12.

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Corrían sin ningún rumbo en específico, de todas maneras ¿adónde ir?, No conocía ese enorme parque y mucho menos el mundo humano.

Pero no quería quedarse quieto, después de todo un demonio los estaba persiguiendo, mucho menos dejaría que ese cruel demonio lastimara a su preciada amiga.

Solo por un instante giro su mirada, sin detener su carrera claro, y diviso el rostro de su amiga: su respiración agitda por la carrera, en sus ojos se denotaba el miedo que sentía ante la situación que estaban viviendo, también lo sabía por la presión que está ejercía en sus manos unidas.

Tomo la decisión de continuar su carrera al mirar para el frente, debían escapar sin importar que, de ser necesario desplegaria sus alas para salvarlos de aquella situación, aunque una de estas estuviera herida al soportar el impacto contra el tronco de ese árbol.

Necesitaba una estrategia y una salida, solo veia árboles y asientos por dónde sea que fuera su mirada, ese parque si que era inmenso o el golpe de adrenalina que sentía en todo el cuerpo no lo dejaba ver con objetividad el lugar.

Solo por un momento detuvo abruptamente su marcha provocando que la castaña impactará de súbito contra su espalda; claro como no lo había considerado antes.

-¿Izuku-kun?-.Pregunto desconcertada la castaña por la acción del peliverde.

Giro rápidamente su vista en ambas direcciones y encontró lo que buscaba, un árbol cuyo hueco era perfecto para esconderse. Sin decir una palabra comenzó a guiar a la castaña hacia ese hueco, con un poco de duda.

No sabía si expresar su inquietud a su compañera o simplemente callar, a estas alturas no sabía si el golpe lo había dejado tan aturdido al grado de no pensar bien o su corazonada era cierta, de solo pensarlo sentía miedo, náuseas e impotencia.

No entendía el comportamiento de su amigo, sin decir nada simplemente la guío hasta ese el hueco de ese tronco; que para colmo era tan estrecho que apenas y si cabían ambos; sentía la respiración agitda del peliverde delatando su nerviosismo además de que este tenía la mirada baja y estaba serio.

Clara señal de que el peliverde estaba perdido en sus pensamientos y sobrevaluando las infinitas posibilidades y cuestiones que lo atormentaban.

Iba a hablar pero entonces escucho pasos, alertando a ambos, el peliverde cubrió rápidamente los labios de la castaña con su mano y con la que tenía libre hizo un gesto que le indicaba que guardara silencio. Ambos sentía como el miedo, la adrenalina y nerviosismo recorrían su cuerpo; las pisadas eran fuertes y se escuchaban cercanas de donde ellos se encontraban.

....

Furia era lo que sentía al ver cómo el peliverde había emprendido la huida y se habia llevado con él a la castaña pero se sentía más furioso consigo mismo; y sin saber porque; el ver la expresión de terror en los ojos de la castaña dirigidos a su persona.

Estaba hecho una furia, no entendía bien porque pero necesitaba encontrar a la castaña y disculparse, era una ridiculez pensar eso pero sentía que necesitaba hacerlo.

Y de paso si podía romper cada uno de los huesos del cuerpo del brócoli con pies sería más que estupendo, con ese pensamiento en mente comenzó a caminar en búsqueda de ese par de angeles y en el proceso comenzó a "esconder" sus alas y cuernos.

Caminaba con algo de apuro pero con seguridad a la vez, estaba muy seguro que a pesar de haberles dado unos cuantos minutos para escapar no debían de encontrase lejos, pero le molestaba ese estúpido juego de escondidas y para su mala suerte ese parque se encontraba rodeado de vegetación abundante pero sobre todo de árboles; los lugares para ocultarse eran varios e infinitos; pero de algo estaba seguro: el inútil brócoli seguramente seguiría corriendo y no buscaría un lugar para esconderse.

My ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora