• XVI •

844 142 173
                                    

Caminaron de vuelta a la ciudad, específicamente al punto de reunión. Iban callados, sin transmitirse ninguna palabra. Bueno, Kyle no tenía de otra, pero ni siquiera intentó usar su pizarra. 

Caminaban decaídos y sintiéndose derrotados. No eran capaces de darle un beso al otro. Cuando anduvieron por el festival, horas antes, notaron como varias parejas lo hacían de una manera tan casual y natural. Pero ellos no eran capaces de hacerlo.

Kyle comenzó a sobre pensar en ello, quizás como ese sería su primer beso intentaba que inconscientemente de que fuera especial. Lo cual a la vez era absurdo. No le quedaba tiempo como para ver si se ajustaba sus expectativas románticas. Literalmente para él el beso era una cuestión de vida o muerte. En cambio, Cartman también empezó a plantearse lo mismo, pero de una manera distinta. Estaba claro que las parejas que llegó a ver en el festival se besaban con tanta facilidad porque eran eso: parejas. Él y Kyle no lo eran, era su prometido, pero uno falso. No existía ese consentimiento de por medio que le permitiera besarlo y ya. Lo cual le inquietó. 

Recordó aquél día en que Wendy lo besó. No le pidió permiso ni mucho menos. Estaban en la escuela debatiendo cuando de la nada ella fue hacia él y lo besó sorpresivamente. Después del debate le explicó porque hizo eso y el asunto quedó ahí. 

"¿Por qué él no podía hacer lo mismo?"

Miró de reojo al pelirrojo empapado que caminaba a su lado, lo pensó y no pudo.

No podía simplemente lanzarse a él y besarlo, como si fuese una puta barata como Wendy. En primera, pensaba que era seguro que el pelirrojo lo mataría y en segunda era... No era lo correcto. Por eso le inquietaba el tema. Nunca antes le había importado hacer lo "correcto". Por el amor de Dios, él había vuelto chilli a su propio padre y luego se lo sirvió como cena a su medio hermano sin ningún remordimiento de por medio ¿Porqué carajos era tan importante si besar a Kyle impulsivamente era correcto o no? Sus neuronas estaban por estallar.

Al llegar al punto de reunión, el resto ya estaban ahí. Cuando los vieron llegar quisieron lanzarse a Kyle para abrazarlo, pero retrocedieron al verlo empapado, posteriormente también se dieron cuenta de que Cartman estaba igual, y entonces comenzaron a burlarse de ellos. 

Al estar empapados los obligaron irse en el asiento del chófer, asientos en los que habían ido en un inicio Craig y Tweek, conduciendo el carruaje, pues no querían ir con ellos al apestar a mar y estar tan húmedos. Obvio que esto no le gustó nada al castaño ¿Cómo un príncipe iba a conducir su propio carruaje? 

—Hoy no eres Eric Cartman, recuerda que solo eres Theodore —se burló Stan ayudando a Wendy a subirse al carruaje, caballerosamente.

No respetaron su autoridad y lo mandaron al frente de todos modos. Al menos Tweek fue piadoso y les prestó una manta para que se cubrieran del frío.

Así se fue sentado junto a Kyle mientras conducía su propio carruaje y compartían una manta, obligándolos a estar más cerca de lo usual. 

Resoplaba molesto. A Dios le gustaba joderlo, y mucho. Primero arruinó su beso con el judío y ahora lo obligaba estar cerca de él, como si fuese un estúpido juego y no importase que su corazón latiera agitadamente por cada minuto que pasaba junto a él; Kyle llevaba consigo uno de los libros que compró en el festival para entretenerse, por lo que estaba muy concentrado como para estar igual de nervioso que Cartman. De hecho, por la calidez que transmitía se terminaba acurrucando a él de manera inconsciente. 

El castaño echó un vistazo rápido al libro que leía, sin despegar totalmente la vista del frente; tenía más ilustraciones que palabras. Parecía ser un recopilador de paisajes, hablaba de temas culturales y de otros países, de tierras lejanas.

El Tritoncito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora