06. El dolor de un corazón inocente

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Cambridge, Inglaterra

Jueves, cuatro de agosto de 2022

¿Hay alguna forma de detener el dolor de su corazón? ¿Alguna medicina? No creo que exista, ya no.

¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué ahora? ¿Por qué no después de haber vivido plenamente? ¿Por qué tan rápido? ¿Por qué no se reconcilió con él primero? ¿Por qué de esa forma? ¿Por qué tan de pronto?

Por qué.

Por qué.

Por qué...

Todas son preguntas sin respuesta, pero no puede dejar de pensarlas, de querer que alguien venga a decirle la razón de por qué todo sucedió así.

No tiene sentido. Nada.

¿Por qué él?

Es su hermano mayor, la persona que más quiere y adora. Él cuidó de ella desde el primer momento, la llamó su querida hermana, jamás la trató diferente y la presumía con todo el mundo. Una vez le dijo que él siempre supo, en el fondo de su corazón, que estaba destinado a ser un hermano mayor, así que solo estaba esperando a que llegara a su vida y que por eso la quiere tanto.

Algo demasiado cursi para ser dicho por él, pero sabía que eran palabras que a ella le gustaría escuchar.

Sus primeras memorias de infancia son de cuando la robaba de las nanas o la escuela para llevarla con él a cualquier parte, y era más frecuente que fuera a los partidos escolares porque le divertía gritar con la multitud. Recuerda cuando él le regaló su primera muñeca de los Sunny Warriors, cuando él y Mark jugaban con ella hasta ya no poder más, cuando la ayudaba a escaparse para ir a conciertos, cuando...

Cuando él todavía estaba aquí.

No, no, él sigue aquí. Su hermano decía que siempre estaría con ella si lo necesitaba. Si lo llama está segura de que vendrá y le dirá que todo está bien. Él siempre hace eso cuando se siente mal.

Saca su celular del bolsillo y marca el número que se sabe de memoria. Dos, tres tonos, nadie contesta. Intenta de nuevo, cuatro, siete, diez veces, pero es el mismo resultado.

¿Por qué no contesta?

—Aiko —murmura Shotaro a su lado. Sus ojos también brillan de tristeza, aunque su rostro es neutro, buscando mostrarse fuerte para ella. —Aiko, él no responderá.

—Tiene que hacerlo, Taro. Él lo hará, yo lo necesito. Él va a venir, dijo que vendría a-a regañarnos. Doy-Doyi nunca- nun-ca rompe sus promesas así le tome mu-ucho tiempo —balbucea. Las lágrimas no dejan de caer y su pecho se cierra un poco con cada respiración porque no quiere seguir llorando. —Mi her-hermano está bien, él es-tá bien, esto es un invento de Isa. Es mentira porque tengo la nota- la nota que decía q-qué vendría.

Se levanta de su cama para ir a su escritorio, rebusca entre los cuadernos, archivadores, en cada cajón, pero no la encuentra. No sabe dónde lo ha dejado, no sabe dónde está su hermano.

Al mirar las fotos colgadas en la pared, esas que la animan cuando se siente muy estresada por los estudios o extraña a su familia, siente a su corazón doler un poco más. Son de sus momentos felices y las personas que quiere.

Están la de su último cumpleaños, cuando Elisa, Derek y Lily la "secuestraron" y llevaron medio dormida al estacionamiento vacío de un McDonald's solo para cantarle feliz cumpleaños antes que Shotaro; la de su actuación escolar junto a sus amigos de secundaria y Yeonjun; la de su primer día en el dormitorio, entre muchas otras, pero su favorita es la que tiene colgada en el centro.

Los adorados secretos de Kim DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora