Capitulo 14

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Tim despertó al día siguiente por el sonido del claxon de un auto sonando abajo. Se estiro y vio a través de la ventana de su cuarto y vio a Papa saliendo de la puerta con un portafolio, dirigiéndose al auto que estaba esperando para llevarlo al aeropuerto. Debe ser el compañero de Papa que vino a recogerlo. Lo que impresiono a Tim era el vehículo que estaba viendo que era un Tesla. Algo muy diferente al Honda Accord y la Toyota minivan que su familia tenía. Tim pensó de nuevo en el caro reloj que había visto a Bill usar en la cena de la otra noche. Como es que este tipo se puede permitir todas esas cosas caras?

Mas importante, Tim se dio cuenta que, Papa se había ido antes de que tuviera oportunidad de usar la pistola de rayos en él. Planeaba despertarse temprano y darle a Papa algunas sugestiones para asegurarse de que no se sorprendiera por las relaciones...afectivas...que había desarrollado con Heather y Mama desde la semana pasada. Pero había estado tan cansado ayer después de su experiencia con su hermana que se había quedado dormido tan pronto como su cabeza toco la almohada. podía patearse por no haber puesto una alarma. Era demasiado tarde ahora. Al menos Papa estaría fuera por unas semanas, pero usando la pistola de rayos en el sería la primera orden de negocios tan pronto como volviera de su viaje.

Tim escucho una puerta abriéndose en el pasillo, y sabía que su hermana se había levantado. Probablemente para tomar una ducha rápida antes de irse a la escuela. Tim pensó en unírsele en la ducha, pero rápidamente descarto la idea. Heather probablemente aun este sintiéndose adolorida después de ayer, y además, Tim tenía otros planes para hoy.

Tim se sentó en la computadora y abrió los links que había guardado el último fin de semana. Cuando hipnotizo por primera vez a su madre, había obtenido todas sus contraseñas para poder cancelar su cita de yoga caliente; junto con eso, había obtenido la información de su tarjeta de crédito, la cual iba a discretamente usar ahora para comprar algunas cosas para usar durante su fin de semana. Había una tonelada de sitios especializados en juguetes sexuales, pero sorprendentemente, fue capaz de encontrar la mayoría de lo que quería en Amazon, lo cual era aún mejor, como cargos no raros apareciendo en el estado de cuenta de la tarjeta de Mama. Lo que era mejor, todo estaba en venta y llegaría el viernes, lo cual significaba que sus planes de fin de semana saldrían sin problema.

Mientras Tim añadía cosas al carrito en línea, miro un pequeño pedazo de papel a lado de su laptop donde había escrito las medidas de su hermana y madre, las cuales había tomado de su ropa interior. Necesitaba todo para tener el tamaño correcto para algunos de los eventos del próximo fin de semana. Solo pensar en eso hacía que se excitara.

Pensó de nuevo hace una semana. Sentado en la cafetería con Eddie y Yang, mientras los tres lamentaban su falta de excito con las mujeres—y al menos dos de ellos habían dicho la verdad. Distraído mentalmente se preguntaba qué sería de Eddie ahora. No importaba, concluyo. Tim pensó en todas las hermosas mujeres en la escuela que siempre habían estado fuera de su alcance. Las porristas, las chicas de atletismo, las chicas del equipo de basquetbol, incluso profesoras como la Srta. Davis. Si podía tomar a mujeres tan inalcanzables, tan prohibidas, como su madre y hermana, hacer que cualquiera obedezca sus órdenes sería un juego de niños.

Tim pensó en la lista que había hecho. Había sido incapaz de encontrar a cualquier chica en la lista por su cuenta. Pero quizás había una forma. Si podía usar la pistola de rayos en un profesor, cualquier profesor, y luego hacer que ese profesor llamara a alguien a un salón vacío...

Se estaba preguntando y planeando cuando escucho un repentino golpe en la puerta. Tim abrió la puerta y vio a su hermana esperando en frente de él. Heather ya estaba con su uniforme escolar, esa linda falda plana y esa blusa de manga corta, su cabello atado con una simple cola de caballo. Sus hermosos ojos marrones miraban rápido a la izquierda y derecha, mientras pensaba demasiado autoconsciente en verlo directamente a la cara.

El Objeto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora