𝘓𝘢 𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰

ｏｎｅ；

101 d.C
Harrenhall, tierras de los ríos

El primer siglo de la dinastía Targaryen llegaba a su fin.

La casa Targaryen estaba en la cúspide de su poder, con diez dragones adultos bajo su yugo. El rey Jahaerys, su abuelo, había reinado casi sesenta años con paz y prosperidad, pero la dama negra se llevó a sus herederos; entre ellos, su padre; y la sucesión del rey, había quedado en el aire. Por lo que convoco un gran consejo para elegir heredero. Miles de señores acudieron a Harrenhall.

Se presentaron hasta catorce pretendientes, pero sólo se consideraron dos candidatos: Su prima Rhaenys y su hermano Viserys.

Daenaera estaba al lado de su hermano-esposo. Daemon parecía nervioso por la decisión que iba a tomar el consejo. Los dos no tenían posibilidades, debido a que, eran los menores de edad. Ambos hermanos habían apoyado a su hermano mayor.

Estos estaban enfrente de las escaleras, en el lado de su hermano-esposo. La princesa entrelazó sus mano al de su hermano, haciendo que ambos se mirasen, cuando empezó a escucharse a los maestres traer la decisión.

El cofre que contenía la decisión, iba moviéndose por el pasillo, lentamente. El sonido de las cadenas quedaría en los oídos de la princesa para toda su vida. Al llegar al trono, su abuelo abrió el cofre, mientras la mano del rey dictaba la decisión.

— Por la presente, todos los señores supremos y vasallos de los siete reinos acuerdan nombrar... — espero para decir la respuesta.— Al príncipe Viserys Targaryen, príncipe heredero de Rocadragón.

Ambos hermanos echaron un suspiro, mientras empezaban a aplaudir. Parecía, que Rhaenys, una mujer, no heredaría el trono de hierro. En su lugar, eligieron a Viserys, su hermano.

— Sigo sin entender... — hablo su esposo a su oído en alto valyrio, haciendo que este la escuchara. — ¿Por qué el abuelo ha convocado esto? Podría haber elegido a Viserys desde el principio.

— ... El abuelo ha convocado el gran consejo, para evitar que la sucesión desencadene una guerra — le replicó mientras ambos miraron a su abuelo, que parecía cansado. — Todos nosotros sabemos la triste verdad; esposo mío: Lo único que puede acabar con la casa del dragón... Es ella misma.

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112 d.C
Desembarco del Rey, tierras de la corona

El viento le azotaba en la cara con cierta amabilidad.

Las nubes en desembarco contemplaban un día nublado en tierra. Ala de plata la llevo a lo más alto, contemplando el suelo. Daenaera movió sus riendas, para que empezará a descender. Un rugido hizo que girara su cabeza; viendo que era Syrax con su sobrina Rhaenyra, que ya habían llegado a su altura. La mujer sonrió, mientras movía a su dragona para bajar a desembarco. Su sobrina la siguió.

Ambas pasaron la fortaleza roja, para bajar al pueblo llano, hasta pozodragón. Al llegar, la primera en pisar la tierra fue ella, seguida muy de cerca su sobrina. Los cuidadores llegaron pronto a dónde estaban los dragones.

Daenaera se bajó, para luego acariciar el lomo de Ala de plata. Sonrió levemente, mientras se iba quitando los guantes de su traje para volar.