7.

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No recordaba exactamente como o que había pasado, sólo podía ver su puño extendido y al cenizo sentado en el suelo con la cabeza baja.

Estaba enojado, no, eso era poco, el realmente estaba furioso.

Escuchar como ese maldito demonio hablaba así de su mejor amiga hizo que algo oscuro despertara dentro de él, podía sentir el nerviosismo del peliverde detrás suyo pero no le importó.

A los pocos minutos sintió como un aura asesina crecía alrededor del cenizo que aún se encontraba en el suelo, pero no le importó porque el también desprendía esa misma aura y sabía que no se podría contener más, en especial cuando el cenizo se puso de pie y lo miraba con esa sonrisa arrogante.

Y una sonrisa tenebrosa, según él peliverde, apareció en el rostro de las dos personas que se encontraban frente suyo; dentro de él se dispararon todas las sirenas de alerta ya que se encontraban frente a un demonio y al parecer este no se inmutaba con la presencia de dos ángeles.

Y sintió que el temblor en su cuerpo aumentaba más aún cuando el cenizo con un movimiento de su brazo se limpiaba el rostro.

Ambos ángeles se sorprendieron cuando el cenizo, después de limpiar la sangre de su labio, comenzó a reírse. Primero de una manera casi silenciosa hasta convertirse en una risa, según él peliverde, psicópata; de un tiempo para otro la risa del cenizo se cortó abruptamente y mirando al frente en donde se encontraba el arcángel lentamente formo una sonrisa que ningúno de los dos presentes sabían como catalogar esa expresión.

Lentamente el cenizo se acercó al arcángel quedando frente a frente , demasiado cerca para el gusto del arcángel.

-Preparate maldito bastardo, voy a matarte.- Le dijo el cenizo de manera lenta y casi inaudible para el peliverde.

El heterocromatico no se inmutó con esa amenaza pero si endurecio sus facciones mostrando así su determinación, el cenizo espero su respuesta pero al ver como el ángel frente a él extendía sus alas entendió que no iba a retroceder ante su amenaza y eso le pareció bien, al fin podría golpear a ese maldito bastardo.

El peliverde al ver como su amigo no retrocedía ante la amenaza de ese demonio sintió no sólo nerviosismo, sino que también miedo por el bienestar de su amigo y antes de que se diera cuenta una ráfaga violenta provocó que cerrará los ojos involuntariamente.

En otro lugar

Se detuvieron hadeando fuertemente, ambos estaban cansados por la carrera que habían hecho.

No entendía por qué el pelirrojo había huido así de su amigo, pero tampoco entendía por qué derrepente había sentido tanto miedo cuando aquel demonio cenizo había comenzado a acercarse.

Tampoco entendía por qué había estado paseando todo este tiempo con un demonio, no era que él pelirrojo fuera una criatura despiadada, pero no se adaptaba a lo que le habían contado sus padres y lo que le enseñaban en la escuela. Pero tampoco le desagradaba su compañía, es más, sentía como si lo conociera desde hace mucho tiempo y sentía como algo dentro de ella le decía que su lugar era alado de ese pelirrojo.

Aunque ambos estaban respirando con dificultad, poco a poco se formó una gran sonrisa en la cara del pelirrojo para después dar paso a una sonora carcajada, no le importaba quedar como un loco en medio de la calle pero no lo podía evitar ya que cuando volviera a casa le esperaría una muerte segura.

Y con ese pensamiento volvió a reír aún más fuerte contagiando a su acompañante castaña, al girarse para verla como se reía, sintió nuevamente esa calidez en su pecho crecer y una sonrisa de ternura se dibujó en su rostro. Logrando calmar su risa la castaña presto atención a su alrededor y no sintió la risa de su acompañante por lo que giro ligeramente su rostro para ver si el pelirrojo seguía a su lado y grande fue su sorpresa al ver que el pelirrojo la miraba de una manera tierna y con cariño, pero rápidamente lo descarto ya que los demonios no podían tener esa clase de comportamiento; sintiéndose incómoda comenzó a removerse en su lugar y sin más hablo.

My ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora