SI FUERAS LIBRE... ||YoonMin|| +18

■13.

Sin duda alguna, fue uno de los mejores días en toda mi vida.

Por primera vez sentía que todo era correcto, que no había temores y que debía de darle rienda suelta a los sentimientos y emociones que habían tanto en mi corazón como en mi mente.

Fue una tarde increíble a su lado, y aunque no hicimos otra cosa más que estar acostados escuchando música y comer de lo que hizo su abuela, el estar tranquilos y calmos había sido una experiencia que me había encantado.

Ahora debía de deshacerme de todos esos pensamientos erróneos sobre YoonGi que no traían más que incertidumbre y desasosiego en mi alma. Podía ver en sus ojos que era una buena persona, que los malos señalamientos debían de quedar en el pasado y que debía de saber su verdadera historia. Después de todo, confiarme de las palabras de TaeHyung no sería correcto si al final era yo quien veía las cosas más claras que el agua. Sin pensarlo mucho, estaba confiando ciegamente en YoonGi. Ya sea malo o bueno, las personas cambian y se les debe de dar otra oportunidad.

No había querido irme de su casa porque su compañía era de contemplarse, desgraciadamente tenía cosas que hacer, por lo que no me quedó de otra más que irme a casa. Me fui no sin antes pedirle el favor de agradecerle de mi parte a su abuela por la deliciosa comida. Y cuando crucé el umbral de su puerta, vi en sus ojos algo de duda, más sin embargo nunca me atreví a preguntarle qué le pasaba.

Cerró la puerta y me despedí silenciosamente alegre.

Aproveché que mi padre seguía trabajando para escuchar todo un casete sin interrupciones. Había variedad de géneros de música, desde los más relajantes, hasta los más ruidosos. Por muy contrario a mis gustos, algunas canciones de rock me habían gustado.

Del lado de la religión, se criticaba duramente a los jóvenes por escuchar este tipo de música, según por someterlos en base a la rebeldía haciéndolos cometer pecados. Pero yo sabía que esto era una total tontería. La gente sólo apuntaba con el dedo en lugar de investigar y saber la razón del porqué escuchaban aquel género. Otros tantos decían que ese tipo de música fue creada por el mismísimo lucifer para irrumpir las mentes inocentes de los jóvenes y hacerlos malos, incluso decían que las letras eran ovaciones o cánticos demoníacos para invocar el mal. Una vez más, para mí eso fue una total tontería.

Estaba seguro que el modo de cantar de los vocalistas en las bandas, no tenía influencia en nada diabólico más que la sola idea de expresar con su voz la euforia y la intensidad de sus letras o de su arte. De la nada tuve la imperiosa necesidad de hacerles saber a esa parte de la religión lo equivocados que estaban con sus críticas, de que no todo lo que hacía la sociedad debía de afectarlos y que nadie estaba en contra de Dios como ellos creían. De igual forma, sabía que no todas las personas que eran católicas, tenían esos pensamientos acerca de ciertas minorías, pero los señalamientos nunca faltaban.

Cuando cayó la noche estaba agotado, pero en cuanto llegó mi padre me quité de todo pesar en mi cuerpo para acompañarlo en la cena. Ciertamente frente a su persona debía de actuar con normalidad, pues bajo su escrutinio y el querer saber qué tanto había hecho en el instituto, podía ver que algo ocultaba y que estaba actuando extraño. Pero su semblante serio y hasta molesto a mi parecer, decía lo mucho que le estaba costando seguir con la construcción.

Por mera cortesía, decidí preguntar.

–Padre, ¿está todo bien? Le noto molesto –dije.

Como siempre, no hizo falta la presencia de un cigarro al terminar la cena que había consistido en spaghetti con albóndigas. Me miró de reojo y asintió levemente.

–Una excavadora dejó de funcionar y la empresa que contratamos para adquirir las máquinas nos ha dicho que suspendamos la obra hasta por tres días en lo que traen la nueva excavadora –le dio una calada corta al cigarro y después sacudió las cenizas con una simple sacudida. Bufó irritado–. Sólo eso me faltaba, pero bueno, podemos hacer algo esos tres días que estaré descansando.