DUELES TAN BIEN * MIN YOONGI X T/N

Capítulo 25.

Nos fuimos primero a hacer una réplica de la llave de mi apartamento, se la di y llegamos aproximadamente a las 9:00 p.m. A casa lo que es relativamente tarde. Nos adentramos todas en el cuarto de Nahomy y dormimos, más específicamente, ellas durmieron mientras yo analizaba el tener que vivir sola y el afrontar que estaba tan mal que Sofía e Isabella tuvieron que acudir a los chicos para dejar mi emancipación de lado y depender de que uno de los chicos me cuide y vigile que no me corte las putas venas o me tome un tarro de pastillas.

Era sábado y el día en que sus padres llegaban, Nahomy se veía melancólica pero feliz de ver a sus padres, la pequeña lloró un poco, pero todo iba bien. Recibí una llamada de los padres de las dos criaturas diciendo que llegaban en 5 minutos, la madre se veía feliz de volver sin que se hayan puesto muchas quejas y sin una niñera que haya renunciado.

Cuando llegaron Nahomy se abalanzo a su madre y Eunji a su padre, fue hermoso de ver. Después de que Nahomy y Eunji estuvieran más contentas de ver a su familia, hablé con la mamá de Nahomy obteniendo una sonrisa y lágrimas muy sinceras, también un abrazo de parte de los dos padres agradeciendo al ver las notas de su hija mayor y el avance de Eunji en ciertos aspectos de su vida, junto con eso al recibir las noticias del cambio drástico de la mayor me dieron un dinero extra que no quería recibir pero me obligaron a recibirlo, con ellas dos había ganado demasiado dinero y era, era raro. Pero estaba feliz de haber cumplido bien mi trabajo, cuando iba a salir de la casa con un taxi esperándome afuera para trasladar todas mis cosas al apartamento, recibí un abrazo grande por parte de las dos menores que comenzaron a llorar un poquito, se me derritió el corazón no diré que no. Nahomy me dio las gracias mil veces antes de dejarme ir por completo, era una de mis mejores obras, amaba poder ayudar de algo a las familias disfuncionales con hijos especialmente diferentes o especiales, especiales de tener una historia que los hizo cambiar y al llegar yo a sus vidas aunque al principio me hagan sufrir, al último momento pueda estar 100% orgullosa de su cambio radical, de ser depresivos o rebeldes, a ser niños obedientes y abiertos a tener más empatía con sus padres y dejarse guiar por el camino entre comillas correcto. Aún su propia niñera no lo haya descubierto.

Cuando llegué al apartamento, que estaba hermoso. Demasiado para mí fue lo que pensé cuando lo vi, pero ahora necesitaba pensar en que necesitaba comprar ropa y comida. Decidí ir al mercado y comprar lo necesario para sobrevivir, carne, huevos, pan, frutas, verduras, sopas instantáneas, gomitas y paquetes de papas y galletas, por último y más importante leche y helado.

Luego de llevar la suficiente cantidad de estas cosas al departamento, volví a salir a una tienda de ropa y comprar lo que necesito, ropa ancha, también toallas para mi cuerpo, toallas femeninas, tampones, papel higiénico, jabón para lavar los platos, jabón para mi cuerpecito, shampoo, acondicionador, crema dental y un cepillo de dientes. Las otras cosas ya las tenía y ya habían enviado muebles al apartamento al igual que un televisor y ese tipo de cosas. Cuando estaba en la puerta del edificio decidí ir a caminar y perderme por ahí, dejé el celular y lo que pudiera distraerme.

Caminé por una hora estando pendiente de todas las cosas a mi alrededor, la belleza del verde de los árboles y el pasto, el azul oscuro del cielo perdiéndose con el blanco de las nubes grises, señal de que empezaría a llover lo que me hizo sonreír al igual que una niña a la que acababan de dar una muñeca nueva. Caminé más por las calles viendo a los niños entrar a sus casas y a las parejas despedirse, los conductores de moto escondiéndose de la lluvia al empezar el aguacero y a los carros pasar velozmente por los charcos de agua en la carretera y salpicando a las personas en la acera haciendo que una señora mayor diera pisadas con fuerza, su aparente enojo por su ropa mojada por la salpicadura. Mi pelo alborotado empezó a reducir su tamaño pegándose a mi frente y cuello, las gotas de agua que caían en mis pestañas levemente largas, hacían que me restregara los ojos por la dificultad a la hora de ver, mi ropa empezó a pegarse de mi piel y yo a sentir como aún de tantas noches bajo la lluvia todavía se sentía raro cuando me movía gracias a la ropa pegada a mí, tiré mi cabello hacia atrás ya pesado por lo mojado que estaba, mi pantalón empezaba a pesar debido al agua y mis pies ya estaban incómodos gracias a mis medias mojadas. Disfruté el agua cayendo sobre mi sin tener que estar desnuda en la ducha encerrada en 4 paredes.