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La preocupación no me dejó dormir. Apenas los primeros rayos de la mañana me despertaban, sentí que no descansé lo suficiente. Era aquella sensación de estar pensando cada segundo sobre algo que te atormenta a pesar de tener los ojos cerrados.

Antes de salir de casa para ir al instituto, hice un par de llamadas a mi padre para notificarle de que estaba bien. En cuanto dejé de hablar con él, me hice un desayuno de cereal y leche, aunque no tenía tanto apetito.

¿Quién se creía YoonGi para tomar decisiones en mi vida? Suficiente tenía con las de mi padre para tener otra carga extra de frustraciones.

Tomé mi mochila y salí disparado importandome poco si chocaba con alguien durante el camino. Al llegar al instituto, esperé en la entrada a YoonGi con tal de tener una charla seria. No podía dejar las cosas así y menos teniendo secretos de por medio. Si TaeHyung representaba una supuesta amenaza, ¿porqué nunca he visto algún indicio de ello? Todo lo que hemos pasado juntos lo único que percibo es a una persona herida, cargando en su espalda un fuerte dolor del cual no se puede curar. Detrás de sus ojos veo horas de desvelo por las noches, pero lo que me muestra a mí es una persona sincera, amigable y de confianza.

Una corriente de ansiedad se desliza por mis extremidades cuando veo a YoonGi caminando hacia la entrada. Al momento de verme de reojo pasa de mí y acelera el paso. No puedo dejar que me evite. Necesito explicaciones.

Lo sigo serpenteando entre los estudiantes, observo que toma la ruta para ir a la biblioteca y decido seguirlo esquivando a un par de estudiantes que van en la misma dirección. Siento que choco mi hombro con alguno de ellos pues recibo un insulto. Sinceramente no quisiera descargar la furia que traigo en el pecho. Desparece de mi vista, así que troto hasta encontrarlo entrar en la biblioteca. Si piensa que desistiré de seguirlo estaba muy equivocado. No me interesaba perder una clase con tal de saber qué pasaba. Se sienta en una de las mesas de trabajo pero cuando me ve me regala una mirada fría y odiosa. Se levanta y hace como que va a tomar un libro de un estante. Me plantó a un lado y respiro.

–¿Podemos hablar? –hablo en voz baja para que nadie nos viera.

Me ignora por completo, ya que abre el libro y lee un par de párrafos. No podía creer que me quitara mi poca paciencia.

–¿Por favor? –suplico algo descontento.

–¿De qué?

Deja el libro y toma otro. Veo cada uno de sus movimientos, su aura parece tranquila pero puedo captar que algo le irrita.

–Ayer dijiste que me alejara de TaeHyung, y aquello no me gustó –dije molesto.

Se rió burlonamente y me miró por primera vez ese día.

–Era obvio que te molestaría. Pero lo que te dije no fue en broma –retrocedi un poco cuando su rostro estuvo un poco más cerca. Un pequeño susurro atravesó mi pecho–. Deberías hacerme caso.

–No... –volvi a retroceder cuando su cuerpo se aproximó.

–Hazme caso. Es por tu bien.

Su voz era como una flauta de donde salían sonidos hipnotizantes. Tanto que no me di cuenta cuando ya estaba acorralado contra uno de los estantes, YoonGi puso ambos brazos alrededor de mi cabeza apoyándose en el estante y acercó su rostro a centímetros del mío. Por ninguna circunstancia lo vi a los ojos. Me sentía preso de la vergüenza.

–Si lo digo es por algo, JiMin –tenerlo así frente a mi y tan cerca me quitaba la respiración. Sentía un hormigueo recorrerme las piernas y las palmas de las manos. Caí en cuenta que YoonGi era hermoso–. No es bueno para ti.

Incluso su voz susurrante y suave, algo ronca me endulzaba los oídos. Temí que escuchara los latidos desenfrenados de mi corazón.

–¿Por qué? Él no es malo... –inclinó un poco la cabeza y se acercó un poco más a mí. Estuve a nada de apartarlo por el pecho con las manos pero me detuve.

SI FUERAS LIBRE... ||YoonMin|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora