Capitulo 18

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Se estaba haciendo oscuro cuando Tim recupero la consciencia gradualmente. Sentía como si hubiera tenido diez peleas de box. Su cabeza seguía punzando mientras se levantaba, inestablemente, y caminaba hacia la cocina. Podía oler el empalagoso aroma de la crema batida y las fresas mientras se acercaba.

Mientras se dirigía a la cocina, repentinamente grito. Había pisado algo, algo metálico. Un cuchillo? Cubiertos?

El miro hacia abajo, intentando mantener la mirada fija. Ninguno de los dos. Eran unas llaves. No eran suyas. De Heather?

Bueno, eso explicaría porque no había vuelto. Cerro la casa para que no tuviera forma de entrar.

Porque Heather no había vuelto...

Tim llevo su atención a su predicamento para volver a concentrarse.

"Oh mierda."

El corrió a la cocina, encendió las luces, y tomo un paquete de aspirinas de la alacena, se las tomo con agua del grifo, luego reviso por las cortinas para mirar afuera.

Cuanto tiempo había estado desmayado? Ya era oscuro. Estaba calmado afuera. Ningún auto de policía, nadie preguntando a los alrededores.

El miro el reloj en el muro de la cocina. Eran casi las 7 PM. Se le había pasado toda la tarde. Había estado fuera por casi cuatro horas.

Se puso en frente del lavadero y limpio la sangre de su cara lo mejor que pudo. Mientras lo hacía, se preguntaba las preguntas esenciales.

Donde estaba Heather? Podía estar en cualquier lugar ahora. La estación de policía? En casa de una amiga? Quizás con la Tía Lily?

Tim intento razonar con el mismo. Nadie creería su loca historia, o sí? Aunque quizás pensarían que se había topado con algo tan horrible que habría afectado su mente.

Así que, la primera prioridad era encontrarla.

No, se corrigió a sí mismo. La primera prioridad era subir las escaleras, revisar a Mama, vestirse, y luego salir y buscar a Heather. Pero cómo?

Luego, otro pensamiento llego a su mente. La pistola de control mental. Seguía ahí?

Tim olvido todo lo demás y subiendo las escaleras, recorrió el pasillo, entro al cuatro de sus padres.

La puerta del cuarto estaba ligeramente abierta, con las luces encendidas. Mientras Tim entraba corriendo, la vio.

Ahí estaba Mama, aun sentada donde la dejo, la saliva ya reunida era una piscina alrededor de su regazo. La pistola de control mental seguía en la mesa de noche donde la dejo.

"Gracias Dios," murmuro Tim recuperando el aliento.

Tim respiro profundamente. Se dio cuenta de que, apestada. Sudor rancio y el aroma de la Vaselina combinado con sus jugos sexuales y de su Mama, junto con las lejanas señales de fresas y crema batida.

Antes que nada, necesitaba tomar una ducha rápida. Si la policía venia, esta era la última cosa que quería que vieran.

"Ok, Mama, vamos a ducharnos juntos. No hay tiempo de ponernos íntimos, solo ven conmigo."

Mama se levantó inestablemente, y Tim tomo la pistola de control mental. No iba a dejarla, ni a Mama, fuera de su vista.

Los dos entraron al baño. Tim encendió las luces, se miró al espejo. Tenía mala vista. Aun había sangre incrustada en el costado de su frente, y tenía un gigantesco tumor del lado derecho de su cabeza. El intento tocarlo gentilmente. Era del tamaño de un huevo hervido, y dolía como el diablo. Toda su cabeza estaba punzando.

El Objeto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora