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Fiesta. Era la palabra que más se había repetido en el transcurso de la tarde en la preparatoria.

Esa fiesta estaba en boca de todos sin importar el grado en el que ibas. Juraban que sería una de las mejores de esta semana y que muchos no se la iban a perder porque irían las chicas del último año.

No conocía a todos aquí, a excepción de dos personas como mucho. Seguramente la fiesta sería organizada por los de último año y yo no entraba ahí a pesar de que se dijera que cualquier persona podría ir. Además no me gustaban las fiestas, celebrar algo me daba escalofríos y mi padre ni volviendo a nacer me dejaría.

Caí en cuenta de que aún me quedaban muchas cosas por vivir y muchas por las cuales otras experimentar, pero no era la clase de persona que tuviera toda la libertad de hacerlo. Enfurruñado, seguí con mis clases pensando si quizás sería muy arriesgado de mi parte pedirle a mi padre que me dejase ir, pues TaeHyung dijo que iría y que podía acompañarlo.

–Podrás tener tu primera borrachera y yo podría cuidarte, como te prometí –había dicho TaeHyung durante el almuerzo.

Yo me negué diciendo que no iría. Formó una mueca ligera en su boca y ya no tocó más el tema.

El timbre de repente sonó haciendo del día de clases por finalizado. Cuando salí de mi salón, TaeHyung me esperaba ansioso y amigable, caminamos juntos a la salida para marcharnos a casa.

–¿Lo has considerado entonces? –me pregunta con mucha curiosidad.

–¿Qué cosa? –pregunto confundido.

–El ir a la fiesta. Prometí cuidarte ante todo, recuerda.

–Te dije que no –aclaré.

Su expresión decayó y no me gustó que me lo gritara en la cara, como si me lo reprochara.

–¿Y si te escapas en la noche? Puedo esperarte en alguna parte para que tu padre no te vea –dijo esperanzado.

–Lo siento, Tae. No puedo ir.

Al llegar a la entrada, me detuvo antes de separar nuestros caminos, me le quedé viendo para saber que más iba a decir.

–¿No puedes o no quieres? –entrecerró sus ojos enfadado.

–No quiero. Tengo que irme –le recriminé.

Fue lo último que dije para irme de allí. La situación tan insistente de TaeHyung para que fuera ya me estaba sacando de quicio. Tal vez y sólo quería divertirse, pero ciertamente su insistencia me dejó con un mal sabor de boca. Podía confiar mucho él para que me cuidara como lo prometía, pero no iba a tomar malas decisiones que me perjudicarían en gran manera. Prefería evitarlas a toda costa.

Mientras desenredaba la maraña de pensamientos en mi cabeza, sentí que alguien me seguía a un lado en una motocicleta. Por instinto quise correr y tirar mi mochila al piso para que tomara lo que quisiera de mis pertenencias, pero no era nadie más que HoSeok, o bueno, como le gustase que le llamaran. Hope. Tranquilicé los latidos desenfrenados de mi corazón y me saludó contento.

–Te vi de lejos y quise pasar a saludarte y preguntarte algo –no se quitó el casco pero seguía como si nada.

Me quedé estupefacto pensando en cómo era posible que Hope me hablara tan desenvuelto como si me conociese. Sonreí amable esperando su pregunta.

–Estoy organizando una fiesta esta noche y quería saber si quieres venir. Estás más que invitado y sería un gran honor que estés en mi fiesta –dijo entusiasmado.

¿Habrá cámaras escondidas de alguien jugandome una broma? ¿Por qué el mundo se empeñaba en esa fiesta? ¿Qué tenía de especial?

–¿Por qué yo? –indagué.

SI FUERAS LIBRE... ||YoonMin|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora