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En la mañana, había acompañado a mi padre a las afueras de la ciudad sólo para echarle un vistazo a la construcción que poco a poco tomaba forma. Como había dicho mi padre, las lluvias habían dificultado una parte de los cimientos, lo que llevo a hacer un retroceso para volver a poner todo en su lugar de nuevo. Habría querido seguir durmiendo, pero mi padre me había levantado diciendo que saldríamos a las primeras horas de la mañana, ya después se ofrecería en llevarme al instituto.

El cielo de ese día estaba despejado y mayormente hacía mucho viento, por lo que no me importó peinarme el cabello, por si las dudas llevé un gorro de lana azul para disimular mi cabello desordenado.

Tuve mis momentos de paz al admirar el esqueleto de la construcción, veía a otros albañiles llevar carretillas con materiales a montones y algunos ingenieros llevando planos de aquí para allá, lo normal en un lugar así. Mi padre se quedó hablando con alguno de los supervisores un tanto lejos de mí, por lo que no me importó acercarme y después escuchar una conversación ajena donde dirían términos que yo jamás en mi vida sabría qué son, con suerte y sabía lo que era un martillo y un clavo.

No nos quedamos tanto tiempo ahí, por lo que ya estando en su coche nos dispusimos para ir a mi instituto.

Todo estaba marchando con normalidad cuando me pareció ver a alguien a lo lejos conversando con TaeHyung. Era ese chico de la vez pasada, el que portaba la capucha negra que no dejaba ver bien su rostro. Formé una mueca antes de darle las gracias a mi padre por traerme. En ese instante, me avisó que llegaría muy noche, ya que iría con algunos compradores a supervisar la compra de material para algunas vigas. Le dije que no había problema y que se fuera con cuidado, que cuando llegara la cena estaría lista.

Al bajar, me puse el gorro de lana ya no soportando la sensación de cosquilleo en mi cara por algunos cabellos sueltos. Dejé unos pocos mechones fuera para darme un aspecto más casual y fui directo a mis clases. Por si las dudas mantuve las distancias con TaeHyung y el chico misterioso. No deseaba tener un encuentro incómodo con ellos, menos con TaeHyung, aunque aún tenía ese remordimiento por seguir hablándole y resolver de una vez todos los problemas que llevamos acarreando desde que nos conocimos. Sin embargo, al verlo con aquel chico, mis ganas se fueron viendo que congeniaban muy bien, ambos se reían de alguna broma contada por el contrario y se fueron sin más para entrar a sus clases. Después de todo, ¿quién era yo para entrometerme en las amistades de Tae? Él podía tener los amigos que quisiese y a mí no tendría porqué importarme. Sólo esperaba que con el tiempo todo saliera bien.

Las clases pasaron con normalidad, todos se mantenían en un estado atento a las clases, como si nadie quisiera perderse el tema de la filosofía en la edad moderna, pues según palabras del profesor Young, éste vendría en el exámen final. Que mejor manera de poner a todos a presión para que dejasen de hacer tanto desorden en varias de sus clases. Afortunadamente, no me veía en aprietos, siempre tomaba notas y hacia mucho énfasis en las palabras del profesor.

Cuando el horario de filosofía acabó, todos los presentes incluyéndome soltamos un suspiro colectivo. De tan sólo imaginar que se venían los temas más difíciles, comenzaba a dolerme la cabeza. Me relajé en medida de lo posible y más cuando los minutos pasaban y mi profesora de química no llegaba. Eran dos horas completas, por lo que varios decidieron irse al comedor a pasar el rato, otros se quedaban dormidos en sus asientos y otros tantos habían hecho sus grupitos para conversar. Un tanto desesperado para matar el tiempo, decidí que irme a la biblioteca no me haría mal. Tal vez leer algo haría que las horas se pasaran volando. Tomé mis cosas y salí disparado hacia el otro lado del campus, cuando caminaba por los modestos jardines, el olor de la humedad del pasto y la tierra me recibieron haciéndome sentir alegre.

Al poner un pie en la biblioteca, firmé mi entrada y fui a las mesas de hasta el fondo para estar más cómodo. La bibliotecaria no me dijo nada sobre porqué estaba afuera de mi clase, sólo siguió bebiendo de su termo mientras veía muy entretenida su celular. Recordar lo que me dijo YoonGi sobre la bibliotecaria y el profesor Young, me avergonzó.

SI FUERAS LIBRE... ||YoonMin|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora