• XII •

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En la mañana siguiente Kyle recibió su desayuno en su habitación, aún con las mismas restricciones. Pero en esta ocasión se sentía más tranquilo, Wendy y Butters vinieron a hacerle compañía y con ello le trajeron las maravillosas noticias de que él príncipe Eric se encontraba bien, solo necesitaba reposo y descansar para recuperarse del todo. Esas palabras le permitieron comer con más tranquilidad y ya no estaba tan ansioso por estar encerrado. 

Le parecía sorprendente que ya llevaba una semana en el mundo humano y si bien sus avances con Cartman iban "lentos", después de lo ocurrido no se atrevería a decir que eran nulos. El propio príncipe Eric usó su cuerpo para protegerlo de una posible muerte o lesión peligrosa, y cabe aclarar que no era algo que le enorgullecía, de hecho estaba muy molesto por esa imprudencia de su parte. Pero el punto aquí es que literalmente lo protegió dando su vida por él. Eso no lo haría alguien que lo odiase, ya fuese por que le fuera útil o no, lo importante es que en su relación en realidad no existía el odio.

Pero si no era odio ¿Entonces que era? No se atrevía a decir que amor, porque entonces sería un tipo de amor muy extraño. Aunque a decir verdad Kyle nunca antes había experimentado un romance, así que desconocía por completo si era normal o no. Sin embargo, estaba seguro que de ser amor estaríamos hablando de uno muy raro. 

—Ayer ya no pude devolvértelas, pero mira ya las puse en un jarrón con agua —mostraba las rosas amarillas de ayer ya un tanto dañadas pero aún hermosas — ¿Dónde quieres ponerlas? 

Tomó su adorada pizarra que Butters le trajo esa misma mañana junto a su desayuno. Ya la había echado tanto de menos, de verdad le estaba tomando un extraño cariño. 

— «Déjalas en el centro de la mesa para que les dé el sol» —escribió. 

Wendy asintió y las dejó donde se le indicó. 

—«Butters... ¿Sabes qué es normal en las relaciones amorosas?» —se atrevió a preguntarle al rubio que también tomaba té con ellos. 

—Oh... Bueno, esa es una pregunta un poquito difícil —replanteaba Butters meneando la cuchara de su té. 

— ¿Por qué se lo preguntas a Butters? Él nunca ha tenido pareja —cuestionó Wendy —. Lo más parecido a una pareja fue cuando creyó que esa cortesana llamada Lexus estaba enamorada de él, y en realidad solo quería su dinero. 

—No me lo recuerdes —musitó con una risa nerviosa el rubio.

— « ¿Y tú? » —le cuestionó a Wendy. 

—Yo sé un poco más de eso, claramente. Yo me comprometí con el joven Marsh desde los 8 años.

Reveló Wendy y Kyle la miró impactado, se imaginaba que ambos se traían algo, pero nunca creyó que estuviesen comprometidos. 

—Aunque ahora no estoy segura si fue la mejor decisión... De verdad quiero dedicarme a mi trabajo de caballero, me costó mucho conseguirlo como para casarme y perder este título —continuaba revelando, pensativa —. Pero ese es otro tema. En cuanto a tu pregunta, es difícil de responder. Pero creo que debe de haber tres valores fundamentales en una relación para que funcione: respeto, tolerancia y aceptación. Si no están estos tres valores juntos entonces esa relación está destinada a fracasar. 

Meditó acerca de esos tres valores. Comenzó con el respeto y enseguida lo tachó, Cartman no parecía respetarlo de ninguna manera y siendo sinceros Kyle tampoco lo respetaba mucho; ni hablemos de la tolerancia, puede que el pelirrojo la practicase pero el otro no parecía tener ni puta idea de que era eso, se pasaba insultándolo por su religión o el vivo color de su cabello y esos aspectos el mismo Cartman los señalaba como una "dificultad" para tratarlo; por último la aceptación que podríamos decir que el príncipe reconocía y aceptaba que era judío y no era como si él tratase de cambiarlo, aunque si pedía que lo ocultara del resto —sin embargo, él se lo gritaba a los cuatro vientos y de seguro todos en el reino ya lo sabrían—, así que no sabía decir si realmente lo aceptaba o no. 

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