Luego de unos segundos el cenizo soltó la mano de la castaña, se generó un cierto aire de incomodidad para la castaña, ya que lo único que hacía el cenizo era verla fijamente y con una sonrisa, no lograba entender que intenciones tenía.
En cambio el cenizo sólo tenía ojos en ese momento para la castaña, le parecía tan adorable ver como la castaña se sonrojaba seguramente porque se sentía incómoda con que la mirara fijamente, como desviaba su mirada en un vano intento por no cruzar miradas con el. Verla abrazar ese muñeco también le daba ternura y por un momento la imagen de una pequeña niña sosteniendo un muñeco con forma de dragón vino a su mente.
Eso lo hizo fruncir notablemente el seño, su mente siempre fue perfecta para recordar todo tipo de cosas; incluso el rostro de las personas, pero en este momento se sentía realmente frustrado con sigo mismo por no poder recordar el rostro de la mocosa en su mente. Viendo bien en la situación en la que se encontraba le llegó una idea a la mente, sin decir nada tomó a la castaña del brazo y emprendió camino de nuevo al parque.
Estaba realmente confundida con el comportamiento del cenizo e incluso tenía un poco de miedo, este simplemente la tomo de un brazo y la estaba arrastrando con él, sin ninguna explicación.
-ettooo...bakugo-kun, ¿A dónde vamos?.- cuestionó la castaña con dificultad.
No le daba mucha importancia a la voz de la castaña, sólo tenía una idea en mente y si esa idea funcionaba entonces se ganaría la total confianza de la castaña. Ese pensamiento lo hizo sonreír de manera arrogante, era un puto genio.
- Ya verás.- dijo con un poco de alegría mal disfrazada en su voz.
Y el sentimiento de miedo y pánico aumento en la castaña, el pensamiento de huir de su captor de pronto le pareció tentadora.
......
Se podía respirar cierto aire de tensión en la sala de los todorokis, el más joven de la familia no despertaba aún, los adultos se encontraban en un rincón de la habitación teniendo una charla secreta sobre él, por último el demonio pelirrojo se encontraba sentado en el suelo de la habitación jugando con sus manos.
Estaba demasiado nervioso como para tratar de escuchar la para nada discreta charla que los ángeles estaban teniendo, no sabía cómo había llegado hasta esa posición, simplemente quería saber como estaba su amiga y verla una vez más, sólo eso, no quería causarle ningún tipo de problema a la castaña o al bicolor.
No estaba seguro de que era lo que tenía que hacer en situaciones como está, por un lado la conversación de los ángeles comenzaba a subir un poco más de tono y parecía que había dejado de ser una charla para comenzar a ser una discusión, y se sentía culpable por ello ya que su presencia allí era la causante de todo el problema.
Por otro lado, deseaba con todas sus fuerzas el poder saber algo o ver a la pequeña castaña, sólo para asegurarse de que estaba bien, tanto de salud como físicamente.
Pero su mayor deceo era pedirle perdón y el decirle cuanto la había extrañado durante todos esos siglos.No quería que los ángeles continuarán discutiendo por su causa, quería estar en la comodidad de su cuarto en el más profundo y comodo silencio que esta misma le podía ofrecer. Cerró los ojos en un vano intento de imaginarse en la oscuridad de su mundo pero no duro mucho.
El sonido de la puerta principal siendo golpeada varias veces alertó al pelirrojo, ambos adultos alli presentes no escuchaban el sonido debido a que sus gritos eran más fuertes que cualquier otro sonido. Los golpes siguieron un poco más hasta que se detuvieron, penso que quien fuera la persona que se encontraba del otro lado de la puerta ya se habia marchado, pero estaba equivocado.
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My ángel
Romance"El amor entre un ángel y un demonio esta estrictamente prohibió"... Lo sabían... Lo sabían perfectamente pero aún así... Aún así seguían viéndose a escondidas, reían, sonreían y lloraban, en pocas palabras eran felices pero todo comienzo tiene un f...