Dios de la muerte de Nueva York -HIATUS-

Capítulo 10

AN: Revisado el 5/7/20

AN: Lo siento chicos, ha pasado un tiempo. Fueron dos meses emocionantes para mí, terminé la escuela y conseguí un trabajo de tiempo completo (no más rebotar entre dos TT de medio tiempo). Aquí está el siguiente capítulo, se siente un poco sin pulir, pero eso es probablemente cierto en la mayor parte de esta historia jajaja ¡Déjenme saber lo que piensan! Como siempre, si ve algún error evidente en la gramática o en la trama, hágamelo saber.

Natasha luchó contra el impulso de pellizcarse mientras examinaba la cavernosa habitación subterránea que aparentemente Ichigo había escondido de alguna manera debajo de su casa. Podría dar consejos a SHIELD para ocultar cosas a plena vista. La caverna brillantemente iluminada debe haber tenido fácilmente una milla de radio, probablemente ocupando la mitad del espacio debajo del callejón sin salida que Ichigo llamaba hogar. El techo estaba pintado de un azul brillante y convincente para dar la impresión de cielo abierto, engañando a los ojos haciéndoles creer que en realidad estaban al aire libre y no bajo tierra.

El escenario artificial era muy desagradable, dado el hecho de que ella sabía que estaba bajo tierra. Los afloramientos rocosos que imitan las llanuras abiertas que puedes encontrar en las partes centrales de América del Norte parecían fuera de lugar en un fondo que contenía una escalera que se extendía hacia el cielo. Demonios, ¡incluso había plantas rodadoras! Las plantas muertas en forma de bola rodaban como si fuera un set de películas del oeste, lo que planteaba la pregunta de qué generaba el viento que empujaba la vegetación seca.

No se pudo identificar la fuente de luz, pero ciertamente se sintió natural. Un lago en miniatura resplandecía con la pureza del agua abierta no contaminada, a diferencia del azul cloro que podrías encontrar en una piscina de jardín. Natasha no se sorprendería si hubiera peces reales en el estanque falso. Incluso había lo que parecía ser una fuente termal en un rincón de la cueva, a juzgar por el vapor que salía de la piscina climatizada.

"¿Cómo diablos preparó todo esto sin que nadie se diera cuenta?" Natasha le preguntó a Yoruichi con asombro mientras estudiaba la cueva.

La mujer extranjera que la había seguido estaba sumergiendo un dedo del pie en las aguas termales, haciendo girar el agua, dando tiempo a la pelirroja para adaptarse al medio ambiente.

"En realidad no estamos bajo tierra", explicó Yoruichi con indiferencia, con una mano apoyada en su cadera. "Esta es una dimensión de bolsillo que tiene su entrada en su sótano. Se podría decir que esta habitación es su propio miniuniverso".

Natasha tomó la explicación en silencio, incapaz de decidir si la mujer gato estaba jugando con ella o no.

"¿Vas a hacerme creer que todo esto es real y que el agujero en el cielo del que acabamos de bajar es la entrada a otra dimensión?" preguntó el ruso con escepticismo.

"Hay mucha mierda extraña en el universo si sabes dónde buscar. Sereitei puede ser un concepto descabellado para ti, pero créeme, hay dimensiones mucho más extrañas en las que ni siquiera nosotros metemos la nariz".

Yoruichi se encogió de hombros. "Cree lo que quieras, pero no es por eso que estamos aquí".

Natasha hizo a un lado las preguntas que se le habían formado en los labios. No, de hecho, no lo fue. Ella estaba aquí para encontrar respuestas.

"Así que habla", exigió la espía con los brazos cruzados. "Estoy escuchando."

La mujer bronceada miró al espía con ojos considerados. "No tiene sentido decirle más de lo que ya sabe si no planea hacer nada al respecto. Entonces mi pregunta para usted es, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para encontrar las respuestas que desea? ¿Está dispuesto a arriesgar su vida? ¿Tu alma? No estoy bromeando aquí; hay una buena posibilidad de que realmente termines muerto o peor".