Iban en un viejo carruaje que consiguió Butters para aparentar que eran de la realeza. Como primer destino tenían planeado llegar con la bruja Henrietta, con el objetivo de preguntar cuál era la mejor forma de matar a una bruja o cuáles eran sus debilidades.
Aún era muy temprano, por lo que cuando llegaron en esta ocasión no estaban los típicos chicos de negro alrededor de la fogata. Había mucho silencio y un poco de neblina. Kenny llamó a la puerta de la caravana y salió la bruja soñolienta y de un terrible humor.
— ¿Qué mierda quieren? ¿Por qué han venido tan temprano...? ¿A dónde van vestidos así? ¿A una convención de otakus conformistas o una cosa por el estilo? -—cuestionaba Henrietta con la cara adormilada y el cabello más despeinado que nunca.
—Hola, buenos días mi Henrietta, hermosa. Perdón por venir tan temprano —saludaba Kenny con una voz dulce, entrando ya en personaje —. Soy yo...
—Sí, sí, sí, ya sé que eres el maldito raro llamado Kenny —tallaba sus ojos —. Ve al puto grano ¿Qué quieren?
—Necesitamos saber cuál es la manera más práctica para matar a una bruja —reveló Kenny.
—Obvio, con fuego. Así no queda rastro, imbéciles —contestó con obviedad.
—Sí, pero ¿No hay otra forma más práctica? Primero necesitaríamos atraparla para poder enviarla a la hoguera y eso sería muy difícil —explicó Butters.
—Mhhh... Esperen aquí.
Dijo Henrietta y volvió dentro de la caravana. Tardó unos cuantos minutos y trajo consigo tres pequeños frascos que les arrojó a sus madrugadores clientes.
—Tómenselo —ordenó.
— ¿Qué es? —Kenny lo miraba con sospecha —. No nos transformará en rana o algo así ¿No?
—Claro que no, imbécil —disintió Henrietta —. Con eso la bruja Heidi no los podrá manipular, quedarán inmunes a esos tipos de hechizos.
—¿No tienes más de estos? ¿Otros cinco? —cuestionó Kenny mientras olfateaba la poción.
La bruja rodó los ojos y volvió dentro de la caravana. Los tres discutían con la mirada quién se tomaría primero la extraña y sospechosa poción. Butters perdió y lo hizo. Esperaron unos cuantos minutos y al ver que continuaba normal decidieron seguirle.
—Tomen —les arrojó el resto de pociones.
—Gracias, preciosa dama —las tomó Kenny y las guardó.
—Es todo lo que tengo para ustedes, ahora larguen... Un minuto —Henrietta detuvo a Kyle y tomó la daga —. Mhhh... ¿De dónde sacaste esto?
—«Me la aventó una vez el príncipe Eric y me la quedé» —respondió con simpleza y extrañado por el comportamiento de la bruja.
—Podría servir, se parece a una que vendí hace ya varios años... —musitó Henrietta inspeccionando el arma blanca —. Está hecha de un material mágico.
La bruja sacó un par de ingredientes que arrojó al fuego de la fogata. Después con unas pinzas introdujo la daga en las vivas llamas por unos cuantos minutos mientras recitó unos versos en latín. Al terminar la retiró y sopló encima de esta, haciendo que se enfriara en un segundo.
—Toma, apuñala el corazón de la bruja con esto, ya no necesitarán quemarla con fuego —explicó Henrietta —. Así acabarán con ella y se volverá ceniza.
Kyle guardó la daga y se despidieron de la bruja agradeciéndole por sus consejos y servicios. En esta ocasión el pelirrojo tuvo que meterse directamente en el baúl que ya tenían previsto. Por fortuna era grande y espacioso, por lo que no iría extremadamente incómodo. Además él era bastante delgado.
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El Tritoncito
Fanfiction[Los personajes no me pertenecen, este solo es un Fanfic de fan para fans con fines de entrenamiento] [El fanart de la portada me pertenece] Kyle Broflovski es un tritón, hijo de la reina de los siete mares: Sheila Broflovski. Al cumplir la edad...