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Volvieron al cielo en completo silencio y con una gran tensión entre los presentes y como no, la pequeña castaña tenía heridas semejantes al heterocromatico  pero el factor más preocupante era que no despertaba ni respondía a ningún estímulo.

Había pasado unas semanas desde aquel incidente, por suerte las heridas del arcángel no eran tan severas como creían, aunque la castaña presentaba heridas similares a su amigo al tratarlas se llevaron un gran sorpresa: la castaña no tenía ninguna herida, sólo era sangre.

Los medicos no supieron darle una explicación a sus padres, amigos y maestros pero lo más preocupante era que no había despertado en un lapso de tres días; el arcángel y el peliverde seguían insistiendo en que la culpa era del demonio pelirrojo ya que ellos vieron cuando llegó cargando a la castaña inconsciente, pero el enojó del arcángel aumentaba cada vez que su profesor negaba esa acusación y defendía de cierta forma al demonio. De todas maneras las discusiones acabaron cuando la castaña recobró el conocimiento y sonrió como sólo ella sabía para calmar a todos.

Pero no todo terminó allí sino que el arcángel y el peliverde estaban castigados, aunque tenían permitido realizar la gran prueba, en cuanto a la castaña está realizaría la gran prueba fuera de fecha y con supervisión especial debido a los recientes acontecimientos y por orden del gran consejo.

Después de estar casi una semana en el hospital por fin le dieron el alta a la castaña, lo cual fue motivo de celebración para sus amigos y padres, pero el arcángel notaba rara a su amiga: estaba más pensativa y debes en cuando hacia una mirada triste. Tal vez nadie más que él se dio cuenta pero no quería abrumar a la castaña con preguntas, después de todo hace unas horas había salido del hospital tal vez le preguntaría más tarde o otro día.

Tal vez no era la única que se encontraba en ese estado.

Para el demonio pelirrojo no estaba siendo facil sobrellevar el rencor que al parecer su amigo estaba depositando sobre el, durante aproximadamente tres días este mismo se dedicaba a no hablarle ni siquiera le dirigía la mirada y mucho menos dejaba que se acercará; para el punto de vista de los demás el cenizo estaba pasando por un claro cambio de humor brusco y se descargaba con la persona más cercana a él o bueno a la persona que no tenía ni una pizca de miedo o de sentido de la supervivencia básica.

Pero eso sólo lo entenderían quienes vieran con suma atención el problema que se desarrollaba, sólo una persona había notado el claro cambio de humor del cenizo y el claro cambio de conducta del pelirrojo aunque al principio primero decidió callar y observar pero ahora ya no estaba segura si era correcto seguir observando como era tratado su amigo; está vez decidió intervenir por el bien de su persona "preciada".

Cuando finalizó el primer periodo de clases noto que su amigo ya había salido sin avisar, de verdad se estaba convirtiendo en una sombra, por lo que guardo sus cosas rápidamente en su escritorio y decidió salir en su búsqueda, varias personas la saludaron en su camino por los pasillos y alguna que otra persona comenzaba alguna charla con ella pero no se quedaba mucho tiempo y seguía con su camino. Durante toda su búsqueda no logró divisarlo ni por los corredores, ni por el patio incluso había ido a la azotea del edificio para ver si se encontraba por allí pero nada, y le preocupaba su amigo parecía que simplemente se había esfumado con el viento o había decidido convertirse en uno con las sombras del lugar.

Y sentía una opresión bien conocida por ella al ver como su amigo sufría en silencio y ella no era capaz de ayudarlo, otra vez.

Había decidido marcharse de la escuela sin previo aviso pero de todos modos nadie notaría su ausencia, sentía una gran opresión en el pecho al no saber cual seria el estado de su amiga pero tal vez nadie se presentaría ante él para decirle la condición de la chica. Pero tal vez no importará porque al ver el sufrimiento que su presencia causa cerca de la persona que más quería y que más había deceado encontrar otra vez, sentía que no merecía estar ante su presencia y mucho menos sentía que podía verle la cara.

My ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora