Capitulo 27

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Hannah Davis estaba paseando por la espléndida suite de vacaciones que Ryan había tan pensativamente reservado para los dos, buscando el teléfono para pedir servicio a la habitación.

El cuarto tenía una excelente vista de la playa (casi podía escuchar el sonido de las olas), y se preguntaba si ella y Ryan podrían ir a bucear mañana, si el clima lo permitía.

Pero antes que otra cosa, quería celebrar esta fantástica noche ordenando algo de champagne. Donde estaba ese teléfono?

Ella se giró para preguntarle a Ryan, lo vio de pie y mirándola. Hannah tomo un momento para admirar su apuesta cara con su recortada barba, su físico esculpido, pecho amplio, el tatuaje tribal en su brazo derecho, y, por supuesto, la circunferencia de su falo. Se veía, remarcaba para ella misma, como una escultura antigua griega, todo musculo y tendones.

Su acto de amor de esa noche había sido diferente de lo normal—Ryan parecía estar frenético y febril. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido tanta energía en la cama, como usualmente llegaba del trabajo exhausto. Pero esta noche en particular, cada vez que pensaba que se iba a quedar dormido, sus manos empezaban a tocarla de nuevo y solo...

Dios, había sido bueno.

Estaba por decirle eso, cuando el hablo.

"...Es hora de despertar."

A que se refiere, 'despertar'?

Ryan junto sus manos, aplaudiendo con fuerza. En ese momento, Hannah sintió que perdía el equilibrio, y se tropezó. Su visión se volvió borrosa, y su cabeza empezó a doler, como si estuviera teniendo migraña.

Cerro sus ojos, froto sus parpados. Que estaba pasando?

"H—huh? Uh...unnghhh...ahhh..."

El dolor en su cabeza creció en intensidad, y luego disminuyo a una pequeña molestia.

Y mientras lo hacía, algo extraño...algo verdaderamente bizarro...paso.

Eran dos conjuntos de recuerdos compitiendo dentro de la mente de Hannah.

Sus ojos dieron vueltas en confusión alrededor del cuarto.

Superpuesta de la hermosa suite de hotel estaba un cuarto sucio, con posters de Fortnite y Dragon Ball Z tapizando las paredes. La gran mesa en la esquina se volvió un pequeño escritorio, con una laptop y libros de textos y papeles dispersados. Esparcidos en el piso estaban playeras sucias, boxers y calcetines enrollados.

La cama de hotel de lujo con sabanas de seda era una cama doble con un una colcha de cuadros azules. En la cabecera estaban estampas de personajes de anime y superhéroes, algunos de ellos rasgados como si el dueño los hubiera arañado intentando quitarlos antes de rendirse.

Ella intento fijar su visión en Ryan—pero Ryan ya no estaba ahí.

En su lugar estaba el estudiante al que había venido a regañar esa noche—Timothy West. Estaba de pie enfrente de ella, de piel cetrina, fuera de forma, su miembro colgando entre sus piernas.

Estaba desnudo, mirándola. Porque estaba desnuda también. Hannah rápidamente puso un brazo encima de sus pechos, una mano encima de su escroto, cubriéndose lo mejor que podía.

Los recuerdos de las últimas horas repentinamente parecen haber cambiado.

Ella había besado a Ryan...no, había besado a este adolescente...la arrugada sensación de la picosa barba de su novio fue reemplazada en su mente con la piel desnuda de la cara de Timothy West.

Recordaba empujar a Ryan a la cama, bajando sus pantalones, tomando su pene erecto. Excepto que no era Ryan—nunca había sido Ryan.

Había tomado el pene de este adolescente...en su boca...

El Objeto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora