Capítulo 3: un sable de luz.

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En algún punto de Isla Nublar, 30 de junio del año 6985 (3015 ABY).

Kimura, Darius y Brooklynn habían salido a cazar. Darius ya se había recuperado casi por completo de sus heridas tras estos dos días, y por ello las había acompañado. Estaban acechando entre unos arbustos a un grupo de microceratops que comían junto a una manada de gallimimus. Kimura ya había sacado su electroblaster, y apuntaba a uno de los microceratops, tenía pensado cazar tres, con ellos podrían comer hasta mañana por la mañana. Kimura disparó, acertando de lleno a su presa, los dinosaurios se pusieron en alerta, disparó otra vez y acertó de nuevo. Pero los dinosaurios ya empezaban a huir en la dirección contraria a la que ellos estaban, pero Campeón salió de entre la maleza y consiguió cazar a un gallimimus que no reaccionó a tiempo. Los dinosaurios huyeron en otra dirección, y Kimura aprovechó para dispararle a otro microceratops, acertando el disparo.

 Los dinosaurios huyeron en otra dirección, y Kimura aprovechó para dispararle a otro microceratops, acertando el disparo

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                                                                             Microceratops

                                                                                    Gallimimus

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                                                                                    Gallimimus.

—Sí. —Celebró Kimura.

Los tres salieron de su escondite a por las presas que habían conseguido, cada uno a por otro. Cuando los tenía todos, Kimura les retorció el cuello para matarlos sin sufrimiento y sin sangre que pudiera atraer a otros carnívoros. Mientras Campeón empezó a devorar al gallimimus y Kimura guardaba los microceratops en una bolsa que había colocado a uno de los costados de Campeón.

—Campeón. —Llamó Kimura. Campeón le prestó atención. —Nos vamos, cuando termines ven con nosotros. —.

Campeón la miró y siguió comiendo.

—¿Estás segura de que te ha entendido? —Preguntó Brooklynn.

—Sí. Llevó con Campeón desde que yo tenía 2 años y el acababa de romper el cascarón, hemos crecido y entrenado juntos, nos entendemos a la perfección. —Respondió Kimura.

—Debe de ser increíble haberte criado y tener una relación así con un dinosaurio. Ojalá yo pudiera hacer eso alguna vez. —Dijo Darius.

—Ya lo tienes, bueno, lo tenéis con Mei. —Comentó Kimura.

Atrapados en DeinokiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora