Capitulo 32

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El tenedor golpeo contra el suelo con un ruido fuerte, y Kathleen Biggs—West se inclinó de donde estaba sentada para recogerlo.

Kathleen y Heather estaban sentadas en la mesa cenando juntas comiendo pasta de col rizada con espárragos carbonizados, el tipo de comida saludable de la que Tim no era fan (el gemía y se quejaba cuando Kathleen intentaba darle una de sus recetas vegetarianas). Ambas estaban, por supuesto, completamente desnudas—las ordenes de Tim estaban activas incluso cuando no estaba en casa, y tan pronto como ambas llegaron a casa, se habían desnudado y pulcramente doblaron sus ropas, dejándolas en el vestíbulo.

Tim había intentado remover las inhibiciones sexuales y limites morales de su madre y hermana, pero alguna incomodidad inconsciente claramente aún quedaba—Kathleen y Heather escrupulosamente mantenían contacto visual, intentando evitar ver el cuerpo desnudo de la otra lo más posible, y Kathleen había sentido una sensación de alivio cuando se puso su delantal para hacer la cena de las dos.

Había sido una típica cena de viernes (o lo más normal que podía ser debido a las circunstancias), hasta que Heather le había dicho a su madre sobre la idea que tuvo, como podrían ser capaz de complacer a Tim ese fin de semana.

Kathleen había estado tan impactada que casi tira todo el tazón de pasta. Afortunadamente, solo el tenedor se había caído por un lado de la mesa. Su mano tembló ligeramente mientras lo recogía del suelo. Mientras se sentaba de vuelta, hizo lo mejor para dirigir sus ojos al pecho desnudo de su hija.

"Heather, yo—te escuche bien?" dijo ella, manteniendo su tono neutro y despreocupado.

Las mejillas de Heather estaban rojas, y ella asintió bruscamente. Esto claramente no era algo con lo que estaba particularmente cómoda tampoco.

"...también he pensado lo que Tim nos pidió esta mañana," dijo Kathleen en un tono piadoso. "Pero yo...no creo que quiera que lleguemos tan lejos."

"Bueno...tienes otras ideas...?" pregunto Heather en un tono callado mientras comía su pasta.

Kathleen pauso por uno segundos y estaba por responder cuando el teléfono de la casa empezó a sonar.

"Pausemos esta conversación," dijo ella, agradecida por la interrupción. Se levanto y fue hacia la sala, tomando el teléfono.

"Hola?"

"Oh, Kathleen, me alegra que hayas contestado," una voz familiar respondió desde el otro lado de la línea. Era Barbara Berger, la madre de Eddie. Kathleen había sido amigable con la mujer por años, debido a la amistad de sus hijos. Pero por supuesto, Kathleen había escuchado sobre el drama con Eddie—era todo de lo que hablaban en el grupo de WhatsApp de la APM durante los últimos días. Barbara, quien usualmente era algo activa en el chat (principalmente compartiendo tontas fotos de gatos), había comprensivamente dejado el grupo de WhatsApp el día que Eddie había sido suspendido. Que podría querer ahora?

"Barbara—me alegra tanto escuchar de ti. Esta todo bien? No quiero entrometerme, pero es solo que, como puedes imaginar, escuche lo que paso con Eddie."

Escucho un largo suspiro del otro lado de la línea.

"Es—es un impacto, de seguro," dijo Barbara después de unos segundos. "Preston y yo, nunca pensamos que Eddie fuera capaz de algo así—pensamos que le habíamos enseñado respeto y valor hacia las mujeres. Hemos pensado mucho en los últimos años, decidiendo que hacer—estamos buscando escuelas militarizadas."

"Están pensando en sacar a Eddie de la Preparatoria Lansdale?"

"Nos está rogando que lo reconsideremos, por supuesto. Todos sus amigos están ahí. Pero hemos fallado en alguna parte de su educación y creo que esto podría ser bueno para él."

El Objeto DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora