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A la mañana siguiente Kyle despertó irónicamente con sueño. Estaba cansado. Bostezaba exhausto y podían apreciarse un par de ojeras en su pálido rostro. 

Después de lo de anoche y explicarle a Kenny lo sucedido conversó con él durante horas. Pero en un resumen muy breve de todas esas palabras en la que incluso agotaron la tinta, el rubio le aconsejó que no se rindiera tan fácilmente, que para su desgracia escogió enamorar al ser humano más difícil de toda la Tierra. Si quería resultados rápidos debía de deshacerse de esa idea porque esta era absurda e imposible. Estábamos hablando del nivel mortal en cuanto el amor. Podría salir ganando si ponía su empeño en ello, como también perder y volverse espuma. No obstante, no debía de preocuparse. Por fortun atenía de su lado al buen y confiable Kenny. Le ayudaría tal vez no a ganar  completamente el corazón del príncipe, pero que al menos recibiría un beso de piquito que lo salvara de volverse espuma.

Sin embargo, Kyle no se rendiría porque tuviese esperanza de ganarse siquiera un "besito de piquito", sino porque ya estaba ahí y solo le quedaba esperar a que pasara el tiempo para convertirse en espuma o hacer un mísero intento. 

Se levantó de la cama exhausto y por fin apagó la luz. Anoche, después de que Kenny se marchara, se quedó tirado en la cama sobre pensando cada error que cometió en su vida hasta llegar ese preciso punto. Así se fue quedando dormido sin desearlo, vencido por el cansancio y dejando la habitación hecha un desastre, así como lo era su mente. 

Se preparó el baño, acción que Stan le enseñó días pasados, y se sumergió en la tina en busca de algún calor artificial que calentara su corazón herido.

Después de salir del baño llegó finalmente Butters. El rubio estaba hecho un manojo de nervios y cómo no iba a estarlo cuando hoy era la ansiada fiesta donde anunciarían el compromiso públicamente.

Con una cara vacía Kyle se dejó vestir como un muñeco de trapo por Butters, quién estaba indeciso por cómo vestirlo. Al estar también a cargo de Cartman él sabía cómo iría vestido y trataba de combinar sus conjuntos, buscaba un punto de armonía que favoreciera al pelirrojo; ya que Cartman había elegido el rojo como color principal (uno muy característico en casi todos sus atuendos), y teniendo Kyle el cabello rojo pensaba que no le sentaría bien. Por lo que terminó escogiendo un saco rojo en tono tinto con detalles bordados en dorado, siendo una tonalidad oscura generaría un contraste más armonioso en él. 

Y vaya que el resultado fue acertado. 

Kyle se miró en el espejo y debía de admitir que los humanos tenían un buen gusto por la ropa y que estos sabían cómo hacer que favoreciera a su portador. Llevaba el saco tinto con bordados dorados ya mencionado, era bastante largo, casi llegaba a los pies; debajo usaba una camisa beige muy elegante; un pañuelo del mismo tono; un pantalón color caqui; guantes ocre y unos botines marrones con un ligero tacón. 

Solo por esta ocasión le permitió a Butters peinar su salvaje cabello, ya que este estaba muy ansioso en que todo quedara perfecto, y le pareció un excelente resultado. Consiguió mantener quietos sus alocados rizos. 

—Listo, el evento empieza al medio día y estos son algunos de los itinerarios. Stan se encargó de que no tuvieras prácticamente obligaciones —explicaba Butters entregándole unas hojas —. Y para evitar ciertas interrupciones o comentarios incómodos ehm... Bueno prefirieron que no llevaras tu pizarra y mantuviéramos en secreto que eres mudo. Dirán que estás enfermo y que no puedes hablar por el momento —le entregó unas pequeñas tarjetas —. Éstas son por si llegases a necesitar algo, de emergencia. Algunas ya tienen frases escritas y otras están en blanco por si necesitas algo más específico. 

Kyle las miró con atención y bufó al enterarse de lo explicado por Butters. Le pareció incómodo y poco práctico. Pero no veía nada provechoso discutirlo, por lo que guardó las pequeñas tarjetas en el interior de su saco. 

El Tritoncito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora