Yo comencé a ver borroso y a no escuchar nada, hasta que caí al suelo.

My last breath {byler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora