A la mañana siguiente y después de haber tenido una jaqueca durante un par de horas, salí del instituto junto con TaeHyung para hacer un trabajo en equipo que haríamos en casa, aprovechando que mi padre estaría fuera. Prefería mantener esto como algo secreto, pues mi padre no era de los que aceptaban fácilmente a la gente que yo conocía.
Aún recuerdo las facciones de su rostro endurecidas cuando traía a un nuevo amigo a la casa, sólo con la ilusión de poder tener alguien con quien jugar, pero mi padre me reprendia por juntarme con los niños de mi antiguo barrio. No me quedó de otra que hacer amigos en la parroquia donde asistía para cumplir con mis deberes de monaguillo. Esa vez, mi padre estuvo más complaciente con mis nuevos amigos. Ahora que veo el rostro alegre de TaeHyung me es imposible el no obedecer las reglas no puestas con transparencia de mi padre, pero de las cuales tendía a acatar seguido.
Le hago pasar y se detiene mirando a profundidad la estancia, me mira dubitativo esperando a que le invite a pasar pero sólo le hago un ademán con la cabeza para que entre. Le pido que me siga a mi habitación en un claro ejemplo de que no quería que si llegase mi padre advirtiera de pronto a TaeHyung, no dice nada y eso sólo me hace pensar que puede aceptar cualquier cosa con tal de agradar a la otra persona. En cuanto ponemos un pie en mi cuarto suelta las primeras palabras de esa tarde.
–Conocí a los antiguos dueños de esta casa. Verla ahora así de descuidada me hace sentir extraño –su curiosidad y silencio de hace rato lo explicó todo.
–¿Por qué extraño? –pregunté comenzando a sacar los libros y un par de libretas para apuntar.
–Créeme que la familia que antes vivía aquí cuidaban su casa como ninguna otra en el vecindario.
–Tal vez sólo el tiempo la deterioró.
–Y con suerte alguien más no la habitó –dice mirándome con una ceja levantada.
–¿Hay algo de lo que me estoy perdiendo?
Tarda en responder, pero eso sólo sigue aumentando mis sospechas. Es como si TaeHyung todo el tiempo me hablara entre líneas. Alguien tan extraño pero agradable, y esa pizca de misterio que me atrapaba.
–Practicamente tu vecino es Min YoonGi. Sino lo recuerdas, hace semanas me preguntaste por él –dice.
Me asusté de su impresionante capacidad de memoria, y me avergonce tanto por sus palabras.
–¿Y qué? –lo miré un poco impaciente.
–Olvídalo, eres muy lento –bufó cansado y tomó el libro restante para comenzar a leer nuestra tema.
E ahí de nuevo su información escasa y llena de sin sentido para mi cerebro. Empezaba a odiar esa manía suya, pero callé para no alargar más el tema. Preferiría no meter el nombre de YoonGi para tener cero distracciones en nuestro trabajo.
Pasamos cerca de media hora escribiendo y compartiendo información valiosa para completar nuestra exposición. Agradecía que no volvió a sacar ningún tema referente a mi vecino, pero podía leer las pequeñas muecas de disgusto de TaeHyung, como si quisiera hablarme ansiosamente de algo. ¿Sería bueno saber?
–Está bien, suficiente. Dime qué quieres decirme –hago a un lado el libro y me cruzo de brazos viéndolo.
Su rostro se transforma en expresiones de felicidad y suma alegría contenida. Casi me contagio de ello, pero decido que mejor se explique.
–¡Ay, por el amor de Dios! ¡Es que no puede ser que no hayas comprendido nada! –hace las manos puños como si fuera un tema vergonzoso.
–¿Qué tengo que comprender? –pregunto serio para que deje de darle tantas vueltas al asunto.
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SI FUERAS LIBRE... ||YoonMin|| +18
FanfictionPerder a su madre fue un dolor grande para JiMin, pero vivir bajo el yugo de su padre de ahora en adelante, le harán atravesar muchos obstáculos, como enamorarse de quien menos pensó, por ejemplo. Su vida cambió rotundamente cuando había llegado el...