El Objeto Desconocido

Capitulo 30

Tim ocasionalmente revisaba detrás de la cortina que cubría la ventana del salón de historia, nervioso de que alguien intentara entrar, interrumpiendo la inducción del Sr. Hudson. Cuando no estaba haciendo eso, caminaba nerviosamente alrededor del salón. Sentado en uno de los pupitres estaba el Sr. Hudson, con su mirada vidriosa y distraída, con los audífonos puestos, escuchando la guía de obediencia que Tim había grabado en su celular anoche. Al frente del salón de clase, sentada en su escritorio, estaba la Srta. Davis, en un estado zombificado similar. Con saliva lentamente cayendo por la comisura de su boca, hacia su barbilla, y luego hacia la superficie del escritorio.

Tim miro el reloj en la pared. La grabación se había estado reproduciendo por los últimos treinta y cinco minutos maso menos y debería estar llegando a su fin. Por supuesto, que no sería el final de esto. Después de que terminara, Tim tenía que poner algunas ordenes firmes en la mente del Sr. Hudson. Ordenes que no lo llevarían a la situación que enfrento con la Srta. Davis.

Hannah Davis...ella se había convertido en un problema mayor del que había imaginado. Tim se dio cuenta que la vieja bibliotecaria no había estado exactamente correcta sobre lo que le había dicho—la Srta. Davis superficialmente seguía sus órdenes, pero intentaba ir en contra de ellas cuando era posible. Si encontraba un hueco en cualquier orden que Tim le daba, estaba segura de advertirle a su novio Ryan sobre lo que Tim había hecho.

Había dos posibles soluciones, por supuesto—podía simplemente hacer una sirvienta obediente y leal, pero quizás afecte su personalidad y Tim no podría soportar eso. Pensó en el escenario de fantasía que había jugado con ella ayer—la Srta. Davis pensando que Tim era Ryan, la forma en la que lo trato, la forma en que lo complació. Eso es lo que quería, no una boba sirvienta.

Así que Tim decidió que necesitaba castigarla, hacerla ver que cualquier intento de ir en su contra tendría verdaderas consecuencias. Y probablemente la mejor manera de hacer eso era encargándose de su novio. Tim ya había planeado controlar al hombre cuando viniera a recoger a la Srta. Davis para su cita planeada esta noche (una cita—hah! Eso definitivamente no iba a pasar). Inicialmente, el plan solo era hacer que terminaran y deshacerse del impedimento de 'relación' con su profesora de historia. Aunque, ahora, quizás tenga que cambiar el plan.

Miro de nuevo al Sr. Hudson. La grabación ya debería haber terminado por ahora. En lo que le concierne al Sr. Hudson, Tim no tenía escrúpulos en convertir al hombre en un bobo sirviente. Se había esforzado en hacer la vida difícil para todos sus estudiantes, y ahora resulta que era un mirón pervertido. Sería un castigo apto hacer a un hombre como Hudson subordinado de Tim. Quizás era el egoísmo y la auto desilusión de Tim lo que hizo tenerle pena a John Hudson, fallando en darse cuenta de que no importa que tan malo era como profesor de gimnasia, Tim era mucho peor.

Finalmente, la grabación dejo de reproducirse. Tim cautelosamente removió los audífonos de los oídos del Sr. Hudson.

El Sr. Hudson sirvió en el ejército, verdad? pensó Tim. Bueno, entonces, creo que exactamente como dar mis próximas órdenes.

Con una maliciosa sonrisa, Tim empezó a hablar.

*                                        *                                     *

El salón de estudio era simultáneamente el periodo más relajante y molesto del día escolar, Heather lo reflejaba mientras se sentaba en su mesa en la librería, donde se daba la clase.

Era relajante porque el profesor supervisor, el bibliotecario escolar, no le importaba realmente cuidarlos durante su tiempo asignado (mientras mantuvieran el volumen bajo), así que un montón de estudiantes solo jugaban juegos en sus laptops o gastaban tiempo en sus Instagram o Snapchat. Por su parte, Heather usualmente intentaba hacer algo de tarea de matemáticas durante el periodo, era su peor materia y usualmente podía encontrar a otros estudiantes que deseaban explicarle los conceptos más difíciles (usualmente chicos que tenían interés en ella—sin ninguna maldita oportunidad, por supuesto).