Cap5: Acorralado

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Con detalle, el mayor caminaba al alrededor de ese departamento, mirando con odio oculto todas las fotografías de la pareja, poso su vista en una que llamo su atención, donde estaba esa joven pareja, acompañados de dos hombres, la tomo entre sus manos, apretando el marco de madera.

"¿Ellos?, ¿Quién demonios son ellos?"

Metidos en la cocina, Izuku ayudaba entre torpes acciones a su novia, siendo más un estorbo que una ayuda, pero no quería estar a solas con ese hombre, no quería, aunque sabía que Melissa estaría cerca.

-Izuku yo me encargaré, ¿Por qué no acompañas al padre Todoroki? -sugirió la rubia, terminando de condimentar el platillo principal.

-N-no, m-mejor, t-te ayudaré a poner la mesa, no es justo que hagas todo. -Melissa noto su tartamudeo y sus nervios, sabía que algo estaba mal con él.

-Cariño, ¿Ocurre algo? -cuestionó, ante esto, a Izuku, se le resbaló uno de los platos de la alacena, estrellándose en el piso.

-P-Perdón Melissa, ¡Lo recogeré! -Se inclinó rápido, para levantar el desastre que había ocasionado, pero gracias a sus nervios, solo se provocó un corte en la palma de su mano.

Ese ruido llegó hasta los oídos del bicolor, que rápido fue hasta la cocina, para ver lo que había ocurrido, encontrándose a esa maldita rubia, tomando preocupada la mano de su ángel.

-¿Qué paso? -Fue directo con ellos, viendo la mano del pecoso.

-Es nada más un pequeño accidente, no se preocupe -explicó Melissa, nerviosa por la pena.

"Es la oportunidad perfecta para estar solos mi niño, no cabe duda que Dios nos quiere juntos"

-Si quieres hija, yo puedo ayudar a tu novio con su herida, además siento un ligero olor a quemado -Shoto giro su mirada a una olla en la estufa.

Melissa, apenada, dejo la curación de su novio a cargo del padre, para atender la comida que estaba preparando y recoger los pedazos de aquel plato. Izuku con pánico, estaba a punto de alejarse y curarse por sí solo, pero el fuerte apretón contra su muñeca y un jalón, lo hizo ser guiado a la fuerza por el mayor hasta la sala.

-Déjeme -susurró con miedo, tratando de zafarse del agarre.

-Hija, ¿Dónde está tu botiquín? -Shoto no hizo caso a la petición del pecoso, escuchando de fondo la voz apenada de la muchacha, que le indicaba donde se encontraba el botiquín.

-¡Dije que me...! -El chico no había terminado de hablar, cuando su mentón fue fuertemente apretado por la mano del bicolor.

-Shhh... No querrás que tu linda Melissa te escuche ¿Verdad?, ¿Quieres quedar en ridículo frente a ella? -Todoroki apretaba con más fuerza a Izuku, conteniendo sus enfermizas ganas de besarlo.

El dolor y el ardor de su mano no lo dejaba pensar, negó con dolor, siendo jalado nuevamente hasta la mesita de café, frente al sofá, donde el mayor lo sentó a la fuerza, revisando la herida, acaricio los bordes de la cortada con lentitud, relamiendo sus labios al ver la pequeña cantidad de sangre que salía, Izuku trataba de zafar su mano, pero esta solo era más apretaba y jalada, Shoto era más fuerte que él, seguía siendo más fuerte que él.

-Esto me trae tantos recuerdos, ¿A ti no, Izuku? -miraba con cinismo la palma lastimada del pecoso.

-P-Por favor, por favor, solo déjeme, tenga piedad -suplicó, comenzando a llorar, tenía miedo, pero no quería alterar o avergonzar a Melissa, no otra vez.

-¿Por qué lloras, Izuku?, no deberías de llorar, aunque me gusta, te ves tan lindo cuando lloras. -Pazo lentamente su húmeda lengua contra la mano del peliverde, lamiendo algo de su sangre.

Izuku se exaltó y comenzó a gritar con pánico, alertando a su prometida, que se encontraba en la cocina.

-Izuku, ¡¿Qué ocurre?! -Llegó rápido, encontrando al sacerdote limpiando la herida con alcohol.

-Por Dios, pareces un niño. -Shoto soltó una leve risa, aplicando esta vez un algodón a la palma del pecoso, su vista viajo hasta a la chica. -¿Él siempre ha sido así?

-¡Oh!, discúlpeme, Izuku es un poco miedoso. -Melissa río, un poco apenada, hizo ademán de acercarse a su novio, pero el mayor la detuvo.

-Descuida hija, por favor continua y yo termino de curar a tu novio. -Algo insegura, asintió, regresando a la cocina. -Vuelves a gritar y juro que te castigaré Izuku, estoy cansándome un poco de tu actitud, mi niño, no sabes lo mucho que he cambiado estos años y créeme que no te gustaría ver esos cambios, ahora, pórtate como un buen chico y déjame terminar.

Esa mirada fría, el dolor punzante en su muñeca y su profundo pánico, lo hizo recordar una de tantas veces, en que fue violado de forma brusca y dolorosa, por el temor solo se quedó quieto, inmóvil, como esa última vez.

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Ya estaban a mitad de la cena y Todoroki elogiaba en falso todos los platillos que Melissa había preparado, abriendo más la conversación entre ellos, mientras Izuku se quedaba callado, asintiendo en algunas charlas y sonriendo forzado, Melissa se daba cuenta de ello, pero ignoraba su actitud, pensando que solo estaba apenado por lo que había sucedido.

Risas, era lo único que Izuku podía escuchar, tenía su cabeza en las nubes, prefería agachar la vista, cuando tenía la mirada del bicolor sobre él, miraba su mano vendada, le temblaba, le temblaba mucho, recordaba esa repugnante escena en su mente, podía sentir de nuevo la húmeda lengua del bicolor pasar por su herida.

Un profundo escalofrío recorrió su cuerpo, al sentir como algo frotaba su pierna, alzo la vista rápido, notando que un par de penetrantes ojos bicolores lo miraban, se levantó de golpe, llamando la atención de las dos personas en la mesa.

-P-Perdón, iré por algo de agua -dijo, excusando su acción.

-Yo la traeré. -Melissa estaba a punto de levantarse, pero Izuku la detuvo.

-¡N-No!, yo iré -caminó rápido a la cocina, antes de que algo más pasara.

La vista de Shoto, se posó en ese perfecto cuerpo delgado, que se perdía en el pasillo, para, después, enfocar sus ojos en la chica sentada frente a él.

-Hija, ¿Me permites pasar a tu baño?

Después de dar un largo trago a un vaso con agua, Izuku, se recargó en el lavabo al borde del llanto, jadeaba por el temor y la presión en su pecho aumentaba, rascaba sin cuidado la venda que cubría su mano, quería llorar, gritar, pero las palabras de Shoto lo llenaban de pavor, no quería ser de nuevo víctima de sus ataques de ira, tampoco quería saber si era capaz de lastimar a Melissa.

Un nuevo escalofrío recorrió todo su cuerpo, uno acompañado de un profundo pánico.

Detrás de él, estaba el cuerpo de aquel monstruo, pegado al suyo, sentía como una de sus manos le acariciaba su entrepierna por encima de la ropa, mientras la otra le tapaba la boca con fuerza.

Gritó, grito de forma ahogada, la presión contra su boca era tan fuerte que apenas era capaz de emitir un sonido, se retorció por la desesperación, por el miedo, trataba de alejar esas manos de él, pero era completamente inútil.

-¡Shhh!, deja de forcejear, no quieres que me enfade ¿O si Izuku? -susurró lentamente contra su oído, posando su nariz en los cabellos del muchacho-, Aahh... hueles tan delicioso.

"¡No, por favor!, ¡Kacchan, por favor, ayúdame!, ¡Papá!, ¡Melissa!, ¡Ayúdenme!"

Volvía a llorar...

Volvía a sentirse acorralado...

Volvía a sentirse como ese niño indefenso.

Padre Nuestro [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora