Padre Nuestro [TodoDeku]

Cap7: Orfanato pequeños ángeles

Calmaba sus ansias, pero ninguno de esos niños lo lograba satisfaces por completo, ninguno de esos niños era su Izuku.

Aun teniéndolos boca abajo y tratando de imaginarse a su pecoso, no servía de nada, porque esos niños no eran él, cuando los tocaba podía sentir su piel erizada, áspera, no se sentía como la suave piel de ese ángel caído del cielo.

Después de que jugaba con ellos, los veía con repulsión, ninguno se veía como su Izuku, ninguno era digno de remplazarlo.

Los tomaba con fuerza del cuello, rodeaba sus gargantas, escuchando sus jadeos, sentía como sus pequeñas uñas se incrustaban en la tela de su camisa, provocándole leves heridas, apretaba con fuerza esos pequeños cuellos hasta notar que estos ya no jadeaban más, ya no lloraban más, se detenía cuando los cuerpecitos yacían inertes, en la gran mesa de la vieja biblioteca.

Los envolvía en sabanas y los metía entre las paredes, apilando cada cuerpo que no le servía más, ninguno de esos niños merecía seguir vivo, ya no eran puros, ya no merecían estar en este mundo, se encargó personalmente que ese lugar fuera muy profundo, para que nadie encontrara esos cuerpos malditos, era su lugar secreto, el lugar donde yacían las almas sin salvación, las almas que no eran dignas de estar en el cielo, ni en el infierno.

Momo, sabía de ese nido de podredumbre y de las pequeñas almas perdidas, pero no decía nada, se quedaba callada, los golpes y maltratos la hacían callar, su desesperación la llevo a la locura, a la paranoia, a la desesperación, escuchaba perfectamente la voz de Dios, tenía que quemar a ese demonio, tenía que bañarlo en agua bendita, para acabar con él.

Fue lo que hizo, pero bajo la guardia, ante su traición, recibió más golpes y azotes por parte de Todoroki, quien la dejo tendida en el suelo, ella ya no podía más, ya no podía cargar con la culpa, con el arrepentimiento, con el dolor.

Subió las escaleras de ese gran infierno, hasta el campanario, estaba decidida a acabar con todo, no importa que fuera el peor de los pecados, aun así, iría al infierno por ayudar al diablo, no había diferencia alguna, tomo la cuerda y la ato alrededor de su cuello, miraba el borde del precipicio, pero... Una luz de esperanza le abrió los ojos.

-No... ¡No me quedaré callada!, ¡No lo ayudaré más!, debo hablar, debo decirles a todos... ¡No dejaré que Todoroki se salga con la suya!

-Sí lo harás.

Fue demasiado tarde para redimirse.

Un rostro cubierto por vendas la empujo, mirándola con triunfo y satisfacción, veía como Momo se retorcía, sus ojos se saltaban, tiñéndose de rojo, saliva escapaba de su boca, sus manos se retorcían y sus pies pataleaban, hasta que su cuerpo quedo inmóvil, meciéndose con la brisa del viento.

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MADRE SE SUICIDA, EL PEOR DE LOS PECADOS.

¿MÁRTIR O SUICIDA?

MOMO YAOYURUZU SOSPECHOSA DE LA DESAPARICIÓN DE UNA DOCENA DE NIÑOS.

¿SE SUICIDÓ POR CULPA?

ORFANATO "PEQUEÑOS ÁNGELES" CLAUSURADO TRAS EL SUICIDIO DE LA MADRE YAOYURUZU.

PADRE SHOTO TODOROKI VÍCTIMA DE LA LOCURA DE SU COLEGA.

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No podía creerlo, no quería creerlo, actualizaba las páginas, abría diferentes artículos, pero todos le arrojaban lo mismo, Momo estaba muerta, niños habían desaparecido y ese viejo orfanato llevaba deshabitado desde hace años.

Todas esas noticias la culpaban a ella, las páginas decían que ella causó la desaparición de los niños, pero Izuku sabía que no era ella, no podía ser ella.

"No sabes lo mucho que he cambiado estos años"

Se tapó la boca, muerto del pánico al recordar las palabras del mayor.

-Él fue, e-él, él la mato. -sus ojos se llenaron de lágrimas, contenía el llanto apretando con fuerza su boca.

Esa mujer en la que una vez había confiado, en la que se refugiaba, esa mujer a la cual quería como una madre, quien a su pesar lo abandono por miedo, ya no estaba, ahora su temor a Todoroki era mas intenso, a sus amenazas, temía por Melissa, por su padre, por Kacchan.

No podía quedarse callado, no quería que las personas que él amaba sufrieran, no dejaría que nadie más sufriera lo que él, no dejaría a ese monstruo exento de culpas, debía hablar, tenía que hacerlo.

Salió rápido de la escuela, sin que nadie lo viera, sus manos le temblaban de terror, pero estaba decidido, lo denunciaría y lo refundiría en la cárcel, donde siempre debió haber estado, fue hasta la calle para buscar un taxi, había olvidado su celular en su cubículo, pero por suerte tenía unos cuantos billetes en su bolsillo, ningún taxi aparecía.

¿Por qué cuando más quieres un taxi ninguno aparece?

Comenzó a andar, esperando encontrar uno, acelero su paso al sentir que alguien lo seguía, ¿Era la paranoia?, ¿Ya se estaba volviendo loco?, se detuvo hasta llegar a la parada de autobús, no había nadie más, solo él, esperando algún transporte.

-¿Tú eres Izuku Yagi? - preguntó un hombre corpulento, que apareció inesperadamente al lado del chico.

-¿Q-Quién es usted? -retrocedió, nervioso, su espalda chocando con otro cuerpo.

-¡Sí, es él, idiota! El viejo nos mostró su foto. -Detrás de Izuku, el hombre lo tomo con fuerza por los brazos, impidiéndole escapar.

-Déjenme... ¡N-no tengo dinero! -No podía estar pasándole esto, no ahora.

-¿Quién quiere tu dinero? -se burló ese hombre frente a Izuku, tronando sus nudillos, para así darle un puñetazo en la boca del estómago.

El golpe provocó que el aire saliera de sus pulmones, otro más lo hizo escupir un poco de sangre, finalmente uno contra su mejilla, lo dejo inconsciente, colgando del hombre atrás de él.

-Súbelo a la furgoneta, no sé para qué quiere a este chico, pero no me importa, solo quiero salvar mis deudas con ese viejo. -El agresor, hizo una señal y una furgoneta negra se acercó a ellos.

Subió primero, ayudando a meter al pecoso, su compañero entrando de último, revisaron muy bien que no hubiera nadie alrededor y avanzaron al final.

¿Quiénes eran esos hombres?, ¿Con quién estaban saldando su deuda?

Cuando por fin Izuku estaba decidido a hablar, le estaba pasando esto, definitivamente...

Dios lo había abandonado.